Capítulo 2: ¿El futuro?

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Un ruido de burbujas me despertó con un enorme dolor de cabeza. Ante mi una mujer vestida con atuendos extravagantes mirándome fijamente.

- Pensé que ya no despertarías...

- ¿Dónde estoy?

En realidad la pregunta adecuada era "Cuándo" y no "dónde", pero una pregunta como esa sería demasiado extraña.

-Has aparecido hace poco atravesando el espejo.

-U-un momento... -Dije tartamudeando- ¿"He"? ¿Vine solo?

-Si... ¿Debería haber venido alguien más? -Dijo la mujer preocupada

Me levanté de la cama y vi como todo daba vueltas a mi alrededor... Estaba asustado.  ¿Que les habría pasado a mis hermanas? Viajar en el tiempo es muy difícil y podrían estar en cualquier parte, en cualquier tiempo... Incluso podrían no estar.

En cuanto me recuperé del mareo miré a mi alrededor: Una habitación extraña, con las paredes rugosas color madera y estanterías con velas y botellas con líquidos de colores. La camilla en la que estuve tumbado hace un momento era improvisada, casi en el centro de la sala, cerca de un atril con un grueso y viejo libro. Frente al libro había un espejo de pie. Todo apuntaba a que alguien estaba esperando mi llegada.

- Lo siento, pero debo irme... -Dije, sin fuerzas.

La mujer me agarró suavemente del hombro para detenerme

- ¡No puedes irte! El rey ha intensificado la caza de brujas y es demasiado peligroso. Mientras estés aquí no correrás peligro.

- ¿Caza de brujas? ¿En este tiempo hay caza de brujas?

- Eso me temo...

- Me da igual. Tengo poder suficiente como para defenderme.

- ¿Sabes dónde buscar?

Me quedé callado un momento. Realmente no sabía como era el mundo en ese tiempo. Ni siquiera había salido a la calle y ya había visto un país con monarquía y juicios a brujas... No sabía que más había cambiado. Entonces tuve una idea...

- ¿No tendrás un cirio blanco por casualidad? -Pregunté.

La mujer asintió y sacó de una estantería un cirio impecable. Lo tomé y lo posé en una mesa. Fui a pedir un encendedor pero la mujer, como si me hubiera leído la mente, me ofreció uno antes de que pudiera articular palabra.

Encendí la vela y miré fijamente la llama. Cuando llegué a tener la concentración necesaria empecé a susurrar:

- Andy... Andy...

La vela se apagó.

- Eso... ¿Se trataba de un conjuro? -Preguntó la mujer.

Entonces fue cuando me fijé en su ropa: Un vestido de diseño medieval, sucio y viejo, sin estar demasiado estropeado. Su rostro reflejaba fragilidad: una nariz pequeña y fina, unos labios delgados y unos ojos grandes que brillaban en su blanquecina piel.

Parecía realmente sorprendida por lo que acababa de hacer.

- Sí... Bueno, es sólo un hechizo de llamada.

-¿Quién es ese Andy?

Buena pregunta. ¿Quién es Andy?

- Andy es... Bueno, el era un brujo, un brujo bastante poderoso. Domina el arte de la curación. Le conocimos un día mientras perseguiamos a una bestia que trataba de matarnos.

- ¿Una bestia buscaba vuestra muerte y vosotros decidisteis perseguirla?

- Sí... Bueno, es nuestra forma de actuar ante estas cosas... Una cosa intenta matar, nosotros buscamos información sobre ella, la perseguimos y la destruimos. Aquella bestia era un hombre lobo y creíamos que estaba al servicio de alguna fuerza demoníaca mayor. Andy también le perseguía por el mismo motivo... Nos advirtió de que no fuéramos a por él; pero nosotros éramos arrogantes y confiábamos en nuestro poder. Lo que no tuvimos en cuenta fue que estaría bajo los efectos de diversos embrujos que le protegían y le daban poder para herirnos de muerte y dejarnos en una cueva remota abandonados a nuestra suerte, que en aquel momento no era muy buena. Por suerte Andy nos estaba vigilando con conjuro y acudió a auxiliarnos. De no ser por él estaríamos muertos... Nos hicimos amigos y nos enseñó este hechizo para contactar con él cuando lo necesitemos. Además tiene el poder de percibir cuando uno de nosotros corre peligro. Nos es de gran ayuda.

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