Cáp. 29: Nunca me dejes

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Aleph estuvo todo el día perdido y cuando regresó a su departamento, se sorprendió de ver a Pansy ahí, como si no se hubiera movido nunca, pero en realidad había pasado todo el día buscándolo, el miedo que antes había sentido se había disipado un poco, después de leer todo eso en la red y luego que Hermy le explicara lo que pasaba realmente

Ella le miró con los ojos llorosos, sentada en el suelo, echa un manojo de nervios, cuando le miró su rostro un poco más sereno, sin sentir la frialdad de la mañana y esas crueles palabras que retumbaban en sus oídos "Aléjate de mi", por un momento el muchacho no supo que hacer, que decirle... sin duda, ella era una bruja también, Hermione decía que no eran personas malas, que hacían magia pero que no dañaban (una mentira blanca de la castaña)

-¡Aleph! - Ella corrió hacia sus brazos levantándose torpemente y apretándolo a su cuerpo mientras dejaba escapar un sollozo - ¡Por favor, no me vuelvas a decir que me aleje de ti! - El por un momento se quedó sin saber que hacer, luego la abrazó con fuerza y su corazón se dejaba envolver por esos sentimientos hacia esa mujer... la amaba y si era bruja, tenía que aceptarlo, así como aceptar que sus padres y hermana, lo eran también... de él, no estaba seguro...

Las lágrimas de Pansy mojaron la camisa de Aleph, estuvieron así un buen rato en las penumbras, en medio de la oscuridad de ese viejo pasillo, hasta que el la tomó en sus brazos y la cargó abriendo su departamento sin meter la llave, sin darse cuenta de lo que hacía y la depositó en la cama, ella lo jaló por el cuello y comenzó a besarlo con pasión y con ansias, lo atrajo hacia ella y no lo soltó

El muchacho simplemente se dejó llevar por su corazón, éste le indicaba que no había problema, su corazón nunca le había fallado ¿Cuál podría ser el problema? Ella debía ser una bruja buena, como las muchas que existían, no creía que le hiciera nada malo, seguramente era como su hermana, de corazón puro y transparente, ninguna que lo amara de ese modo podría hacerle daño

Esa noche Pansy lo amó como nunca... no quería saber porque la actitud de Aleph, no quería ni imaginarse lo que iba a decirle, en ese momento, sentirlo suyo era lo único que la mantenía firme, despojarlo de su ropa, morder sus labios, su cuello, alborotar sus rubios cabellos, meterse entre sus piernas y darle a entender que ella era capaz de hacerle cualquier cosa porque lo amaba, porque lo consideraba solo suyo

Ninguna como esa noche de placer había sentido Aleph desde que iniciara su relación con Pansy, pese a sentir el sabor salado de sus lágrimas mientras la poseía y besaba, no le preguntaba ni le decía nada, solo era amor, solo hacer el amor era lo único en ese momento, finalmente los dos quedaron desfallecidos en la cama, ella profundamente dormida entre sus brazos, el despierto y con mil preguntas en su mente, pero la luz de la luna que se filtraba por la ventana iluminaba el rostro de su amada, la cual estaba respirando tranquila y plácidamente acurrucada en su pecho

-Te amo - susurró Aleph besando su frente y contemplándola, ella lucía tan hermosa...

A la mañana siguiente, cuando Aleph abrió los ojos, ella era la que lo contemplaba, aún se notaba en sus ojos hinchados por todo lo que había llorado, estaba cansada puesto que en la noche se había esforzado mucho para complacer y convencer a Aleph de que no la dejara

-Será mejor que te quedes durmiendo aquí - le dijo de modo cariñoso

-¿Tienes que ir al instituto?

-Si... no puedo faltar, ayer pedí permiso y...

-¿Porque faltaste ayer y hoy ya no puedes hacerlo? - Murmuró sin querer parecer exigente

-Pansy...

-¡Perdóname, lo se, no debo meterme! - Gimió

-Conozco tu secreto - le dijo de pronto y ella se puso más pálida

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