21. Romeo y Julieta

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¡Saqué un A en el trabajo de Literatura! O bueno, sacamos, lo que quiere decir que lo que hice estuvo bien

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¡Saqué un A en el trabajo de Literatura! O bueno, sacamos, lo que quiere decir que lo que hice estuvo bien. La profesora se tardó bastante con la revisión a razón de que había sido muy exhaustiva a la hora de corregir los errores, y encima mi nombre fue el último en salir y casi me como las uñas por la ansiedad. En matemáticas saqué una B, pero par mí fue lo mismo que la nota máxima, porque eso quería decir que valió la pena esos dos días de intenso estudio con Chloe como mi tutora. Seguro que mi madre estará feliz.

Sonreí para mí misma, orgullosa, porque a pesar de ser un logro pequeñísimo en comparación con el océano de evaluaciones que teníamos, me esforcé por hacerlo bien y lo logré.

Aunque lamentablemente no podía decir lo mismo de las matemáticas, había comenzado a tomarle gusto a las clases de Literatura gracias a la profesora Murphy. Tenía una energía tan pegajosa que en ocasiones me encontraba deseando que los minutos de la clase se alargaran un poco más para seguir escuchándola hablar de libros y autores. Logró hacer crecer en mí esas ganas de superarme en lugar de quedarme estancada esperando a que otros hicieran el trabajo por mí o el tiempo pasara.

La noche anterior nos había enviado por el grupo de Whatsapp un fragmento de su lectura actual, me sorprendí pinchando el ícono de descargar la foto y leyendo las primeras líneas hasta que olvidé que lo estaba haciendo, al llegar al final ese sentimiento que te aborda cuando comprendes algo al punto de sentirte identificado me empujó a ir al inicio y pasar de nuevo palabra por palabra, con la necesidad de grabármelas en la cabeza. Anteriormente había tomado libros en mis manos, impulsada por los spoilers de mi mejor amiga, pero nunca fue obsesivo. Supuse que no era mi momento. Pero ahora comenzaba a entender a Chloe, era mucho mejor perderte al menos un rato en las vidas que existían en las páginas de un libro, que tener que lidiar constantemente con la realidad. Llegaba a volverse adictivo.

Apenas faltaban unos minutos para que clase se diera por finalizada. La señorita Murphy caminaba de un lado a otro para poder observarnos a todos por igual, alternando palabras y gestos.

—Como sé que a la mayoría de los que están aquí presentes, decirles que se lean la obra completa para la próxima semana, y que lo cumplan, es misión imposible, he decidido hacer una dinámica diferente. —Se detuvo en el medio del pasillo frente a nosotros para hacer la aclaración, mirando por encima de sus gafas de lectura de montura negra—. ¿Qué les parece la idea de montar una obra de teatro? De esta forma cada cual tiene la responsabilidad de leer y aprender un determinado fragmento para poder defender su papel y, por consiguiente, la nota. Una vezque comiencen los ensayos estoy segura de que podrán conocer toda la obra. Ya todos saben del baile de invierno que está preparando la directora, ese mismo día, durante la tarde, daremos el espectáculo frente a toda la escuela.

Todos se miraron entre sí sopesando la posibilidad, algunos aplaudieron con entusiasmo, a otros les fue imposible ocultar la mueca de inconformidad, como a Chloe, que odiaba exponerse frente a cualquier público, mucho más volverse el centro de atención de todo un instituto.

Corazones de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora