Día 28 | Yendo a casa

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Puedes acompañar el escrito con la siguiente canción:

🎵「https://www.youtube.com/watch?v=VqOprmzjhII」

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—¿Qué crees que digan?

La pregunta de Sasuke reflejaba preocupación mientras observaba a Sakura jugar con la pequeña Sarada, que reía alegremente en sus brazos.

—No lo sé —dijo Sakura de forma reflexiva—. Aunque mis papás son buenas personas. Ellos... yo estoy segura de que se alegrarán de convertirse en abuelos.

Sin embargo, los nervios de Sakura al hablar eran evidentes.

—Todo estará bien —aseguró Sasuke, intentando consolarla.

—Lo sé —respondió Sakura con lágrimas en los ojos.

—¿Qué te ocurre, Sakura?

—Nada —dijo entre sollozos—, nada.

—¿Nada? ¿Por qué estás llorando? —suspiró Sasuke—. Ellos entenderán que reformé mi camino y ahora yo...

—No, no es eso —lo interrumpió Sakura—. Mis padres se molestarán mucho cuando sepan que me casé contigo y no los invitamos...

—Pero ya eres adulta. —Una conclusión plausible.

—No, no lo entiendes. Yo les prometí que no me casaría durante este viaje —aclaró con angustia—. Les dije que haría este viaje para conocerte mejor, pero yo... yo me casé contigo e incluso tenemos a Sarada —gritó.

—Entonces, ¿te arrepientes? —dijo Sasuke en tono cómico.

—No, no, claro que no, Sasuke-kun. Te amo, y Sarada... nuestra hija es perfecta —suspiró—. Yo jamás me arrepentiría, pero mis padres...

—Lo sé, solo te estoy tomando el pelo —admitió Sasuke, abrazándola—. En cuanto a tus padres, yo me encargaré.

Sakura respiró profundamente, sintiendo el calor y la seguridad del abrazo de Sasuke. Acarició suavemente la cabeza de Sarada, que ahora dormía tranquilamente en sus brazos.

—¿Qué les vas a decir? —preguntó Sakura, su voz apenas un susurro.

Sasuke la miró a los ojos, su expresión seria pero llena de determinación.

—Les diré la verdad. Les explicaré que te amo y que, aunque nuestra boda no fue planificada como ellos hubieran querido, fue el momento correcto para nosotros. Y que nuestra hija es la prueba de ese amor.

Sakura asintió, aunque la preocupación aún nublaba sus pensamientos. Sabía que sus padres la amaban, pero también sabía cuánto valoraban las tradiciones y las promesas.

—Está bien, Sasuke. Confiaré en ti, pero este problema yo lo causé. Es justo que busque la manera de arreglarlo.

Al día siguiente, se dirigieron a la casa de los Haruno. El corazón de Sakura latía con fuerza mientras caminaban por el sendero familiar. Sasuke llevaba a Sarada en sus brazos, y Sakura lo seguía, nerviosa pero decidida.

La puerta se abrió antes de que pudieran llamar. Kizashi y Mebuki Haruno los esperaban en la entrada, sus expresiones una mezcla de sorpresa y emoción.

—¡Sakura! —exclamó Mebuki, abrazando a su hija con fuerza—. ¡Has vuelto! Y... ¿quién es esta preciosa niña?

Kizashi se acercó, su mirada fija en Sarada y luego en Sasuke.

—Papá, mamá, quiero que conozcan a Sarada, nuestra hija —dijo Sakura, su voz temblando ligeramente—. Y este es Sasuke, mi esposo.

El silencio cayó sobre ellos como una manta pesada. Los ojos de Mebuki se llenaron de lágrimas, mientras que Kizashi fruncía el ceño, claramente tratando de procesar la información.

—Nos casamos durante el viaje —continuó Sakura—. Lo siento mucho por no haberles avisado. Fue algo que surgió naturalmente y no quise esperar. Pero entiendo si están molestos...

Kizashi dio un paso adelante, mirando directamente a Sasuke.

—¿Así que te casaste con nuestra hija sin decirnos nada? —dijo con voz firme—. ¿Y ahora tienes el valor de presentarte aquí con nuestra nieta?

Sasuke se mantuvo firme, devolviendo la mirada con igual intensidad.

—Sí, señor Haruno. Entiendo que no fue lo ideal, pero amo a Sakura y a Sarada. Y estoy aquí para demostrarles que estoy comprometido con ellas y con esta familia.

Mebuki soltó un sollozo y luego sonrió, sus lágrimas fluyendo libremente.

—Lo importante es que estás aquí ahora. Y que nos has traído a nuestra nieta —dijo, extendiendo los brazos hacia Sarada—. Ven aquí, preciosa.

Sakura exhaló un suspiro de alivio cuando vio a su madre acunar a Sarada con amor. Kizashi, aunque aún serio, asintió lentamente.

—Bien, Sasuke —dijo finalmente—. Supongo que tendremos que conocerte mejor. Y ya que te has casado con nuestra hija, eres parte de esta familia. Pero hablaremos más tarde sobre tus responsabilidades y nuestras expectativas.

Sasuke asintió respetuosamente.

—Entiendo, señor Haruno. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario.

Con eso, la tensión en el aire comenzó a disiparse. Sakura abrazó a su madre y luego a su padre, sintiendo una oleada de alivio y esperanza. Sabía que no sería fácil, pero estaba lista para enfrentar el futuro con Sasuke y su pequeña Sarada a su lado.

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18.07.2024

Espero les haya gustado.
Les agradezco mucho por regalarme un poco de su tiempo, su apoyo y sus comentarios.

Un abrazo, Gali.

Mes SasuSaku 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora