cálida mañana

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Pasaron tres días con rapidez, la suficiente para que Kotetsu fuera avisado que su matrimonio se buscaría hacer lo más rápido posible y que tenía que hablar con el oyakata, puesto a que este quería comunicarle y encomendarle un deber, fue algo que sin duda a Kotetsu dejo asombrado, era lo rápidoque tenia que ser la boda por motivos del entrenamiento Hashira, claro que le preocupo pues no sabia si para esa fecha estaría ya mentalmente preparado para el matrimonio, y como el matrimonio se muy pronto se optó porque el menor se fuera a vivit temporalmente cerca de la corporaciónde cazadores para poder planificar la boda y los preparativos.

El día de partida del joven Herrero llegaba y con motivo de ello Kanamori lo acompañaría al menor al lugar que sería temporalmente su vivienda por el tiempo que faltaba para su boda, una casa de glicinias que estaba cerca del cuartel general, un lugar cuanto menos lindo y cálido.

Kanamori no podía imaginar que al chico que cuido durante  casi 3 años en un lapso de menos de 1 mes ya se comprometió y se iba casar, aún no lo debata de ver como un  niño, por lo menos el shock era lo suficientemente fuerte para  preocuparse como para pensar si estaba haciendo lo correcto en no ponerle un alto a Kotetsu,  confiaba en la buena voluntad del Oyakata al permitir este compromiso, pero sus preocupaciones no dejaban de ser algo preocupante para el omega mayor el dejar a Kotetsu de tan solo 11-12 años en manos de un alfa 3 años mayor que él.

Kanamori hablaría con Muichiro en privado, eso era obvio, no solo acompañaba a Kotetsu para que este llegará seguro, también tenía que aclararle una o dos cosas al alfa de olor a pino.

[...]

– ya veo que se sabe el camino muy bien  señor Kanamori -Dijo el omega de olor a manzanilla tomando de la mano a su maestro.

– Claro que si, es fácil ubicarse desde aquí,  hay puntos de referencia que nos ayudan a nosotros los herreros para ubicarnos y saber que vamos por el camino correcto -Contestó señalando una pequeña marca en un árbol frutal.

– Oh!, pues cuando lo quiera visitar entonces ya sabré como venir -Contestó el menor muy animoso.

– Claro que si, pero avisa primero antes de venir para que no tengas problemas -Acaricia su cabeza-

Su camino había ya hace unas  4 horas empezado, ahora iban a tener un pequeño descanso en un pueblo cercano para comer antes de llegar al cuartel general, así que se detuvieron en un restaurante muy concurrido para comer y recargar energía, claro que antes de llegar a los pueblos para no llamar la atención los herreros se quitan las mascaras y las guardan, en el caso de Kotetsu también su chaquetin rojo.

– Se ve muy lindo este lugar, yo invitó señor Kanamori -Hablo Kotetsu tomando asiento feliz.

– Se me había olvidado del dinero que te han dado -Respondió Kanamori tomando asiento a un lado, poniendo un envoltorio largo con cuidado a. Un lado suyo.

– Por cierto, para quién es ese encargo? -Preguntó el omega menor a su mayor

– ¿Te acuerdas de ese Alfa malhumorado que peleo contra la cuarta luna junto a Kamado? - Miro al más joven con calma.

– ¿Genya?, ouh, si, ¿entonces es para el, su herrero  te encargo para entregarla?

– Si, como su herrero ya es una persona mayor me pidió como veníamos de pasada que la entregará. Pobre del señor Gyanoto, ya van dos veces que les toca personas sin talento que no cambian el color de sus katanas. -Contestó sintiendo pena por él señor, aunque no era algo necesariamente malo.

– ¿Dos?,que yo sepa solo es Genya -Contestó mirando el menú.

– Si, también otro que no es cazador activo, pero paso el examen de selección final, Buda sabrá como, sin respiraciones y siendo muy débil como omega, creo que era Senjuro Rengoku, solo me acuerdo porque tiene el apellido Rengoku.

Unión por compatibilidad [Muitetsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora