18: Almas vacías

17 1 0
                                    

°~Drystan Warren~°

Cada vez que veo a Kendra, es como si el caos que me rodea desapareciera por completo, como si todo el dolor que llevo dentro ya no fuera suficiente para sanar. No quiero arruinar la amistad que estamos construyendo, pero mi maldita boca me delata, y cada vez digo cosas estúpidas. Es doloroso, como un golpe en los genitales.

No sé qué diablos me está pasando; yo no solía ser así. Pero ahora siento una necesidad incontrolable de besarla, tocarla y mimarla todo el día, sin querer separarme de ella. Es raro, porque no somos pareja y nunca lo seremos, al menos no por mi elección.

Intento ignorar todo lo que está pasando por mi mente mientras nos dirigimos a casa después de la desastrosa fiesta de Nora.

Debo admitir que me sentí increíblemente feliz al compartir este momento con ella y no quería que terminara. Mi ahora mejor amiga es tan especial que quisiera ser egoísta y tenerla solo para mí, cuidarla y protegerla con alma y corazón. Supongo que así es como funcionan las amistades.

-Oye, Drystan, ¿qué harás este jueves? Tengo el partido final y me encantaría que vinieras.- Ella me mira con orgullo y felicidad, pero odio tener que decirle que no podré.

-Me encantaría decirte que sí, pero tengo compromisos con el equipo ese día. Tal vez pueda ir después.- Puedo ver su decepción, pero luego frunce el ceño y asiente.

°~♡♡♡♡~°

Al dejar a Kendra en su casa, vi a su familia. Su hermanito me amenazó, sus padres me observaban con intriga, y su otra hermanita parecía intentar coquetear conmigo. Si eso es tener una familia, definitivamente es mi objetivo.

A veces deseo tener una familia unida, con tíos, abuelos y primos. Pero no siempre podemos tener lo que queremos.

Odio cómo suena mi situación; siento que me estoy victimizando. No me gusta contar mi historia porque sé que no todos ven la vida de la misma manera. Cada uno pasa por situaciones que nos hacen creer que estamos haciendo lo correcto, aunque tal vez no lo sea para los demás. No juzgo la forma en que los demás ven las cosas, porque he aprendido que cada persona juzga según su propia experiencia o la educación que recibe. Yo tuve que aprender todo lo que sé por mí mismo; desde temprana edad, tuve que "madurar" para sobrevivir a la falta de apoyo de mi padre después del duelo que enfrentó. No me malinterpreten, no justifico su ausencia durante tanto tiempo, pero ambos vivimos situaciones similares y quiero pensar que lo hizo por eso. Mientras yo perdí a mi madre, la primera mujer de mi vida, él perdió el amor de su vida y a la que consideraba su compañera para siempre. Nadie espera una enfermedad terminal que nos impida disfrutar de lo que hemos trabajado tan duro para conseguir.

A veces me quedo pensando en la muerte, en cómo es tan impredecible, desgarradora, pero a la vez, llena de paz. Siento paz porque mi mamá solo estaba sufriendo. Aún recuerdo su último día, y cómo sin saberlo, fue la última vez que vimos a una persona tan especial para nosotros.

Agradezco tener amigos que son como familia para mí. Queider y Dylan son mis verdaderos hermanos. Han estado en cada momento de mi vida, y me siento afortunado por su amistad. Cada momento bueno o malo, ellos han estado allí para mí. No entiendo cómo no se han ido de mi lado. Ellos han visto cada versión de mí; ya han pasado 10 años desde que los conozco, y no me arrepiento de nada. Éramos unos niños, y sabíamos lo que significaba la verdadera amistad. Me siento orgulloso de tenerlos a ellos.

Llegué a casa y, sorprendentemente, mi padre estaba en la mesa del comedor con dos platos servidos. Pensé que teníamos invitados, pero no, solo éramos él y yo. Nunca había pasado un momento tan agradable con mi papá en años, y no puedo negar que fue una bendición. Me sentí agradecido y feliz.

Vimos películas de los 2000, mis favoritas y las suyas. Hablamos de su trabajo y de mi escuela. Luego nos fuimos a nuestros respectivos cuartos. Al abrir mi computadora, algo bastante vieja y maltratada, leí el nuevo capítulo de Kendra.

**Almas vacías: capítulo 20**

Me emociona leer cada párrafo, cada frase, cada pequeño gesto de los personajes. Aunque ella no lo crea, yo me veo reflejado en cada página. Dos adolescentes con vidas totalmente diferentes, pero cuyos caminos están unidos por el destino y un amor que supera cada barrera que plantea la sociedad. Ella, una chica llena de heridas e inseguridades que finge una vida que no es la suya para encajar; y yo, con un futuro brillante pero sin encontrarme a mí mismo ni mi propósito en la vida. Nuestras almas están igual de vacías, pero al final, cada uno puede ayudar al otro con sus almas rotas. Porque, al final, ningún corazón está tan herido como para no ser sanado.

Yo también tengo el alma herida, pero esa grieta no será tan profunda ni tan oscura como para no ser sanada. En eso, Kendra y yo tenemos algo en común. Prometo que mi alma, aunque cubierta de dolor, será tan hermosa como ninguna.

---

メ𝟶 𝐒𝐭✰𝐫𝐠𝐢𝐫𝐥

Amor fingido (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora