Explicar

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La tarde llego sin más remedio, con ello dos figuras que con dirección a la finca de las mariposas caminaban. Todos sabíamos que esas máscaras rojas significaban solo una cosa, y era que o los herreros iban para ayudar entregando katanas -lo cual era muy peculiar por el hecho de que nadie estaba de servicio por el momento- o iban a ver a alguien en especial, y ese alguien está vez era nuestro cálido y honesto Kotetsu.

— Calma Haganezuka, de seguro solo pescó un resfriado -Trato de calmar al otro alfa que estaba notablemente inquieto.

— Ese niño no se cuida ni el mismo y ya quiere casarse, si por mi fuera cancelaba ese compromiso-Gruñó acomodando su sombrero.

— A veces me pregunto la razón de por qué naciste tan gruñón - Contestó Kanamori en voz baja con algo de frustración.

— ¿Qué dijiste Kozo? -Las pequeñas rabietas de Haganezuka no se las podia tomar en serio Kanamori.

— Nada Hotaru - Río tratando de liberar la tensión de ese pequeño momento.

A los dos por igual les preocupaba Kotetsu, pero a Haganezuka le costaba demostrarlo o expresarlo, teniendo en cuenta que sus padres a Haganezuka no lo querían, era normal que no supiese actuar como padre para Kotetsu, pero de que lo quería igual que a un hijo, eso era cierto, aunque la explicación sobra, es bien sabidos los arranques de Haganezuka, no era de sorprender el hecho de que suele el jefe de la aldea poner a herreros con cazadores que puedan lidiar el temperamento del otro.

Pero volvamos a la finca.

— Pasen -La joven de dos coletas y broches azules de mariposa dejo entrar a la pareja a la finca sin muchos percances.

— Muchas gracias jovencita -La cordialidad de Kanamori era limpia y refinada, casi en su totalidad como su cara.

— No hay de que, me dicen que vivev buscando a alguien, ¿no? -La voz de Aoi  menos a la defensiva salió, caminando al interior de la finca.

Los dos herreros solo se limitaron a decir el nombre de Kotetsu, siguiendo a la del ojos azules en silencio, quien los dirigió sin mayor problema a una oficina donde la mariposa mayor, o mejor dicho la propietaria de la finca los recibió con su cálida sonrisa.

— Buenas tardes señor Kanamori y Haganezuka, hace tiempo que no los veía por estos rumbos - su voz tenue y suave adornaba su cara dulce.

— Buenas tardes señorita Kocho, disculpe interrumpir a estas horas. ¿Cómo a estado?-Contestó el omega de ropa arreglada y lisa al saludo.

— Muy bien Kanamori,  gracias por preguntar, pasen, tomen asiento, quiero hablarles un poco sobre Kotetsu.

Ya no había marcha atrás.

[...]

— Dicen que cuando se nace gemelos, es de mala suerte.

Palabras que sonaron del mismo Kagaya en la habitación, ¿para que quién?, para su única "hija" de pelo negro que estaba en la habitación totalmente sólo con su padre; Kiriya Ubuyashiki.

Kiriya sólo se limitó a escuchar asombrado por aquella respuesta tajante dada por su progenitor, ¿qué pretendía con esa oración?, había incluso gemelos en la corporación de cazademonios, ¿por qué decir esa frase tan desconsiderada?.

— Y más si vienen del linaje Tsugikuni. - Siguió con debilidad en su voz, calmada y profunda, como siempre, como siempre esa empatia tan obscura.

— Padre, no estoy entendiendo, disculpe -Habló con nerviosismo Kiriya para luego mirar a su padre.

Este solo hizo una pausa para tomar aire.

Unión por compatibilidad [Muitetsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora