El teléfono 2/2

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Solo el teléfono, el cual seguía recibiendo llamadas y mensajes de mí mismo número, decidí apagar el teléfono de nuevo y además de eso recuerdo que me metí papel de baño a las orejas con la esperanza de no escuchar nada el resto de la noche, algo que pareció funcionar, sin embargo, cuando me desperté al día siguiente, vi que de nuevo el teléfono estaba encendido y el mismo estaba lleno de cientos de llamadas perdidas y varios mensajes de mi propio número que decían “encuéntrame”.Intenté volver a consultar a mi vecino y a su papá, sin embargo, como ya les había pedido mucha ayuda, cada vez sus respuestas eran más vagas y con menos intención de encontrar una solución y más para que lo dejara de molestar de una vez y lo llevara con un técnico real, pero yo tenía miedo de que supieran que era robado y me lo quitaran, pues a pesar de todo lo extraño que le ocurría durante la madrugada, por la mañana era un teléfono demasiado funcional. Así que decidí que era mejor no contarle a nadie lo que estaba sucediendo.Las llamadas y mensajes seguían llegando todas las noches, y ya no podía dormir bien. Mi mente se llenaba de pesadillas y pensamientos oscuros, y cada vez me costaba más distinguir la realidad de la fantasía. Incluso cuando estaba despierto, sentía que algo me observaba constantemente, como si algo o alguien estuviera esperando el momento adecuado para atacar.Intenté todo lo que se me ocurrió para detener las llamadas y los mensajes. Apagué el teléfono, lo escondí, incluso traté de cambiar de número, pero nada funcionó. Cada noche, sin excepción, las llamadas y los mensajes seguían llegando, incluso comencé a olvidarlo apropósito en la sala de mi casa para así al menos poder dormir un poco, pero sonaba tan fuerte que mi papá me dijo que, si no ponía mis alarmas en silencio, lo estrellaría contra la pared y no volvería ni siquiera a encender.

Comencé a buscar en internet respuestas a lo que me estaba sucediendo. Busqué en foros y páginas web de horror y fantasmas, tratando de encontrar alguna explicación para lo que estaba viviendo. Finalmente encontré algunos relatos de personas que habían pasado por experiencias similares. Algunos hablaban de espíritus atrapados en el mundo de los vivos, otros hablaban de maldiciones y venganza, aunque muy pocos eran celulares, las historias eran más con algo antiguo o cosas por el estilo, y aun las que incluían aparatos electrónicos ninguna parecía asemejarse a mi situación.Pero después de varios días de búsqueda, me di cuenta de que no había una solución fácil. Cada caso era diferente, y no había una respuesta única para mi problema. Decidí que lo mejor era tratar de vivir con esto lo mejor posible, esperando que en algún momento todo terminara.Después de unas semanas más, en las que trataba de seguir con una vida normal, tratando de aparentar que nada extraño estaba ocurriendo en mi vida, las cosas comenzaron a ponerse aún peores. Además de las llamadas y los mensajes, comencé a escuchar ruidos extraños en mi casa. Golpes, rasguños, incluso voces susurrando mi nombre. A veces me despertaba en la noche con la sensación de que alguien estaba respirando en mi oído, pero al voltear no había nadie.

La casa comenzó a sentirse cada vez más fría y oscura. Me costaba trabajo dormir, comer o concentrarme en cualquier cosa. Sabía que algo estaba mal, pero no sabía cómo solucionarlo. Y además de eso mi familia comenzó a notarlo también, mis hermanos menores aseguraban haber visto a una chica como de mi edad caminando por la casa, eso era extraño porque mi madre era la única mujer en esa casa, y aunque al principio mi papá pensó que yo estaba metiendo a alguien, rápidamente lo descartaron cuando fui a pasar la noche a casa del vecino y mis dos papás la vieron en la cocina, aunque, a decir verdad, nunca nos contaron exactamente que vieron, solo nos dijeron que la vieron.Recuerdo que en una ocasión mi vecino se quedó a dormir en mi casa, ambos tuvimos una pijamada normal y como no quería insistir con el tema, envolví el teléfono en varias playeras sucias con la esperanza de que no se escuchara si era que volvía a sonar en la madrugada, y le dije a mi amigo que no podía usar mi teléfono antes de dormir porque mi papá me lo tenía prohibido por la radiación que él creía que soltaban esos aparatos, él lo entendió y me acompañó sin usar el suyo, nos quedamos charlando hasta que los dos nos quedamos dormidos.Nunca olvidaré cuando entre sueños volví a escuchar de nuevo ese infernal ruido del timbre de llamada, y cada vez se escuchaba más y más fuerte, recuerdo que ni siquiera abrí los ojos por la frustración que esto me causó, sin embargo, mi amigo gritó muy fuerte por el miedo. En ese momento abrí los ojos y vi con incredulidad el teléfono flotando arriba de mí, apenas y pude reaccionar cuando el mismo ya se había caído sobre mi cara y no dejaba de sonar, respondí y esta vez en lugar de estática, se escuchó del otro lado un claro “por favor, encuéntrame” que hasta mi amigo pudo escuchar.No me quedo más remedio que contarle todo y como el mismo había visto el teléfono flotar ante sus propios ojos, no tuvo más remedio que creerme totalmente, recuerdo que dos días después, mientras estábamos en la escuela, él me dijo que talvez deberíamos de encontrar lo que sea que el teléfono quería, yo le dije que aun si supiéramos que era lo que quería, dudaba que él y yo pudiéramos hacer algo. Pero el me insistió, me dijo que talvez podría tratarse de un tesoro o algo por el estilo y que al menos el sí quería intentarlo.

En ese momento mi teléfono recibió un mensaje, primero pensé que era algún amigo, pues como dije antes, por la mañana funcionaba normar sin embargo eran dos mensajes de mí mismo número, uno decía el clásico “encuéntrame” pero el otro era una ubicación, la verdad yo estaba dudando mucho pero mi amigo no dejaba de decir que debíamos hacerlo y que sería muy divertido, era más que obvio que él no había sido atormentado por ese teléfono por todos esos meses, pero al final me terminó convenciendo de que sería bueno, y también me prometió que a la más mínima señal de problemas, daríamos media vuelta y volveríamos a nuestras casas.

Mientras más avanzábamos siguiendo el mapa, nos dimos cuenta de que nos estaba llevando a un barrio un poco peligroso, pero mi amigo me dijo que él sabía andar por ahí y que no nos pasaría nada, cuando llegamos, no podía creer lo que mis ojos veían, era la casa de mis sueños, en donde veía a esa chica siempre. A pesar de lo extraño y perturbador de la situación, mi amigo y yo decidimos adentrarnos en la casa abandonada. Al entrar, pudimos sentir el olor a humedad y a polvo en el aire, como si nadie hubiera entrado allí en años. Las paredes estaban cubiertas de grafitis y había muchos objetos extraños esparcidos por el suelo. En un rincón, vimos lo que parecía ser un altar improvisado, con velas derretidas y lo que parecían ser restos de animales sacrificados.Mi amigo y yo nos miramos, le dije que el lugar no me gustaba y que quería irme en ese mismo momento de ahí, sin embargo, en ese momento mi teléfono volvió a sonar, rápidamente lo saque pensando que era mi mamá preguntándome por qué no había vuelto aun a la casa, pero en lugar de eso, vi en la pantalla a mí mismo número marcándome, intenté ignorar la llamada, pero en lugar de colgar se respondió sin que yo pudiera hacer nada al respecto.

Entonces fue cuando escuché a la misma voz que me había estado atormentando desde hace tiempo que decía que estaba arriba. No sé qué diablos le pasaba a mi amigo en aquel entonces pues sin siquiera detenerse a pensar un poco en ello, se fue corriendo escaleras arriba y yo por el miedo a quedarme solo lo seguí también. Ninguno de los dos estábamos listos para ver lo que vimos, en una de las habitaciones estaba el cuerpo de una chica en un estado de descomposición tan avanzado que no pude evitar vomitar.Ni siquiera se podía ver bien su rostro por lo hinchado que estaba, asumimos que era una chica por su cabello largo. Pero lo peor vino cuando escuchamos pasos abajo, y voces de hombres que decían que alguien había entrado y que fueran a ver si seguíamos ahí, por suerte mi amigo logró abrir una ventana, nos dimos un fuerte golpe tratando de bajar del techo, pero el miedo y la adrenalina era más y no paramos de correr hasta que estuvimos a salvo en nuestra casa.Cuando nos tranquilizamos hicimos una llamada anónima a la policía y al menos entre nosotros rara vez se tocó el tema de aquella traumática tarde, un día le pregunté a la amiga de mi mamá si sabía algo del teléfono, pero me dijo que lo compró en un lote con otros teléfonos, así que no sabía de dónde venían con exactitud, nunca supe el nombre de la chica o si al final pudo tener un entierro digno o si esos hombres fueron quienes le hicieron eso tan horrible, pero me gusta creer que sí, pues desde ese día, no volví a recibir llamadas o mensajes de mí mismo número y jamás volvimos a verla en la casa, yo realmente siempre he esperado que su alma haya logrado descansar en paz.

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