Andrea ha descubierto de la peor forma posible que su novio ha estado engañándola con la capitana del equipo de porristas, al que, dicho sea, ella también pertenece, así que como venganza ha decidido enviarle un par de fotografías un tanto compromet...
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Tú no la conoces de verdad.
Tú no sabes que sus abrazos se sienten como estar en casa para limpiar los rasguños después de haber andado en bici toda la tarde. Tú no sabes que ella es como llegar al borde del precipicio, llenarte los pulmones de aire y gritar hasta rasparte la garganta. Tú no sabes que ella lee mentes y que es capaz de convertirse en un escudo, que le grite al mundo las cinco verdades y a la vez, te cuide de las pedradas. Tú no sabes que si te llegas a sentir mal y no tienes ganas de hacer nada, ella sonreirá por los dos y se sentará a hacer nada contigo, cantará canciones de las que solo ella se acuerda y armará bailes en medio del pasillo, simplemente, porque es única.
Ella odia el ketchup pero ama el tomate con todo su corazón, lo odia casi tanto como pelar una cebolla, porque dice que no está para llorar por pendejadas.
Ella está loca, sí, irremediablemente loca, y hace poco descubrió que puede viajar sin restricciones, con pasaje de ida pero sin saber el día de la vuelta, por los libros, por las vidas que hay en ellos, por la música que cuentan esas historias; ahora le das un libro y se pierde pero la pierdes en risas, lágrimas de frustración, gritos de emoción, en algunos "¡Ay madre, tienes que leer esto!".
¿Pero te digo algo mucho más complicado y que, seguro, tampoco sabes? Ella está llena de sueños, está llena de ganas... llena de luz; es como polvo de estrellas en un botecito de purpurina, solo necesitas un toquecito y te llenas de su brillo. Por más que intente ocultarlo.
