La solitaria y el sociable (novela cristiana)

Capítulo 32

Pov: Dylan Tyler

-...Y bueno eso fue lo que ocurrió- me dice Aila.

-Wow, creo que al final tu vida dio un giro inesperado y todo resulto para mejor, entonces ¿Por qué decidiste venir?

- Ah cierto, no te había dicho de eso, hoy estaba ordenando mi cuarto y en eso encontré un dibujo que había hecho de ti cuando estábamos en la escuela, eso me hizo sentir que debía venir a verte... probablemente Dios me estaba llamando hacia a ti.

¿Dios?, espera de que rayos esta hablando.

Él te abandono, aléjate de ella.

-¿Dios te llamo? acaso ¿eres cristiana ahora?

-Oh, no te había dicho, cierto, mi padre es cristiano y me invito a su iglesia, desde entonces acepte a Dios en mi corazón, ¡ahora somos hermanos en cristo!

Tonta, ilusa, como se atreve a traicionarte.

-Em, no, yo ya no soy cristiano Aila.

-Oh, okey...

Luego de eso se formo un silencio muy incomodo, intercambiamos números para seguir en contacto y Aila volvió a su casa.

Pov: Aila Garza

Al llegar a casa reflexione de lo que hoy había pasado.

-¿Dios, porque me enviaste a él si ya no es cristiano?

En eso me llega una notificación de mi versículo diario "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de nuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta Romanos 12:2"

-Tus planes son perfectos y tu tienes un propósito.

Empecé a recordar la vez en que fui a la iglesia por primera vez.

Era el primer domingo que ya estaba en la casa de mi padre, desperté temprano y le prepare desayuno, la verdad ya empezaba a sentirme cómoda en esa casa.

Le di comida a Hot dog y ya desayunando él me hablo.

-Aila, ¿Te gustaría acompañarme a la iglesia hoy?

-Espera, ósea ¿Eres cristiano?

-Exactamente, hace unos meses me sentía muy solo y te extrañaba mucho, al igual que a tu hermana, entonces vagando por la calle vi una iglesia, me parecía muy vistosa y casi que brillaba, esa iglesia me atraía, decidí entrar y toda la gente me recibió con mucho cariño, como una familia, desde entonces no he dejado de ir.

-Wow, se siente muy agradable- Y de verdad quiero experimentarlo- iré.

-Bien, no sabes lo feliz que me pone.

Llegamos bastante temprano y mucha gente que ya había llegado se nos acerco a saludar, todos con mucho cariño, pero en especial una señora que estaba al lado de donde mi padre se sentó.

-Hola Manu, ¿Cómo estas? y ¿Quién es ella?- Pregunta muy amable.

-Ella es mi hija, Aila 

-Un gusto conocerte Aila, eres muy bonita eh, igualita a tu padre- ¿Acaba de llamar bonito a mi padre? aquí me parece que ocurre algo- yo soy Marta Vidal, me hubiera encantado que conocieras a mi hijo, pero no pudo venir porque tiene mucho que estudiar ya que en su universidad aún no salen de vacaciones.

Vidal, ¿Por que se me hace conocido ese apellido?

-Oh, es una pena, pero al menos pude conocerla a usted.

La verdad es que me pareció muy amable y si hubiera química entre ella y mi padre no me importaría.

Cuando empezaron las alabanzas al principio me sentí algo incomoda y no sabia que hacer pero ya pasando el tiempo me sentía más cómoda e incluso cuando terminaron quería senguir cantando, pero al parecer ahora tendríamos que escuchar la palabra.

-Buenos días queridos hermanos y hermanas, por favor siéntanse bienvenidos a la reunión de hoy, antes de comenzar démosle la bienvenida como corresponde a los nuevos hermanos, por favor los que han venido por primera vez pónganse de pie.

Mi padre me anima a pararme y a pesar de que me da un poco de vergüenza, lo hago.

-Y como les dice la congregación.

-Bienvenidos a la familia del señor- Dice la iglesia al unánime.

La verdad me parcia muy lindo el recibimiento.

- Bueno, comencemos orando para iniciar la predica.

Luego de una oración del pastor comenzó la predica.

-Mis hermanos, hoy hablaremos de la muerte y resurrección de Jesucristo, se que este tema muchos ya se lo saben de memoria, pero es importante siempre estar recordándolo, ya que Dios siempre nos habla de maneras distintas...

Luego de la predica no pude dejar de pensar en todo lo que Jesús sufrió solo por nosotros, humanos que nos equivocamos y no lo merecemos, pero el no nos pide nada a cambio, lo hizo por amor y ni siquiera nos pide amor devuelta.

-Hija, quieres ir por un helado.

-Obvio papá, ¿a quien le importa que sea invierno? incluso saben mejor en esta estación del año.

- Eso es muy cierto.

Yo me pedí un helado lúcuma y vainilla, mientras que mi padre pidió de lúcuma y café y si, saque el gusto de lúcuma a mi papá.

Eso me recordó cuando peleé por los gustos de helado con el chico cara bonita, desde hace mucho no lo llamaba así.

- Y que te pareció la iglesia?

-Me encanto, no quiero faltar nunca, iré todos los días.

Eso me recordaría mucho a Dylan y eso me hacia feliz, poder recordar nuestros momentos felices, ya que el fue el único que me aprecio.