5: Conversaciones profundas

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°~Kendra Denisse Russo~°

Al final, limpiamos el desastre que hice. Obviamente, mi querido novio falso me ayudó a limpiar. Después, él terminó nuestro brownie mientras yo hacía las palomitas para ver una película en mi cuarto.

Spoiler: Casi quemé las palomitas. Él, obviamente, se burló de mí por un buen rato hasta que lo amenacé con llamar a mi hermanito de 7 años para que lo atacara con el bate. Nueva información: un adolescente de 17 años, casi un adulto de 18, le tiene miedo a un niño de 7.

En fin, lo obligué a ver un maratón de Barbie, específicamente "Escuela de princesas". Se aburrió y casi se quedó dormido, pero obviamente lo obligué a que la terminara. Mi habitación es bastante grande y él se puso a investigar después de terminar la película. Casi me da un infarto cuando prendió mi computadora, allí guardo todo sobre mis libros y nadie lo puede saber.

Él me da paz y creo que podría revelarle muchas cosas sobre mí, pero tengo miedo. ¿Y si se aburre y me deja a mitad de la farsa? ¿Y si me abandona cuando ya lo considere un amigo? Hoy es uno de esos días en los que tengo miedo de mis acciones. Siempre que me abro con las personas o intento ser yo misma, se van, se alejan y nunca más vuelven. Eso me hace creer que soy el problema.

—Me gustó mucho estar contigo hoy. No sé si necesitabas distraerte de cualquier cosa, pero yo sí lo necesitaba y me ayudaste bastante, de verdad, gracias.—No sé qué decir, así que solo asiento y muevo mis hombros en señal de que no sé contestar, y él sonríe.

—Drystan, yo siempre estaré para ti, pero la única condición es que me hagas más brownies más seguido.

                     °~♧♧♧♧♧~° 

Las horas pasan tan rápido que me distraigo y no me doy cuenta de que mis padres han llegado. ¡Dios mío!

Drystan se ha quedado dormido mientras le enseñaba que puedo contar del 1 al 1,000.

—Denis, cariño, vengo a darte las buenas noches. ¿Puedo pasar? —Mis padres están al otro lado de la puerta.

Salto y despierto a Drystan sin hacer ruido. Se deja guiar, sospecho que aún sigue dormido. Mi habitación es bastante grande: tengo mi cama matrimonial a la izquierda, y amo las camas grandes. Hay muchos pósters de The Weeknd, mi armario está al lado del tocador, y a la derecha está el escritorio donde escribo. También tengo un mini espacio para hacer pilates. Me tiro en la alfombra que está al lado de la cama, combina con la decoración azul pastel, blanco y negro.

—Sí, pasen. Estaba terminando de hacer pilates. —Ellos entran y se lanzan en la cama sin mucho cuidado. Me fastidia cuando hacen eso, ruedo los ojos y ellos se ríen descontroladamente.

—Mi pequeña niña es toda una señorita. —Mi padre me toma de los cachetes de manera tierna.

—Kennedy, no avergüences a la niña, ya es toda una mujer. —Interviene la señora que me obligó a usar camisetas de unicornios hasta los 15 años. A pesar de eso, les agradezco que no me permitieran hacer algunas cosas.

—Queríamos hablar contigo sobre algunas cosas. —En ese instante me pongo muy nerviosa porque sé que Drystan escuchará la conversación.

—Cariño, sé que la adolescencia es dura y que estás descubriéndote y aprendiendo a vivir casi como un adulto. A tu edad queremos comernos el mundo y no disfrutamos de lo verdaderamente importante en la vida. Sabemos todo lo que has pasado estos últimos años y queremos que sepas que no estás sola. Es un proceso duro de aceptación, adaptación y sentirse mal, pero sabes que tienes una familia que siempre estará para ti. —No sé qué pensar de todo esto, si lo sé o simplemente finjo no escuchar.

—Entiendo, muchísimas gracias. De verdad los amo mucho. —Nos damos un fuerte abrazo y después de muchos chistes malos de mi papá, ellos se van a dormir y puedo respirar tranquila.

Drystan sale de su cuarto y le doy luz verde. Me mira desde el primer momento en que sale y siento que sus ojos son láseres intentando ver más allá de mi carne.

—Debes escapar o mis padres me harán ver a los chinos comiendo arroz con palillos. —Él se ríe y yo le tapo la boca. Sus labios están sobre mi palma, tan suaves y con ese rico sabor a caramelo de limón.

Bajo las escaleras y le doy gracias a Dios de que mis padres nunca revisan las cámaras de seguridad.

Al llegar a la puerta, quito la alarma y me aseguro de tomar mis llaves por si acaso. Estamos en el jardín delantero, fresco y lleno de luces de colores blancas y crema que iluminan unas plantas colgantes. Si no me equivoco, son los potos y cissus.

—Oye, sé que has tenido que vivir muchas cosas. También sé que no puedes confiar del todo en mí, pero cualquier cosa, siempre estaré aquí para ti. —Me toma de la cintura y me besa en la frente antes de desaparecer en su moto.



¡Holis! El capítulo me costó mucho terminarlo. Les agradecería mucho si comentan, comparten con sus amigos y votan por la historia. ¡Muchísimas gracias por leer!

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メ𝟶 𝐒𝐭✰𝐫𝐠𝐢𝐫𝐥

Amor fingido (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora