28: Te pido de rodillas.

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°~Kendra Denisse~°

No llevábamos ni una semana de noviazgo y ya parece que hemos terminado. Por Dios, ¿cómo se le ocurrió decir eso sin siquiera saber de qué se trataba? Me hizo sentir horrible; esta vez Drystan se pasó. Estoy comiéndome un kilo de helado mientras veo "A todos los chicos de los que me enamoré". Siempre me siento mal o estoy ovulando, así que paso mi tiempo en estas películas románticas.

—Denis, ¿hoy Drystan no vendrá a casa? —pregunta mi hermana, que es fan número uno de Drystan. Sospecho que le gusta un poco; ese maldito hasta los niños lo aman.

—No, Jade. Él no vendrá, así que vete a jugar con Kaiden. —Mi hermana me saca la lengua y sale corriendo mientras yo vuelvo a mirar al televisor, resignada a las ocurrencias de mi hermana.

Los pensamientos esquizofrénicos vuelven, y quiero arreglar las cosas con mi novio, pero mi orgullo está herido después de tal humillación. Además, le advertí que necesitaba tiempo. Al pasar un rato, me doy cuenta de que ya estoy al final del capítulo de mi historia, es decir, el epílogo, así que abro la puerta, me dirijo a mi balcón y paso allí las siguientes horas hasta que finalmente el epílogo está listo.

Epílogo: El refugio de las estrellas.

Bajo un cielo teñido de un suave púrpura al atardecer, los campos alrededor de la aldea se extendían en todas direcciones como un mar de oro y verde. Los árboles susurraban al viento y el aroma a lavanda silvestre flotaba en el aire. Ella, la chica que había llegado a la aldea buscando paz, se encontraba de pie en lo alto de una colina, mirando la casa que había llegado a amar como su hogar. A lo lejos, el río reflejaba los últimos rayos del sol, como si también se preparara para despedirse del día.

Stefan Walter, el hombre que se había ganado su corazón con su calidez y comprensión, caminaba hacia ella. Sus pasos eran lentos, casi como si temiera romper la magia del momento. Cuando finalmente llegó a su lado, ella no pudo evitar sonreír. Ese hombre había traído luz a su vida oscura, y ahora, en esta colina, parecía que todo lo que habían pasado los había llevado hasta aquí, a este instante.

"¿Sabes?", dijo Stefan en voz baja, mirando el horizonte. "Nunca pensé que encontraría a alguien como tú. Alguien que no solo entendiera mis sueños, sino que los compartiera."

Ella lo miró, con el corazón latiendo fuerte en su pecho. "Yo tampoco pensaba encontrar a alguien como tú, Stefan. Siempre pensé que estaba destinada a estar sola, que mi camino era uno solitario. Pero... en ti, encontré algo más que compañía. Encontré un hogar, un lugar donde realmente pertenezco."

Stefan tomó su mano, entrelazando sus dedos. "Yo te encontré a ti. Y no hay otro lugar en el mundo donde preferiría estar."

El viento sopló suavemente, jugando con el cabello de ambos, y ella sintió la calidez de su mano como un ancla, una promesa silenciosa de que todo estaría bien mientras estuvieran juntos. En ese momento, el mundo parecía detenerse.

Con una ternura que solo él podía tener, Stefan la giró suavemente hacia él, mirándola a los ojos como si fueran el único tesoro que importaba. "Te amo," susurró, sus palabras siendo arrastradas por la brisa. "Te he amado desde el primer momento que te vi, y no quiero pasar otro día sin ti."

Una lágrima rodó por su mejilla, pero era una lágrima de pura felicidad. "Yo también te amo, Stefan. Por primera vez en mi vida, siento que estoy donde siempre debí estar."

Él la acercó más, hasta que sus frentes se tocaron, y en ese instante, todo el dolor, toda la soledad que alguna vez habían sentido, se desvaneció. Y bajo el cielo que ahora brillaba con las primeras estrellas de la noche, se besaron, sellando su amor con la promesa de un futuro lleno de luz y esperanza.

Hacer ese epílogo me ha dejado el alma vacía, porque esta historia es la que más me ha gustado entre todas las demás por su significado. Me siento feliz y triste, es una montaña de emociones. Estoy cerrando el portátil cuando siento una piedra caer a mi balcón. ¿Qué rayos?

Y cuando voy a revisar, me encuentro con Drystan escalando el maldito balcón. Este psicópata, espero que haya venido a disculparse. Entre mis quejas, lo ayudo a subir. Al entrar, me sorprende verlo arrodillado ante mí y ofreciéndome una gran cantidad de regalos: un peluche de Snoopy que sostiene flores y un corazón, una casa hecha a mano de brownies, una caja grande y un ramo de flores.

—Nada de esto es suficiente y sé que tu perdón no se compra, por eso me arrodillo ante ti y te pido que me perdones por actuar como un idiota y no medir mis palabras. Soy un completo idiota, te pido que me perdones y podamos arreglar esto porque no quiero estar mal con mi pastelito. —Estoy completamente sorprendida; nunca ningún hombre me había pedido perdón, y menos de rodillas. —Por favor, di algo.

—Está bien, te perdono, pero entra, estás temblando y todo está helado. —Me sonríe y me da un fuerte abrazo, luego termina por cargarme.

Nos quedamos mirándonos por unos segundos antes de que ponga todo lo que trajo en mi cama y me atraiga a un beso. Estoy recostada en mi escritorio mientras me besa.

—Pagaría mi condena totalmente feliz solo si esta me permite tener un último beso tuyo. Tus besos son aquella condena que me hace querer pagar. —Sus fuertes manos toman mi cintura y yo aún estoy en las nubes.

—Mi hermoso pastelito, debo irme, pero prometo llevarte de besos y caricias cada día hasta el día de mi muerte. —Así como llegó, se esfumó por donde entró, y estoy completamente abrumada. Sus besos son como un terremoto de emociones. Estoy totalmente acabada con este chico.

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Me gusto mucho el capitulo y espero que a ustedes también. Gracias por leer.

メ𝟶 𝐒𝐭✰𝐫𝐠𝐢𝐫𝐥

Amor fingido (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora