°~Drystan Warren~°
Tuve un buen entrenamiento y decidí ir al Starbucks que me queda un poco más lejos porque es más solitario y puedo leer más a gusto y tranquilo.
Pues creo que el destino o la vida me odian. Al llegar, me encuentro frente a frente con el señor careculo, que venía hecho una furia hacia mí.
—¿No fue suficiente para ti dañarle la vida a mi hermana que tienes que meterte con todos a quienes aprecio? —Me dio tanto asco como toda su saliva caía en mi cara, casi pensé que iba a besarme.
—Tranquilo, galán, que no me gustan los hombres. En primer lugar, no tienes idea de cómo fue mi relación con Amy. En segunda, siempre estuve enamorado de Kendra y, al parecer, ella también de mí. No sé de qué hablas si tú, que eres su supuesto amigo, le has hecho tantas cosas terribles. —Lo enfrento y lo miro de arriba abajo con asco. Él es más bajito que yo, y eso parece intimidarlo, pero lo disimula al instante.
Todos los ojos están encima de nosotros, pero solo uno me llama la atención: es ella, Kendra, que me observa con pánico. Al parecer Nathan también se percata de su presencia porque enseguida se hace el cachorro golpeado.
—En serio, Denis, aún no puedo creer que estés con ese tipejo. —El señor careculo sale del lugar como el mismísimo Chucky.
Kendra me mira, pasando del terror a la confusión, y sus amigas, supongo del voleibol, no paran de reír.
—Drystan, mi amorcito, podríamos irnos a casa. Hoy traje mi auto. —Ya sé que me iba a matar, lo veía en sus ojos y en cómo sus mejillas se volvían coloradas. Ella era pequeña, pero solo de verla me daba más miedo que encontrarme a la Annabelle.
Ella me toma del brazo y ni siquiera quiero decirle que vine en moto.
—¿Me puedes explicar cuál fue ese espectáculo, amorcito? —En ningún momento ha dejado de sonreír. Estamos en unos banquitos al frente del establecimiento. Hay muchos árboles de flores rojas de dudosa procedencia. Ella, aún con nuestras manos unidas, nos sentamos en uno desde el cual podemos ver a la perfección el hermoso jardín que tiene enfrente.
—Nada, pastelito. Nuestro querido amigo se ha alterado porque, según él, yo no soy el indicado para ti ni para su hermana Amy. El idiota no sabe nada de mí ni de mis relaciones y quiere entrometerse. A veces pienso que está perdidamente enamorado de mí. —Aquello le roba una carcajada, y creo que es la risa más hermosa que pude escuchar en mi vida.
—No me voy a meter en esos problemas, pero lo que sí me incumbe es aquella situación en la cual estamos comprometidos los dos, y debemos estar de acuerdo en varios temas. Como eres el princeso, podrías iniciar tú. —Aquello hace que ría, y enseguida sus ojos se posan en mis labios. Vaya, mira qué bien vamos.
—Lo único que necesito es que hagas todo lo que te pida durante el tiempo de noviazgo y que me ayudes a enamorarme. —Su rostro decae un poco, su ceño se frunce y la confusión se adueña de cada expresión de su cara.
—¿Cómo es eso de que te ayude a enamorarte? ¿Es acaso que nunca te has enamorado? —Yo niego con la cabeza y su boca forma una O.
—Sí, antes de que digas cualquier cosa te diré: nunca me he enamorado porque no sé qué les puede gustar a ustedes, no sé cómo tratar a una mujer porque no tengo nadie que me haya orientado en ese terreno. No tengo madre, no tengo abuela ni tías, solo somos mi padre y yo. Claro que he salido con chicas, pero solo para... bueno, ya sabes, y nunca he sentido nada especial, nada de aquellas mariposas o aquella molestia en el estómago cuando estoy con alguna chica. Sé que me gustan las mujeres, solo que me da miedo estar en una relación y no darle todo lo que se merece.
—Realmente nunca me esperé que eso fuese tu petición a cambio de ser mi novio, pero si es lo que quieres, te enseñaré a amar de la manera más hermosa en la que un hombre podría amar a una mujer. —Ella me sonríe y sus hoyuelos, sus mejillas rosadas pastel me hacen sentir cómodo y feliz porque nuestra nueva amistad va a prosperar.
—Yo pondré algunas condiciones: no podemos enamorarnos, no habrá besos a menos que sea necesario, nada de presentaciones de familia. Si quieres que haga algo por ti, no puede ser nada arriesgado o que vaya más allá de mis límites. No puedes presionarme a contarte cosas hasta que no sea yo quien te las cuente, y si alguno desarrolla sentimientos hacia el otro, el trato acabará sin importar qué. Por último, no puedes comportarte como un idiota o salir con nadie mientras nuestra supuesta relación siga en pie. —Su respiración se relaja y se ve bastante tierna explicándome todo con cierta autoridad y seguridad que me hace querer pasar las 24 horas con ella.
—Tendrás que ir a mis juegos de baloncesto, ayudarme a cómo tratar a una mujer y tienes que hacer lo que te diga sin pasar tus límites. Te llevaré brownies todos los días y me dejarás llevarte a la escuela todos los días. Irás a las fiestas conmigo y no haré nada sin antes notificarte con anticipación. Yo seré tu aprendiz y tú la sexy maestra que me provoca a seguir cada lección. —Ella me da un manotazo que no logro esquivar. Ella es tan hermosa y tierna.
Me gusta tener una nueva amiga con la que pueda divertirme. Creo que después de todo, Kendra y yo seremos la mejor pareja falsa de la historia.
¡Holissss! No sé ustedes, pero en cada capítulo me enamoro más de Drystan. Espero que les haya gustado y no olviden compartir, votar y comentar.
メ𝟶 𝐒𝐭✰𝐫𝐠𝐢𝐫𝐥
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Amor fingido (Completa)
Romance¿Qué chica sería tan tonta como para confesarle su amor a su mejor amigo de toda la vida estando borracha? Yo, Kendra Denisse Russo. Desde ese momento, mi vida se convirtió en un torbellino. Ahora, estoy atrapada en una relación falsa con Drystan Wa...