- No, no, no, no, ¡No! -Dije llevándome las manos a la cabeza.
- ¿Qué pasa?
- Que Prue y los demás debieron usar la foto para transformarla y luego la devolvieron a su sitio, ¡Pero ellos piensan que yo sigo ahí encerrado! Y si Prue consigue abrir la puerta liberará al rey y este la matará, ¡Tenemos que ir y pararla!
- Vale. Creo que puedo teletransportarte hasta la puerta del castillo, pues el resto está protegido con magia, pero en consecuencia yo deberé quedarme aquí.
- Bueno, si puedes hazlo. Espérame en la plaza del pueblo, está cerca del castillo, así que no tardaré en llegar una vez concluya mi misión.
- De acuerdo.
Mientras tanto, Prue seguía lanzando bolas de fuego a la puerta para destruirla, sin resultado alguno. "¿Cómo narices abro esta puerta?" Ningún conjuro que hiciera ella sola sería capaz de romper el de Mark. Entonces miró a su derecha y vió una ventana gótica altísima y vió la solución: La abrió y, con sus poderes, empezó a crear un puente hacia la ventana contigua que llevaba hacia la habitación hasta ahora bloqueada.
Subí y subí las escaleras de caracol pensando repetidas veces que no iba a conseguirlo. Pero de pronto recordé una frase que mi madre decía a menudo: "La victoria les espera a aquellos que tienen esperanza" Y, siguiendo ese consejo, aparté los pensamientos negativos y seguí subiendo, aunque entonces sentí que lo hacía más rápido que antes. Y al llegar vi a Prue subida en un puente de piedra que ella misma estaba creando sobre la marcha.
- ¡Prue! ¡Para!
Prue se giró asustada, bajó del puente el cual desapareció al instante y me lanzó por los aires con sus poderes.
- ¡Espera! ¡Soy yo, Mark!
- ¡Mientes! ¡Mark está encerrado! ¡Por tu culpa!
- ¿En serio crees que si fuera el rey seguirías aquí?
Prue abandonó su postura defensiva y me abrazó como si no me hubiera visto en dos años.
- ¿Cómo lo conseguiste?
- Bueno, él liberó parte de mi para decirme algo, y yo aproveché la ocasión para darle su propia medicina.
- Muy propio de los White... -Dijo, mientras me chocaba la mano riéndose.
- Bueno, ahora tenemos que irnos de aquí o nos descubrirán... Pero no podemos pasearnos por palacio mientras seamos iguales...
- Cierto... ¡Tengo una idea! Crearé unos grilletes y tú harás de Mark prisionero, ¿Vale?
- Bien. Adelante, créalos.
Prue abrió una mano todo lo que pudo y con la otra hizo unos movimientos envolventes que generaron un poco de niebla y, posteriormente, unas esposas. Intentó ponérmelas pero yo la paré ágilmente y se las puse a ella.
- ¿Qué haces?
- Prue nunca ha sido capaz de crear objetos. Solo espero que las cadenas impidan hacer magia, porque eso hará el juego más divertido, ¿Verdad, majestad?
El rey gruñó e intentó abrir las esposas pero, tal y como esperaba, no pudo.
Supuse que Prue estaría encerrada en la torre, así que rápidamente rompí el conjuro protector y abrí la puerta, confirmando mis sospechas. Liberé de las cadenas a la verdadera Prue y nos fuimos dejando al monarca solo.
- Gracias, Mark. Por un momento pensé que ibas a tragarte su truco.
- No soy tan fácil de engañar. ¿Has venido a rescatarme?
- No sólo a eso. También debo encontrar a mi hija, tanto la del presente como la de este tiempo. Y los libros. Tengo que recuperar nuestros libros de conjuros.
- Vaya misión completita, ¿Eh?
- Bueno, son cosas que hay que hacer cuando eres la hermana mayor. Pero, a propósito, ¿Tienes idea de dónde pueden estar?
- ¿Quienes?
- Todo. Tanto mi hija como los libros.
- Bueno, si yo fuera un rey superpoderoso guardaría mis libros en mis aposentos, donde nadie pueda entrar. Y la niña... Bueno, el lugar más seguro para eso sería un calabozo. Todos los castillos tienen uno.
- ¿Y como averiguamos donde están esos sitios? ¡Este castillo es enorme!
Cuando estuvimos de nuevo en el salón central vimos a varias personas limpiando sin descanso. Paré a Prue que avanzaba libremente y la metí de nuevo en la habitación de las escaleras.
- Un segundo. -Dije moviendo las manos a su alrededor de su cabeza trazando un círculo y quedó cubierta de un polvo brillante que poco después la hizo invisible.
- Buena idea. -Dijo, mientras salíamos de allí.
- Tengo una idea de como encontrar las cosas. ¡Servicio! -Dije dando dos palmadas solemnes.
Rápidamente un hombre bajito, falto de pelo y encorvado con una escoba esperando órdenes.
- ¡¿Qué pasa con mis aposentos?!
- Los están limpiando, majestad. -Dijo asustado.
- Pues necesitan a uno más. ¡Venga, que estás muy parado!
El hombre fue a la puerta de la derecha y nosotros le seguimos una vez hubo avanzado un poco.
- Te sale muy bien el papel de rey... -Susurró Prue.
- Parece que no es tan difícil hacer de mí después de todo.
El hombre paró de subir cuando llegó al segundo piso y avanzó por un largo pasillo lleno de puertas y se metió en la última.
- Muy bien, ya sabemos donde está la habitación. -Dije.
Atravesamos la puerta y, tras ella, había una gran sala en la que los principales muebles eran una gran cama con dosel color blanco y un cuadro igual de alto que la pared (Que era bastante alta) del rey. Dentro había un grupo de limpiadores con los ojos vendados limpiando sin descanso.
- ¿Por qué tienen vendas? -Preguntó Prue en voz baja.
- No lo sé... Supongo que para evitar robos o algo así. ¡Retiraos! -Dije dando dos palmadas.
Los asistentes, de forma automática y como si esas vendas negras no les impidieran ver, salieron en fila por la puerta. ¿Cómo habían hecho eso? Intenté meterme en mi futura piel para encontrar respuestas y sólo encontré una, y bastante retorcida.
- Quizá les haya obligado a memorizar la habitación para poder limpiar sin mirar...
- Bueno, es una opción.
Prue comenzó a investigar la habitación comenzando por el cuadro.
- Pensé que nadie podía hacer retratos del rey...
- ¿Cómo?
- Sí, bueno, es que fuimos al mausoleo y encontramos una fotografía de tu yo futuro, que debe ser un bien preciado ya que sobre él yace un conjuro que evita que salga en fotografías y en retratos. Por eso me extraña la existencia de este cuadro.
- Bueno, si fuera el rey, que técnicamente lo soy, me encargaría de que el conjuro sólamente evitara fotos y retratos sin mi consentimiento.
Me acerqué al cuadro y lo rocé con las yemas de los dedos lo cual provocó inexplicablemente que el lienzo desapareciera dejando sólo el marco y una puerta dentro de él.
- ¿Una puerta? -Preguntó Prue sorprendida.
- Hombre, un camión no es. ¿A dónde llevará?
- Comprobémoslo...
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Cuidado con lo que deseas
FantasiEn la vida de estos hermanos todo es "normal" (Si es que tener poderes mágicos y destruir bestias sobrenaturales continuamente puede llamarse normal) Hasta que la hermana mayor tuvo una preciosa niña y unos ladrones del futuro vinieron a robársela...