Flores

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Mañana de té cálido y dulces palabras, eso era lo que quería, el joven Kotetsu era muy modestos orgulloso para admitirlo, ¿una vida acelerada con una persona calmada era mucho pedir?, no, de hecho no, pero si que tenía que arreglar algunas dudas, y quien mejor que con alguien conocido, tal vez, alguien que viene de una familia tradicional sabría más del tema del matrimonio que un omega que su vida meramente es para la fabricación de katanas y en la cofradía, claro que sin ofender al señor Kanamori, pero Kotetsu no estaba conforme con la explicación de que los bebés se hacían con hierro y amor.

– Caww! CARTA! LEVÁNTATE OLGAZAN! -sip, el cuervo de Tokito nunca lo querría.

– Ouh, ya voy -Respondió el joven omega mientras se sentaba en el futón con algo de sueño-

– LEVÁNTATE, QUE NO VOLÉ MUCHO PARA VERTE DORMIR, CAWWW! -Expresó la cuervo con enojo por no haber casi descansado en la madrugada solo para llegar a primera hora de la mañana para entregar esa dichosa carta.

Kotetsu con sueño tomo la carta que estaba en las patas de la cuervo y aun adormilado la leyó, emocionado claro que estaba, pero quería verse digno un poco enfrente de la cuervo que claro que le tenía envidia porque desde que Kotetsu entró a la vida del pilar no deja de murmurar el aroma del joven Kotetsu entre sueños.

La carta en cuestión era un pequeño poema relacionado a las golondrinas de como a pesar de que las golondrinas viajaban en grupo, el no dejaba de sentirse paloma con Kotetsu -con respecto a que solo tenía ojos para el a pesar de conocer a muchas personas-  y que su amor infinito no dejaba que su mente olvidará sus dulces palabras y acciones que tan solo lo hacían extrañar más. Palabras dulces y calmadas, suaves como las plumas y dulces como la miel quería verlo de nuevo, su corazón lo pedía a gritos arduamente después de leer aquellas palabras tan amorosas que iban dirigidas a el.

Su pecho se infló y sus mejillas ardían, quería sentirse querido, pero esas palabras eran mucho pata su joven corazón, rosas florecien en su pecho y su mente que ya era de por sí un revoltijo de deseos y pensamientos, ahora estaba peor, y todo por un escrito simple y cautivador.

Grata fue la sorpresa cuando la puerta de su habitación se abrió  sin aviso previo, haciéndo que por inercia ocultara el papel en mano, no era nada malo pero si le puso extrañamente nervioso el hecho de que alguien interrumpiera su calmado cuarto/nido/cajón de secretos como si nada, y la sorpresa no venia sola, pues la sorpresa era su tutor Haganezuka con alguien detrás suyo haciendo compañía.

– Levántate, Tanjiro quiere verte -Hizo una señal para atrás, con el suficiente tiempo para que Kotetsu se pudiera poner la máscara.

– Haganezuka, ¡eso se avisa! -Hizo un mini berrinche el omega poniéndose torpemente la máscara.

Haganezuka solo hizo una mueca de aburrimiento y de hartazgo, retirándose de la escena sin más, no soportaba estar cerca de omegas que no fueran Kanamori, y eso estaba más que claro por su lenguaje corporal, agresivo y celoso.

– Buenos días Kotetsu, perdón por estar aquí tan temprano-Se disculpó con vergüenza Tanjiro , para luego acercarse y sentarse con algo de distancia en el suelo, respataba que Kotetsu estaba en su nido y no quería perturbar con su aroma.

– No te preocupes, para ser sinceros no es la primera vez que have sso Haganezuka, ¿qué te trae por acá?, ¿todo a estado bien? -Preguntó curioso aún medio acostado en la cama.

A lo lejos se puede escuchar la discusión de dos cuervos, que al instante fueron reconocidos por Kotetsu y Tanjiro reconocieron como el cuervo de Tokito y Tanjiro, haciendo que Kotetsu se apenará un poco con Tanjiro por aquel cuervo tan fácilmente irritable.

Unión por compatibilidad [Muitetsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora