- ¿Estás bien? -Preguntó Andy preocupado. Pocas veces le veía con una expresión tan preocupada, siempre conseguía mantener la calma.
- Cállate. -Dije bordemente.
No sabía por qué había dicho eso. No recordaba haber querido decirlo.
- ¿Qué? -Preguntó Prue extrañada.
- Lo siento... -Dije débilmente.- Lo siento. -Repetí con más fuerza. - No sé por qué he dicho eso.
- ¿Qué has visto? -Preguntó Holly curiosa.
- He visto... - Noto como las lágrimas me vuelven a llenar los ojos y los sollozos me impiden acabar la frase, pero al final consigo decir lo que quería- Os he visto morir.
- ¿A todos? -Pregunta Andy. Esta vez intenta mantener la serenidad al ver como paso por un torbellino de emociones desagradables.
- A todos... Menos a Holly. Ella huyó antes de que el demonio la pudiera atacar.
No puedo evitar lanzarle a Holly una mirada de desprecio al decir esa frase. No quiero sentir eso hacia ella, pero estoy dolido por como reaccionó. ¿Por qué no salvó a Andy, si ella si tenía poderes? ¿Por qué se fue y me abandonó a mi suerte?
- ¿Que huí? ¿A dónde?
- No lo sé... -Mi voz suena ronca aunque intento parecer tranquilo, no me gusta que la gente me vea débil. - Desperté en ese momento. Necesitamos más poción.
- Bueno, sobre eso... -Andy se rasca la nuca y mira hacia otro lado- Durante tu letargo hemos investigado y esa poción tarda en elaborarse dos meses.
- Entonces tendremos que volver al palacio a por más.
- ¿Cómo sabes que habrá más? -Pregunta Flora.
- Si la poción tarda en hacerse dos meses es evidente que no elaboraría las botellas de una en una.
Mi tono es arrogante y resabiado. Flora me mira con algo de desprecio.
Entonces recuerdo que le prometí volver a Alex en cuanto acabaran los efectos de la poción.
- Tengo que irme. -Dije mientras me ponía en pie. - Volveré en un rato. El que quiera venir al castillo conmigo que se prepare.
Llegué a aquella casa, si es que a eso se le puede llamar casa, y atravesé la destartalada puerta que ya me resultaba incluso familiar. Subí las podridas escaleras y allí estaba él, leyendo unos papeles. Se dio la vuelta sobre la silla: Me estaba esperando. La luz de una de las ventanas se reflejaba en sus ojos que parecían verdes y casi transparentes.
- Ya se como podéis dar muerte al rey. - Dijo, y me enseño un pergamino con los dibujos de un corazón y unos símbolos que al parecer eran palabras.
- ¿Qué es?
- Un antiguo conjuro escrito en élfico. Según se cuenta los hechizos escritos en esta lengua eran los más ancestrales y, por tanto, los más poderosos.
- ¿Para qué sirve?
- He estado traduciéndolo y he descubierto que sirve para manipular un corazón.
- ¿Y de qué me sirve manipular un corazón para matar al rey? Quiero decir, si pudiera conseguir su corazón no sería necesario hechizarlo. En cuanto lo sacara de su cuerpo ya estaría muerto.
Soltó una leve carcajada.
- Hay magia capaz de extirpar un corazón sin matar al dueño. Tú tienes esa magia.
- ¿Yo?
- Si. Cuando robaste los poderes del rey obtuviste ese, entre otros. Pero no es esa la cuestión. Encontré esta página hace tiempo en un libro de conjuros que te robé. No le dí importancia hasta que ví esto. -Dijo, dándole la vuelta al pergamino y mostrando unas notas escritas a puño y letra.
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Cuidado con lo que deseas
FantasíaEn la vida de estos hermanos todo es "normal" (Si es que tener poderes mágicos y destruir bestias sobrenaturales continuamente puede llamarse normal) Hasta que la hermana mayor tuvo una preciosa niña y unos ladrones del futuro vinieron a robársela...