Los hermanos Beltrán

Solo quiero que razones un poco.

SANTIAGO POV

Subí al cuarto de mi hijo mayor y le ví que tenía la carita de que lloró mucho, tenía los ojos rojos, la verdad Sam me dijo que le iba a dar un regaño de aquellos, osea que con palabras le iba hacer recapacitar, se lo mucho que duelen esos regaños en una ocasión papá me lo hizo a mi, yo estaba haciendo prácticas en el laboratorio y cometí un error importante en lugar de disculparme me puse más enojado, no me trató como el hijo del dueño al que seguramente le hubiera dado una zurra por su actitud en privado, si no que me regaño como un empleado practicante más, en frente de todos y diciéndome que si no me tomo las cosas enserio que me vaya de ahí, que lo que le molesta es que si se que me equivoqué por lo menos pida disculpas y siga adelante no que me enoje mas y que no aprenda de mis errores, tenia 17 años casi 18 y me sentí como de 9 o 10 nunca me gritó ni me habló fuerte si no que me hizo darme cuenta de mis errores pero no con palmadas o con regaños que le das a tu hijo si no como le hablas a un subordinado, ese día me di cuenta que debo aprender a manejar la frustración o me iban a comer vivo en la carrera de medicina.

La cosa es que ví que mi hijo estaba muy arrepentido, que las palabras de Sam eran muy efectivas, así que no le di la otra parte del castigo, anoche hablamos y llegamos al acuerdo que el le de la parte larga del castigo, el regaño y yo la iba a dar unos cuantos azotes con el cepillo, no me gusta el papel de malo, pero Sam no quiere usar ningún objeto, lo entiendo yo tampoco quiero, pero se que mis hijos están creciendo y aunque me gustaría que sean pequeños y no crezcan eso no está pasando, se que muchos padres que usan este método de disciplina me dirán que darles palmadas no tiene ningún sentido ya que eso no les impacta cuando son ya adolescente, algo de razón tienen, papá a pensar que me adoraba y daba la vida para que yo sea feliz, desde que cumplí 13 años la mayoría de los castigos fue con el cepillo, si dolia y un rato sentia que podia freír un huevo en mi trasero de lo que quemaba pero no era nada tan insoportable, pero la verdad es que eso depende mucho de como les cries a tus hijos, para Mateo si le doy un solo azote con el cepillo suave estoy seguro que va llorar por lo menos unos 15 minutos, pero en mi caso si me daba papá con el cepillo causaba el mismo efecto que sienten mis hijos cuando les castigo con la mano.

Lo único que se es que si puedo voy a evitar usar algún objeto, creo que mi mano es más que suficiente para la mayoría de veces, no comparto el castigo físico cuando es extremadamente duro, se que ningún padre quiere hacer daño a sus hijos, Pero deben medirse un poco, recordar que los hijos no son extensiones nuestras, que ellos son seres independiente que deben volar y hacer su vida, nuestro único trabajo es guiar y enseñar lo que está bien y lo que está mal, no querer controlar sus vidas mediante castigos.

Este pensamiento no me llegó casual a mi mente, cuando estuve en Miami uno de mis nuevos socios estaba hablando con su amigo que era el vicepresidente de su empresa y le decía que el día de ayer su hijo salio con sus amigos y que había llegado muy tomado y que el chico le contó que fumo un porro de marihuana, cuando escuché eso me recordó la ocasión que tuve que ir a buscar a Ian de la fiesta.
La cosa que mi socio dijo que ese comportamiento estaba prohibido en su casa y que le dió a su hijo 16 azotes con el cinturón, uno por cada año de vida.

En mi mente me pongo analizar si muchas veces hay padres muy estrictos o si yo soy muy blando, mi socio se notaba que amaba a su hijo, porque dijo después de eso se puso a llorar por tener que ser tan estricto con su hijo querido, con su nene mayor.

El vicepresidente de su empresa le dijo que estuvo bien lo que hizo ya que su hijo faltó a todas las normas de su casa y que si es un castigo fuerte pero que era lo que ya tenían estipulado que iba a pasar y que no se sienta mal, ya que muchas veces le había advertido las consecuencias si consumia drogas y alcohol.

Me preguntaron a mi si tenía hijos y yo les respondí que tres.

Se quedaron con la cara como ese meme de la señora que está haciendo cálculos para ver si había manera de que con mi edad podía darse que tenga tres hijos.