Capítulo 7

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・ 。呪いの王 。・

Yuji Itadori no creía en lo sobrenatural pero no le quedó más remedio que aceptar que algo de ese imaginario colectivo podría existir tras la sucesión de extraños sueños que se repetían en su cabeza una y otra vez. Todo a raíz de ese día.

Primero fueron las voces, no podía escapar de ellas. Daba igual donde estuviera, que a sus oídos llegaban unos murmullos de ultratumba que apenas podía distinguir. Y estaba muy seguro de encontrarse solo en su habitación, el problema es que comenzó a replicarse en todos lados, en la universidad, en la calle, en el metro...

—Mamá, ayúdame... —suplicaba alguien, justo a su lado en el campus de la facultad.

Luego comenzaron las sombras, acompañando a las voces. Una forma oscura comenzó a surgir de donde escuchaba esos sonidos. Se movía e incluso podía sentir que a veces le seguían. Procuraba evitar cualquier contacto con ellas.

Por último, esos seres se hicieron corpóreos y podían interactuar con su entorno y el propio Yuji. Un escalofrío recorría su espalda cada vez que una de esas cosas lo tocaba. En ese momento podía ver una especie de mosca con la cabeza muy grande, revoloteando por el salón haciendo un zumbido demasiado molesto.

—Oye, ¿me estás prestando atención? —le reclamó Uraume a su lado, buscando con la mirada aquello que distraía al joven Itadori.

Al no encontrar nada más que una pared con cuadros, levantó una ceja y bufó en señal de molestia. Ahora comenzaba a pensar que se estaba volviendo loco porque era el único que veía a aquellos seres.

—Sí, perdona —se disculpó, regresando la mirada a la carta recién abierta que tenía entre manos.

Era el final del cuatrimestre y la temida llegada de las notas de los exámenes. Como era obvio, su tío no se hacía cargo de nada de eso y delegaba todo en Uraume, que esperaba medio impaciente y de pie justo a su lado, golpeando con el tacón el suelo algo nerviosa.

—¿Me lo vas a leer o qué?

—Sí, sí... —respondió Yuji, rompiendo el sobre entre sus manos.

No supo porqué pero estaba temblando, su espalda se había cubierto de una capa de sudor frío que se pegaba a su ropa, estaba muy incómodo por alguna razón. Se sentía confundido, sabía que había aprobado todo con buena nota pero aún así tenía una mala sensación. Náuseas otra vez cuando sacó aquella hoja blanca con tantas letras que ahora comenzaban a bailar frente a sus ojos.

—Ana...tomía hu-humana... ¿Un nu-nueve? —musitó en voz baja, sin entender por qué no podía leer los kanjis correctamente.

—Suficiente —negó Uraume arrebatándole la carta de las manos con un tono algo más hostil—. No sé por qué me ilusioné pensando que al menos sabrías leer.

—Perdona, ¿qué has dicho? —se defendió Yuji, sintiéndose ofendido por insinuar que era analfabeto.

Uraume lo había ignorado, sacó las gafas de lectura de su blusa y se las colocó elegantemente con sus finos dedos como siempre hacía.

—Anatomía humana, un nueve. Fundamentos del baloncesto, nueve. Fisiología general, un nueve. Habilidades motrices y... —fue leyendo en alto toda la lista de asignaturas del curso y sus respectivas notas.

Cuando acabó, guardó la hoja en el sobre haciendo un pequeño pliegue justo por la mitad y se quitó las gafas para mirar con expresión seria a Yuji, que no traía muy buen aspecto.

—¿A qué viene esa cara tan larga si has sacado todo sobresalientes?

—No me encuentro muy bien —se encogió de hombros, esperando que la mentira colase.

Solo los amantes sobreviven (SukuIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora