Día 9 | Tradiciones de boda

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Puedes acompañar el escrito con la siguiente canción:

🎵「https://www.youtube.com/watch?v=dknpx5jKSaY」

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Sakura Haruno observó con asombro y un poco de decepción el desastre que se había convertido en la sala de su pequeño departamento. Lo primero que vio fue la ropa. ¿Qué hacía la ropa esparcida por todas partes? Francamente, no lo entendía, y lo peor es que su prometido había mezclado la ropa limpia con la sucia. Ah, pero estaba completamente equivocada porque eso no era lo peor. Las invitaciones de boda a medio terminar estaban en la mesa, eso sí era la representación del caos; y en el centro de este, Sasuke Uchiha, su prometido, se mantenía increíblemente sereno mientras leía un libro de historia sobre ninjas sin tomar en cuenta que a Sakura le brincaba el ojo.

—¿Sasuke, realmente estás seguro de que no necesitamos una boda tradicional Uchiha? —preguntó Sakura con una mezcla de desesperación y ansiedad mientras trataba de ordenar la sala.

Sasuke levantó la vista de su libro, su expresión imperturbable.

—Sakura, ya hemos hablado de esto. No necesitamos una boda tradicional. Solo necesitamos una boda que nos haga felices a ambos.

Sakura suspiró, sintiéndose un poco más aliviada, pero estaba lejos de estar tranquila. Entre su familia, las expectativas y las tradiciones de los Uchiha, planear una boda se estaba convirtiendo en una tarea monumental.

—Está bien, está bien. Ya no insistiré —dijo Sakura levantando sus manos con un malhumor latente—. Voy a pedirte una cosa muy pequeña.

—Dime —respondió Sasuke.

—Solo préstame atención —pidió su prometida, por lo cual Sasuke dejó su libro de lado y posó su mirada en ella—. ¿Podrías ayudarme a ordenar la sala? Esto no puede empeorar más.

Sasuke miró a su alrededor y se dispuso a ayudarle a su prometida.

Pero lo que Sakura no sabía era que no era correcto retar al Universo, porque este lo tomaba personal y de qué manera.

El caos se intensificó cuando Mebuki Haruno, la madre de Sakura, decidió involucrarse en los preparativos de la boda de su única hija. Ella llegó justo en ese instante con un cuaderno lleno de ideas.

—¡Sakura, linda, he traído algunas ideas fabulosas para la boda! —dijo Mebuki mientras entraba a la sala, ignorando por completo el desorden.

Sasuke, aún sentado en el sofá, enarcó una ceja, pero no dijo nada.

—Mamá, ya hemos decidido que queremos una boda sencilla —intentó explicar Sakura.

—¡Tonterías! —exclamó Mebuki minimizando las palabras de su hija—. ¡Necesitamos una ceremonia grandiosa, con todas las tradiciones familiares! Lo sabes, ¿verdad?

No pasaron ni quince minutos cuando Mikoto Uchiha, la madre de Sasuke, se presentó con su propio arsenal de tradiciones Uchiha. Llegó con un kimono formal y un aura de autoridad que dejó a Sakura un poco intimidada.

—Sakura, hija, es fundamental que incluyamos algunas de nuestras tradiciones en la ceremonia —dijo Mikoto mientras desplegaba un pergamino antiguo con los detalles de una boda tradicional Uchiha.

Sakura miró el pergamino, luego miró a su madre, y finalmente a Sasuke, quien parecía haber desarrollado una fascinación repentina por la lámpara del rincón.

—Mamá, Mikoto-san, entiendo que ambas quieren lo mejor para nosotros, pero...

—No hay peros, Sakura —interrumpió Mikoto con una sonrisa que ocultaba una firme determinación—. Este es un día importante, y es crucial que honremos nuestras tradiciones. Como una Uchiha que eres ahora, no puedes negarte.

Sakura suspiró cansinamente, sin idea de qué hacer en ese momento; y su futuro esposo no le ayudaría. Eso era más que claro.

Los días siguientes fueron un torbellino de discusiones sobre flores, rituales, canciones y más, mucho más. Sakura se sentía como si estuviera en el centro de una tormenta, tratando de equilibrar las demandas de ambas familias. La situación alcanzó un punto crítico cuando se perdió el anillo de compromiso de Sakura.

—¡Esto es un desastre! —gritó Sakura mientras revolvía el apartamento en busca del anillo.

Sasuke, en su usual calma, simplemente dijo: —Tranquila, Sakura. Lo encontraremos.

Una semana antes de la boda, todo llegó a un punto de ebullición. Ambas madres estaban en la sala de estar, cada una defendiendo sus propias tradiciones. La tensión era palpable y ninguna quería ceder.

—¡No podemos hacer esto sin la ceremonia del té! —exigió Mebuki.

—¡Y no podemos prescindir del intercambio de espadas! —respondió Mikoto.

Sakura, agotada y al borde de las lágrimas, se levantó y salió de la sala, que se mantenía como la representación gráfica del caos que era su vida en esos momentos. Sasuke la siguió, encontrándola en el balcón.

—Sakura... —comenzó Sasuke.

—Sasuke... —dijo al borde de la desesperación—. No sé si podemos hacer esto. Nuestras familias, las tradiciones... todo es demasiado. No les damos gusto con nada.

Sasuke la tomó de la mano y la miró a los ojos.

—Escucha, Sakura. Esto es sobre nosotros. No sobre las tradiciones o nuestras familias. ¿Quieres casarte conmigo?

Sakura lo miró, encontrando en sus ojos la tranquilidad que necesitaba.

—Sí, Sasuke. Quiero casarme contigo, jamás podría decirte que no.

—Entonces, cuando llegue nuestro día. Haremos las cosas a nuestra manera.

El día de la boda llegó, y contra todo pronóstico, la ceremonia se llevó a cabo. Sakura y Sasuke habían hablado con sus respectivas madres y, con sumo tacto, tomaron el cuaderno de Mebuki, el pergamino de Mikoto y les pidieron elegir solo una tradición de cada familia, y que fuera la más sencilla. No se aceptaría más ni se harían concesiones de ninguna especie.

Mebuki y Mikoto respingaron al mismo tiempo y respondieron que eso era imposible, pero los novios dieron un ultimátum. Se había acabado la amabilidad. Así que, sin más, se incorporaron dos tradiciones, una por cada familia, manteniendo la simplicidad que deseaban.

La ceremonia fue hermosa. Sakura caminó hacia el altar con una mezcla de flores elegidas por su madre y una espada ceremonial Uchiha a su lado, un símbolo de la unión de sus mundos.

Cuando llegó el momento de los votos, Sakura miró a Sasuke con una sonrisa.

—Prometo amarte y honrarte, incluso cuando nuestras familias nos vuelvan locos y deciden formar parte del Universo para crear un caos en nuestras vidas.

Sasuke sonrió, algo raro en él.

—Prometo amarte y respetarte, incluso cuando perdamos anillos de compromiso. Sí, otra prueba para nosotros.

Las risas resonaron entre los invitados, y en ese momento, todo lo que había salido más y las discusiones parecieron desvanecerse. Sakura y Sasuke se besaron, sellando su compromiso de enfrentar juntos cualquier desafío que viniera, ya sea una tradición antigua o una madre entusiasta. Después de todo, faltaban las tradiciones para cuando los novios decidieran ser padres, ¿no?

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18.07.2024

Espero les haya gustado.
Les agradezco mucho por regalarme un poco de su tiempo, su apoyo y sus comentarios.

Un abrazo, Gali.

Mes SasuSaku 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora