Estaba solo en aquella batalla, de eso no había duda. No necesitaba ayuda, pero los poderes de Flora me habrían venido bien para contrarrestar los de Jafar sin tener que atacar de forma directa.
Porque si de algo estaba seguro era de que no pensaba hacer daño a Prue bajo ningún concepto. Tenía que liberar al resto de su parálisis rápidamente y entre todos derrotar a Jafar.
Me lanzó varias bolas de fuego que desvié y luego pasó a los rayos hasta que comprendió que esos ataques tan simples no iban a hacerme daño. Entonces alzó los brazos y redujo la gravedad elevándome por los aires sin que yo pudiera hacer nada y la siguió reduciendo hasta que el suelo se rompió y se levantó en forma de duros y amenazadores picos. Entonces comprendí su plan. Me llevé las manos a la cara y rechacé todo lo que pudiera tocarme en ese punto con mi telekinesis, pero eso no frenó a mi hermana cuando aumentó drásticamente la gravedad y me estrelló contra los picos de cemento. El dolor fue espantoso, pero el golpe no fue mortal ya que la cabeza quedó intacta. Pero el poder de la autosanación solo lo poseía Mark Oscuro, así que tendría que arreglármelas para luchar herido como estaba. Tenía cortes y heridas por todo el cuerpo y tenía la certeza de que mi pierna estaba rota. Confirmé mi teoría cuando intenté ponerme en pié y un dolor recorrió mi cuerpo, tan intenso que me desplomé de nuevo en el suelo.
¿Dónde estaba Andy? Si venía a curarme podría seguir luchando, pero no lo veía por allí.
- Está muerto, chico. -Dijo Jafar como si leyera mis pensamientos. -Me temo que esta batalla ha terminado.
- No soy tan fácil de vencer. -Dije con tenacidad.
Me levanté y me acerqué cojeando a Jafar para intentar atacarle, pero Prue me lanzó contra un adosado y mi cuerpo atravesó la pared como si fuera de papel, aunque dolía igual que si ésta hubiera sido de hormigón. Aterricé en el suelo de aquella casa cuyos muebles estaban quemados y me levanté costosamente con el cuerpo cada vez más roto. Destruí con mi telekinesis la pared delantera y salí de nuevo a la calle para seguir luchando. Esta vez fui yo quién ataqué lanzándole una viga de madera quemada a una velocidad tan alta que mi hermana no pudo ni desviarla y la golpeó con violencia. Era mi momento de atacar a Jafar. Saqué de mi bolsillo el botecito de polvo de hadas que Prue me había dado y miré su contenido: Quedaba menos de un cuarto, pero tenía la esperanza de que fuera suficiente. Lo vacié sobre mi cuerpo y este empezó a ser más y más ligero hasta que empecé a levitar.
Me lancé a la carga contra el faquir pero este dio un suave golpe en el suelo con su cetro y desapareció obligándome a frenar drásticamente. Mi enemigo apareció a mis espaldas y dio una orden a Prue en un tono tan bajo que no pude entender lo que dijo, pero lo sobreentendí cuando ésta corrió frenéticamente hacia mi. Esquivé su placaje elevándome en el aire y creé un muro de hielo que trazaba un círculo de la anchura de la carretera alrededor de ella encerrándola. Tenía que hacer algo rápido o el efecto del polvo de hadas se agotaría imposibilitándome el movimiento de nuevo y ese sería mi final. ¿Sería Prue capaz de matarme? ¿Ganaría el hechizo de Jafar al amor fraternal? No estaba seguro, y no pensaba pararme a comprobarlo.
El truco para herir al evasivo Jafar era la velocidad, así que lancé de nuevo una viga, esta vez de hierro, tan rápido que no pudo ni siquiera pestañear cuando ésta golpeó su cuerpo y le separó de su cetro que cayó al suelo no muy lejos de donde acabó su cuerpo. Uno de los ojos de rubí se había roto en mil pedazos de cortante belleza roja lo cual hizo quelos que estaban paralizados salieran de su estado de hipnosis recuperando la movilidad, pero cayeron inconscientes al instante por el efecto de otro hechizo.
Tenía poco tiempo, apenas unos segundos antes de que el faquir se diera cuenta de lo que acababa de pasar y recuperara su cetro, así que me lancé como una bala y lo tomé entre mis manos para luego estamparlo contra el suelo rompiendo la segunda gema a la vez que se deshacía el hechizo que ésta conjuraba. Todos despertaron de su trance y se levantaron lentamente intentando comprender que les acababa de pasar. Flora miró sorprendida a algo que estaba a mis espaldas y gritó alarmada:
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Cuidado con lo que deseas
FantasyEn la vida de estos hermanos todo es "normal" (Si es que tener poderes mágicos y destruir bestias sobrenaturales continuamente puede llamarse normal) Hasta que la hermana mayor tuvo una preciosa niña y unos ladrones del futuro vinieron a robársela...