Un espíritu por el camino

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Eran las cinco de la madrugada, y como cada martes, Alberto salía a correr para poder tenerlo todo preparado para el día de la maratón. No obstante, esta era una noche bastante fría y tuvo que abrigarse un poco más para evitar resfriados. Cuando ya llevaba un rato corriendo, no pudo evitar ver a dos individuos con malas pintas que venían en sentido contrario, por lo que decidió cambiar de ruta y seguir corriendo en dirección contraria, y así los despistaría.

Cuando ya llevaba un buen rato corriendo, no podía creer que de nuevo esos individuos se encontraban frente a él… ¿Cómo podían haber avanzado tanto en tan poco tiempo? El miedo empezó a recorrerle el cuerpo y decidió volver a casa cuanto antes, pero cuando ya había llegado a su portal, justo al abrir la puerta, pudo volver a verlos en el interior de su casa… Alberto ya no entendía que era lo que podía estar pasando, hasta que pudo darse cuenta de que los pies de ambos individuos no llegaban a tocar el suelo, y abrazando a su cuello encontraron una cuerda que los había ahorcado.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que aquellos individuos no eran personas vivas sino espíritus.

Cuentos de la MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora