The look doesn't lie

6.2K 460 206
                                    

Se mantenía totalmente en silencio tratando de agudizar sus sentidos, manteniendo la calma.
Pasos apresurados, charlas, niños jugando, llorando, riendo, cada cosa y persona en ese pequeño parque era interesante, cada situación tenía algo diferente que despertaba su curiosidad, ¿Qué era lo divertido que hacia reír a ese niño? ¿Por qué ese perro ladra tanto? ¿Por qué una pareja está levantando demasiado la voz?

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al pensar en tantas posibilidades, tantas respuestas, no sentiría remordimiento, no sentiría culpa, lo había aceptado, había aceptado su condición hace ya varios años.

De igual modo, no podía hacer nada.

- ¿En qué tanto piensas? - Reaccionó alertandose tan sólo un poco, olvidando por completo que se encontraba acompañada. - ¿En mi acaso?

- Tú autoestima es algo que me parece interesante en ti, ¿Como es que tienes tanta? - La sonrisa no desaparecía de su rostro, volviéndose a acomodar correctamente en esa banca del parque.

Solo una risa logro escuchar, su acompañante era alguien agradable, una chica con buen humor y actitud un tanto salvaje, pero no le molestaba en absoluto.

- ¿Te sientes cómoda?

- Demasiado, gracias por traerme. - Busco la mano de su acompañante, tomándola con suavidad, como si fuera una frágil flor, una que con solo tocarla, se partiría o se caerían sus pétalos. - En verdad te lo agradezco, Merlí.

Apretó un poco sus labios, un notable rubor apareció en su rostro, Dios, ¿Cómo es que era tan linda? Sentía que se desmayaría ya mismo, sentia que ya había visto todo lo hermoso del mundo, así que simplemente soltó un suspiro rindiéndose ante el hermoso rostro frente a ella.

- De nada Niddie. - Correspondió tomando también la mano de su acompañante, sin apretarla, solo un ligero agarre.

No podía evitarlo, no podía evitar sonreír mirando ese hermoso rostro sonriente, con un ligero rubor en sus mejillas, una felicidad inundada en esa carita, quería aplastarla de lo linda que era, sus ojos cerrados, que de alguna manera muestran tranquilidad total.

Aquella rubia se levantó, lista para irse, tomando su pequeña mochila rosa, sus gafas de sol oscuras, y lo más importante : su bastón blanco.

- No, espera - Addams tomo la mano de la chica, deteniéndola de ponerse sus gafas oscuras. - No lo hagas.

- ¿Pasa algo? - Detuvo su acción, mostrándose confundida por el repentino llamado de Merlina.

- Es solo que, emm... - Le apenaba decirlo, es más, la había detenido sin pensarlo, fue un impulso idiota y ahora no sabía que decir. - Solo quería seguir viendo tu rostro, es todo.

Sintió una suave mano en su mejilla, y de nuevo, sentía que se desmayaría.
Ligera sonrisa, hermoso rostro, ojos cerrados, en verdad podría pasar un día entero viendo ese hermoso rostro.

- Solo será un momento, andando. - Se coloco los lentes, acomodo su bastón y se preparó para caminar.

La Addams tomo la mano de la rubia como cuidado, para empezar a caminar con rumbo a la casa de Enid.

.

.

Era ciega de nacimiento.

Enid Sinclair, de ahora 21 años de edad era una chica universitaria, con una vida normal estereotípica, amigos, salidas, reuniones, vida escolar, estaba muy agradecida con todo lo que tenía. Aunque conseguirlo no hubiera sido fácil.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dirty Thoughts G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora