Reencuentro

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Su búsqueda de su amigo fue relativamente corta, pues fue direccionado a la casa donde se hospedaba el menor, mientras que el kakushi de turno trataba de hacer que el pilar de la niebla fuera primero a dejar sus pocas pertenencias en el lugar donde se hospedaria, pero el pilar con terquedad y algo de fastidio  se rehusaba a seguir ordenes del kakushi, que en su mirar, le impedía seguir su camino.

– Si no te quitas, te amarraré a ese árbol. -Amenazó Tokito de manera serena al pobre Kakushi que solo trataba de hacer su trabajo.

– C-como guste -Respondió consternado por aquella respuesta, para sin más irse, diciéndose mentalmente que no era un niñera para estar retando a niños a hacerle caso.

Tokito siguió su camino llegando a aquella casa, siendo recibido con esta vacía, así que con calma se dedico a sentarse en la entrada de esta para ser cortes y esperarlos.

Aunque ansioso trato de hundir sus inquietudes en la vista del atardecer en las nubes, mirando la tranquilidad de los colores rosados y melones robarle el aliento y aire de sus pulmones, imaginando el volar entre ellos y alcanzar a sentir una sensación tan agradable como la manzanilla y la miel y limón, olores que lo dejaban intrigado de poder oler hasta embriagarse, le gustaba el té para calmarse,y ahora mismo la ansiedad de ver a Kotetsu y hablar hasta que la noche los hiciera parar, se apoderó rápidamente de él.

‐ Manzanilla, miel y limón... - Pensó sintiendo como el olor era conducido de manera atractiva a su nariz, era casi como una acaricia a su mejilla.

– ¿Me espero mucho? -Preguntó con calma Kotetsu mientras aún secaba su cabello.

Tokito abrió sus ojos deslumbrando al menor, su presencia se había formado como el vapor o la imagen de alguien en la niebla, no había podido escucharlo ni sentir que se acercaba, de verdad el hacía sentirse seguro y bajar sus defensas.

– Kotetsu... Haz crecido -Mencionó casi en un ronroneo de cariño, recordando cuando no era más grande que por arriba de su cintura, que fue ya hace unos meses.

– ¿tú crees? -Pregunto con calma y alegría ante la aclaración del Alfa, sentándose a su lado.

– Si. -Cerró apartando un poco la  máscara del menor.

– ¡¿Y esa confianza?! -Preguntó nervioso volviendo a acomodar su máscara roja, con su rostro sonrojado de la vergüenza.

– Solo quería volver a ver tu rostro, me da miedo olvidarlo -Se sincero con el contrario, tratando de que no se pudiera nervioso.

‐¡Pero si ni siquiera lo haz visto! -Respondió aún lleno de nervios hasta la última célula de su cuerpo.

– Lo vi la vez que me diste tu aliento, apartarte mucho tu máscara  -Recordó tomando los cabellos de Kotetsu, recordando vividamente ese momento de ádrenalina el joven pilar de la niebla

– Tiene sentido... -Recordó apenado mientras miraba lo último el atardecer que quedaba, cumpliéndole el capricho a joven Tokito, quitándose su máscara para ver aquel atardecer.

Los ojos de Tokito se inundaron al ver los ojos y dulce cara del más joven, mientras pensaba en una razón de calmar su mente antes de mostrar su fragilidad ante lo risueño del contrario.

– Hueles bien -Dijo sin más mirando a la dirección que miraba Kotetsu, disftutando del suave aroma a manzanilla que había.

– Me acabo de bañar en las aguas  termales, deberías ir, las de este lugar son casi tan buenas que las otras -Respondió con entusiasmo mientras suspiraba con calma y algo cansado del día.

– ¿Puedo abrazarte?, ya hace tiempo que no te veo -Aclaró intentando seguir luciendo calmado, con una pequeña sonrisa.

– Como gustes - Respondió Kotetsu abalanzándose a un fuerte abrazo contra su amigo Tokito, quien de inmediato correspondió con algo de fuerza, aunque ni era su intención.

Unión por compatibilidad [Muitetsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora