27: Discusiones

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**~Drystan Warren~**

—Espera, ¿somos novios, amigos con derechos, o qué? —Su confusión me hace gracia, pero también me inquieta.

—Ya te lo dije, mi pastelito, puedo ser tuyo si así lo deseas. Por favor, dame una oportunidad —digo, tratando de mantener la calma, aunque por dentro estoy aterrorizado.

Ella guarda silencio, y empiezo a temer que me rechazará, pero sus palabras acallan mis pensamientos ansiosos.

—Drystan, no estoy segura de esto... pero quiero darme una segunda oportunidad, una que espero sea recíproca. Estoy en un mal momento y espero no arrepentirme. También siento algo por ti, aunque no quise aceptarlo. Me he enamorado de ti y sí, quiero intentar esto, dejar de fingir. No quiero un amor falso.

Nunca me imaginé que aceptaría, pero al verla tan hermosa, mojada y con las mejillas sonrojadas, la atraje hacia mí y la besé.

—Siempre fuiste mía, siempre fuiste tú. Me alegra que aceptaras, y te prometo que nunca te arrepentirás.

Siento que estoy en las nubes.

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Nuestros amigos encendieron una fogata, y estábamos reunidos alrededor, asando malvaviscos y compartiendo anécdotas graciosas. Estoy abrazado a Kendra, mientras ella acaricia mi brazo con sus suaves manos. Mi novia es tan hermosa.

—Qué asco el amor —Dylan y Yara hablan al unísono, y todos reímos.

Pasamos un buen rato así, pero la noche avanza y es hora de irnos. La van nos espera, y esta vez me siento más confiado con Kendra. Mientras viajamos, ella recorre con sus dedos las cicatrices de mis autolesiones de años atrás, y veo en sus ojos una mezcla de preocupación y duda. Sé que sospecha que le oculto cosas, y la verdad es que también siento esa misma sensación hacia ella.

Al dejar a Kendra en su casa, la beso con todo el deseo que tengo de estar con ella. Me inunda la cabeza la idea de quedarme para hacer brownies juntos y simplemente molestarla, pero al final decido resistir esas ganas.

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Han pasado dos días desde mi petición, y han sido los mejores. Estoy en su casa, haciendo brownies y viendo Barbie y Pocoyó con sus hermanitos.

Estoy dibujando con su hermano Kaiden; es muy talentoso, y tal vez en unos años decida dedicarse a esto. Le estoy enseñando algunas técnicas mientras Kendra y Jade se prueban los vestidos que les traje.

—Mira, Drystan. ¡Ahora soy una princesa! —dice la pequeña Jade, saltando con su vestido de Cenicienta, mientras Kendra lleva un vestido de Rapunzel.

—Las dos son unas princesas hermosas —respondo, sonriendo.

La verdad, me divierto mucho con los niños y con mi pastelito. De vez en cuando, Kendra observa con nostalgia a sus hermanitos jugar. Yo también desearía ser un niño de nuevo y poder jugar sin tantos miedos y preocupaciones. Al final, ambos salimos a dar un paseo y terminamos en el parque, bajo la lluvia.

—Aún no puedo creer que nuestro primer beso haya sido aquí, bajo la lluvia —dice Kendra mientras nos sentamos bajo un árbol a comer brownies y gelatina.

—Drystan, ¿por qué estabas en el psicólogo aquel día en que me viste? —Su pregunta me toma por sorpresa, y decido tomar el camino fácil.

—Por el asunto de mi mamá —respondo. No es del todo mentira, pero tampoco es la verdad completa; el contexto es mucho más complicado. —¿Y tú por qué estabas allí?

—No quiero hablar de eso, por ahora no —dice, terminando de comer su brownie, y sospecho que lo hace para evitar esta conversación.

—¿Por qué no? ¿Acaso no confías en mí? Yo te he contado todo sobre mí —Sé que he dicho una estupidez, pero me enoja que desconfíe de mí cuando yo le conté sobre mi mamá.

—¿De qué hablas, Drystan? Solo he dicho que no estoy lista para hablar de eso. Es un tema que aún me afecta, y no creo poder hablarlo ahora —responde, y a pesar de que no debería, eso me enoja aún más, y digo más estupideces.

—Lo entiendo, pero no creo que sea algo de lo que no podamos hablar. Yo podría ayudarte en lo que pueda, no creo que sea tan grave —Kendra se va furiosa, y por alguna razón no la detengo. Estoy enojado. Es obvio que desconfían de mí, cuando yo le he dicho todo sobre mí. Solo llevamos dos días de relación, y ella ya sabe más de mí que yo de ella; no sé absolutamente nada, y aun así, le he contado todo.

La veo alejarse y la dejo irse. Me voy a casa sin mirar atrás ni un segundo. Bien, si ella así lo quiere, pues será así. Falta poco para la graduación, y debería enfocarme en eso, no en estúpidas peleas. Más tarde lo resolveremos, pero por ahora debo enfocarme en la graduación, que además coincidirá con el día de mi cumpleaños.

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Esto se está poniendo interesante. Gracias por leer y espero que les haya gustado.

メ𝟶 𝐒𝐭✰𝐫𝐠𝐢𝐫𝐥

Amor fingido (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora