Bello Imposible

cap. 9: Heridas en el corazón

Luna fue más allá de todos sus principios morales y estructurales, sabía que lo que estaba haciendo no era correcto, no era bueno, pero era lo único que tenía, recostada junto al muchacho, acariciándolo de arriba abajo, desde su hermoso rostro, su cuello, su pecho, su abdomen, su vientre y su entrepierna

Ella estaba extasiada totalmente de acariciarlo de ese modo, hasta ella sentía mil sensaciones en su cuerpo, una exigencia usual la recorría, su sensualidad de mujer, sus apetitos naturales, en un momento de desesperación, pegó su rostro al de Rolf aspirando con violencia su olor y repegó su cuerpo al del muchacho

-Te amo Rolf – suspiró Luna diciéndole estas palabras a su oído mientras besaba sus ojos, su nariz, su boca…

El muchacho dormía plácidamente, es más, llegó un momento en que Rolf sonreía de modo tranquilo, seguramente tenía un sueño en el que se encontraba rodeado de ninfas que lo acariciaban con sus manos suaves y delicadas, un jadeo escuchó de sus labios y Luna se espantó al sentir que le estaba provocando una erección el manoseo

Lo soltó al instante y se apartó de su lado, mientras le miraba revolverse y quejarse, mientras contemplaba por primera vez, como medio se endurecía la hombría de Rolf y se quedó quieta, observando hasta que volvió a reposar, finalmente, si no había más manipulación, pues el cuadro no se completaba

Pero no todo podía ser perfecto… sobre todo cuando Luna se quedó profundamente dormida al lado de Rolf, a quien afortunadamente le había puesto en su lugar su pijama, porque esa mañana amaneció con el cielo cargado, con mucho aire y con truenos surcando el cielo

Uno atravesó su cielo y despertó a Rolf con violencia…

El muchacho se incorporó de golpe y pensó que el rayo les había caído encima, suspiró pero cuando se giró, se llenó de sorpresa… al descubrir a Luna a su lado, a quien le había ganado el sueño, era de esperarse en un día de tantos, el muchacho no era estúpido, obvio, luego se miró semidesnudo…

¿Qué clase de mañosidades escondía esa insignificante mujer? Olvidando como la había visto bajo la cascada, se enfureció ¿Cómo osaba meterse en su cama? ¡Seguramente tramaba algo la feúcha esa!

-¡Despierta! – Gritó con toda la furia del mundo y Luna abrió los ojos enrojeciendo como la grana

-N-no – susurró al darse cuenta que la habían descubierto

-¡Zorra! – Vociferó el muchacho entre dientes y ella se escurrió de la cama, llevaba su ridículo pijama de colores psicodélicos

-R-Rolf yo…

-¿Qué pretendías con meterte a mi cama? ¿Qué te hiciera el favor? ¡Por Merlín!

-N- no es lo que piensas… por favor, escúchame…

-¡Bien que dicen que las mustias son las más busconas de todas! ¡Y tú eres la peor! ¡Yo no se que porquerías me haces mientras duermo, porque me imagino que no es la primera vez!

-P-Por favor…

-¿Me has drogado? RESPONDEME ¿Me has drogado?

-S-solo son para dormir – murmuró

-¡Estúpida! – Gritó con un tono espantoso que hizo despertar a Hermione y a Draco, ambos salieron de sus habitaciones justo cuando Rolf salía de la suya sosteniendo a Luna por el brazo y la soltó de modo brusco en medio de la estancia provocando que ella perdiera el equilibrio y cayera

-¡Oye! – se quejó Hermione yendo hacia ella

-¡ESTA MUJER, AMANECIO EN MI CAMA Y NO SE CON QUE INTENSIONES! – casi le salía espuma por la boca