15: La fiesta de piscina en casa de Nora (parte 2)

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**~Kendra Denisse~**

Estábamos todos reunidos, algunos en la piscina y otros sentados en la orilla con los pies en el agua. Dryss y yo éramos parte de este último grupo.

—Bueno, jugaremos a "Yo nunca, nunca". Quien haya hecho lo que se diga, toma un trago. No se vale mentir —anunció Nora, quien lideraba el juego. Éramos nueve personas en el grupo; los demás estaban ocupados en otras cosas. Reconocí a Nathan, Amy, a los amigos de Drystan, mi amiga, y a las gemelas Angie y Cristal.

—Empiezo yo —dijo Dylan—. Yo nunca, nunca me he emborrachado por despecho. —Queider, Dylan, Yara y algunos más bebieron, pero ni Drystan, ni las gemelas ni yo lo hicimos.

—Yo nunca, nunca... —dijo Angie, una de las gemelas—. Yo nunca he hecho el ridículo frente a mucha gente.

Sabía que esto iba a terminar mal desde que vi a ciertas personas en el grupo. Y cuando llegó el turno de Amy, mis sospechas se confirmaron.

—Yo nunca, nunca me he acostado con el novio de mi mejor amiga —dijo Amy, mirando directamente a Angie. Lo que había empezado como un juego inocente estaba convirtiéndose en una guerra.

Drystan tomó su turno rápidamente, probablemente para desviar la atención.

—Yo nunca, nunca me he lanzado a una piscina con ropa —dijo, y antes de que pudiera reaccionar, me levantó como si fuera un saco de papas y se lanzó conmigo al agua. Sus amigos lo imitaron; Dylan tomó a Yara y se tiraron juntos también.

Los demás siguieron el ejemplo, excepto Nathan y Amy. Pasamos un buen rato en la piscina, riendo y disfrutando.

Después, mientras charlaba con Yara, sentí un leve toque en el hombro. Me giré instintivamente y vi a Angie.

—Oye, ¿puedo hablar contigo cinco minutos? —dijo, juntando las manos en un gesto de súplica. Acepté.

—Mira, sé que esto puede parecer raro porque apenas nos conocemos, pero quiero aclararte lo que se dijo en el juego. Nada de eso es cierto, pero mi reputación se ha vuelto un desastre por ese rumor malintencionado. Si no me crees, puedes preguntarle a Drystan. Al final, el karma y el destino siempre ponen las cosas en su lugar —dijo. No sabía si creerle, pero tampoco podía culpar a Drystan o a Angie por cosas que ocurrieron antes de que estuviéramos juntos. Sería estúpido hacerlo.

—No te preocupes. Además, es un tema que desconozco. No voy a juzgarte, y tampoco es mi problema. Ahora estoy con él, pero no estuve en su pasado —respondí. Angie sonrió, y charlamos un rato. Me pareció una chica bastante agradable.

Más tarde, Drystan se acercó y fuimos juntos al trampolín para tener un momento a solas.

—Hoy quiero tener mi primera lección —dijo Drystan, después de un rato recostado boca arriba, mirando al cielo.

No sabía qué decirle. Aún no entendía del todo cómo proceder con esta "terapia". Para comenzar, tendría que conocer su historia, pero yo misma había puesto la regla de no hablar del pasado.

—Sé que estás un poco confundida con todo esto, así que te diré tres cosas importantes: La primera, mi mamá murió cuando tenía nueve años —eso ya lo sabía; Nathan se burlaba de él por eso, y aunque no me parecía bien, nunca dije nada—. Segundo, me perdí a mí mismo desde entonces. Viví ese duelo solo, y mi vida murió junto con la de ella. Y tercero, solo he tenido una novia, y fue la peor experiencia, no por ella, sino por mí.

Sus palabras me estremecieron. Pensar en todo lo que había pasado me hacía sentir impotente. No era psicóloga, pero quería ayudarlo.

—Empezaremos con lo básico —dije—. Amar no es algo sencillo ni algo que debas tomar a la ligera. Cuando realmente ames a alguien, lo sabrás. Tu corazón latirá rápido, sentirás mariposas en el estómago, y esa persona estará en tus pensamientos constantemente. Pero también debes entender algo: si no te amas a ti mismo, no podrás amar a nadie más. No puedes revivir a tu madre llorando o cayendo en la depresión. Ella querría que estuvieras bien, que te ames como ella te amó, que te cuides como ella lo hizo. Ninguna grieta es tan grande como para no poder repararse. Tienes muchas heridas y traumas, pero todo eso puede sanar. Solo necesitas confiar en ti.

Nos quedamos en silencio durante un rato, hasta que escuchamos voces muy cerca, detrás de unos arbustos con flores rojas.

—¿De verdad crees que lo de ellos va en serio? —era Amy, hablando con Nathan.

—Obvio que no. Kendra es una niña rica y caprichosa, no estaría con alguien como Drystan —respondió él. Sentí cómo la ira me invadía.

—Deberíamos hacer algo para sabotear sus planes. Sé que Kendra esconde algo —añadió Amy. Me congelé al escucharlos, y sentí la mirada de Drystan clavada en mí.

—Yo sé perfectamente qué es lo que esconden —susurró Drystan, pero no pude descifrar el tono de su voz.

Me di cuenta de que tenía que hacer algo antes de que ellos lo hicieran, o estaría acabada.

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Gracias por leer.

メ𝟶 𝐒𝐭✰𝐫𝐠𝐢𝐫𝐥

Amor fingido (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora