Prue ya se había calmado un poco y ahora podía respirar con normalidad e incluso hablar sin que el resto pensara que estaba completamente loca, pero el hecho de que unos guardias del cuerpo de defensa más preparado de todos las estuvieran apuntando con pistolas que acribillarían tanto a ella como a Holly y a Flora si alguna de las tres movía un dedo la ponía bastante nerviosa. Sus poderes de La Muerte, que era como había decidido nombrar a los poderes que ésta le había otorgado, sólo podían ser canalizados mediante las manos y Holly no podía hacer desaparecer a tantas personas, lo cual quería decir que estaban indefensas. Y justo cuando las iban a inmovilizar para encarcelarlas un vórtice se abrió y a su lado y de él salieron Mark y el rey de la mano, lo cual hizo que tanto los agentes como las tres chicas se pusieran en guardia, aunque con diferentes objetivos. Lo que si que compartían los hombres del rey y mis hermanas era un profundo desconcierto por la escena que presenciaban: Dos enemigos de la mano cruzando un portal con la ropa rota y el cuerpo con moratones y cortes por todas partes.
La Reina Roja se detuvo frente a la muralla y ordenó con un gesto al encargado de la torre de vigilancia que abriera las puertas y mientras el mensaje llegaba hasta los verdaderos encargados de ejecutar la acción revisó la sombrerera. Por fuera parecía intacta, pero lo que guardaba era tan delicado que podría estar hecho añicos. Pero cuando la abrió descubrió que no era así y pudo continuar su camino ahora más tranquila.
La muralla por dentro tenía un acondicionamiento óptimo para los encargados de vigilarla, ya que tenían que vivir allí por si se requería de su experiencia para defender el territorio. También había dentro del propio muro unos establos, así que salieron al reino de Muy Muy Lejano con dos caballos vivos y descansados. Era una gran ventaja porque la Reina Malvada vivía apartada de la civilización para conspirar con mayor facilidad. Cuando llegaron a su lúgubre castillo los caballos estaban tan cansados que parecía que sus patas se iban a partir en cualquier momento. Desmontaron y se acercaron a la puerta donde un muro invisible separaba a la reina de su destino.
- ¡Grimhilde! -Gritó la Reina Roja usando su nombre de pila, algo que sabía que ponía furiosa a la reina malvada.- ¡Grimhlide, sé que estás ahí! ¡Ábreme, sólo quiero hablar! ¡Y te traigo un regalo que te va a encantar!
El castillo no era más que cuatro pequeñas torres negras que parecía que se iban a derrumbar en cualquier momento.
- Que vasta has sido siempre, querida. -Dijo una voz que parecía provenir de todas partes y de ninguna a la vez.
Y entonces la puerta principal se abrió y la Reina Roja entró y avanzó hasta llegar al salón pricipal donde Grimhilde la esperaba sentada en un butacón destartalado con otro igual enfrente esperando a que la Reina Roja se sentara. Cuando se sentó pudo observar con nayor detenimiento la cara de Grimhilde y pudo ver que tenía unas profundas ojeras y arrugas bastante marcadas.
- Vaya Grimhilde, has pegado un buen bajón desde la última vez que nos vimos... Y tu castillo también... -Dijo mientras miraba a su alrededor.
- ¿Has venido a contarme algo importante o sólo a recordarme lo vieja que estoy? -Dijo la Reina Malvada algo molesta.
- Vengo a proponerte un trato... Una alianza más bien. Viajaremos a un mundo paralelo y lo conquistaremos, matando a aquel niño entrometido que nos interrumpió la última vez e hizo que perdieras todo cuanto poseías... Y para sellar nuestra unión te traigo un regalo que no podrás rechazar...
Y al ver la sonrisa de Grimhilde la reina supo que había ganado. Viajarían al otro mundo, lo conquistarían y despues ella mataría a su falsa amiga, y entonces todo sería suyo.
- ¡No podéis tenerme encerrada! ¿Sabéis acaso quien soy? -Le dijo la madrastra a sus dos carceleros.
Estaba agarrada a los barrotes con sus manos rugosas y la herrumbre de estos le habían roto la perfecta manicura que siempre llevaba, y ahora su imperfección hacía que Lady Tremaine se sintiera insegura. Y que los feos carceleros con sus atuendos ajados no se dignaran a responder a sus amenazas la enfurecía.
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Cuidado con lo que deseas
FantasyEn la vida de estos hermanos todo es "normal" (Si es que tener poderes mágicos y destruir bestias sobrenaturales continuamente puede llamarse normal) Hasta que la hermana mayor tuvo una preciosa niña y unos ladrones del futuro vinieron a robársela...