Capítulo 20: Bienvenidos al País de las Pesadillas

9 2 0
                                    

- Entonces, ¿Es verdad? ¿Estamos realmente en el mundo de los cuentos? -Pregunté, maravillado.

- ¿Qué clase de problema tienes? ¿Esperabas conseguir algo trayéndonos aquí?

De pronto la sorpresa se desvaneció y volvieron los recuerdos de aquella mente llena de confusión y oscuridad.

- Mientras estemos aquí no podrás hacer que sucumba al mal.

- Mientras estemos aquí sucumbiremos a la muerte, y antes de lo que te esperas.

- ¿Dónde ha quedado su inquebrantable seguridad, majestad? -Pregunté con sorna.

- ¡Idiota! Aquí todo funciona diferente, especialmente la magia. En este mundo no se puede robar la magia de los familiares, y tú hiciste aquel maravilloso conjuro que me despojó de los únicos poderes que eran míos por derecho. Así que aquí el único que puede usar magia eres tú.

Cuando dijo eso sentí como mi sangre se helaba y mi corazón dejaba de latir. Si, yo tenía sus poderes, pero de nada servían si no sabía ni cuales eran ni como utilizarlos. Estábamos desarmados.

- Bueno, no pasa nada, haré un conjuro y volveremos a nuestro mundo.

- Como se nota que nunca has estado por aquí... -Dijo el rey mientras negaba con la cabeza. - No podemos hacer un conjuro y huir, no funciona así. Aquí cada uno puede tener sus propios poderes, pero la magia grande tiene que ser canalizada por objetos mágicos.

- ¿Como una varita?

- Una varita, un cetro, unos zapatos... Los objetos mágicos son más comunes de lo que puedas imaginar.

- Osea que si conseguimos un objeto mágico poderoso podremos salir de aquí. -Dije, recuperando mi confianza en mí mismo. - Bien, sé invocar unas cuantas llamas que quemarán estos setos.

- No, fuego no. -Replicó rápidamente. - Eso llamaría demasiado la atención. Si nos atrapan los guardias de la reina estamos perdidos. tiene que ser algo más sutil...

- ¿Un túnel?

- Sí, un túnel servirá. Escucha, ¿Alguna vez has manipulado el agua con la telekinesis?

- Creo que sí. -Respondí, pensativo.

- Pues con la tierra es igual. Sólo tienes que imaginarte que el suelo es agua y hacer un agujero.

Aquella emprenda me resultaba algo complicada ¿Cómo iba a imaginar que el suelo era líquido? A primera vista me parecía imposible, pero lo intenté. Empecé a visualizar detalladamente el ondeo que producía el contacto de nuestros pies, el reflejo del Sol y del cielo, y de pronto la tierra se volvió azul en mi mente. Entonces tracé círculos vagos con la mano y abrí un túnel.

- Perfecto. -Dijo el monarca, despertándome de mi sueño.

Avanzamos por el ancho túnel durante un tiempo que se hizo eterno hasta que vimos un atisbo de luz allí donde estaba la salida. Asomamos la cabeza, vimos que no había nadie y corrimos hasta un espeso bosque cercano para ocultarnos.

- No nos bastará cualquier objeto para salir de aquí. Hará falta algo con mucho poder. -Dijo mientras avanzábamos

- ¿La varita del Hada Madrina?

- Nos serviría, mas ella no vive aquí.

- Si no está en este mundo, ¿Dónde se encuentra?

- Sí que está en este mundo, pero no en este reino. El mundo está dividido en tres reinos: El Reino de los Mares, Muy Muy Lejano y el País de las Maravillas.

Cuidado con lo que deseasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora