Bello Imposible

cap. 43: Sin música, sin ti

Pansy escuchó con estoicismo toda la diatriba de su madre, ella permaneció en silencio, le había confesado que estaba embarazada, se negó a decirle quién era el padre de su hijo, seguramente le daría un infarto al saber el apellido... a ella no le hubiera importado decírselo, si tan solo hubiera sido correspondida

Pero no tenía a Aleph... hubo un momento en que tuvo la conciencia de ir a buscarlo, de decirle que si no la quería cerca estaba bien, pero que ella había quedado embarazada y él tenía que saberlo... pero tuvo miedo, no quería volver a mirar esos ojos heridos, Aleph era demasiado hermoso para hacerlo sufrir

Ella quería volver a verlo, mirar sus ojos, sentir sus besos, su aroma, su cuerpo... lo amaba tanto, sentía que ese hombre había estado destinado a ella, para limpiarla por todas sus malas acciones, pero al parecer, había sido un castigo no una redención, algo tan puro, no podía ser para ella

En la soledad de su habitación, sacó por fin una mochila, en donde guardaba mucha ropita para bebé, las cositas pequeñas olían a nuevo, ella las puso todas en la cama y no pudo evitar que una lágrima saliera de sus ojos, quería a Aleph, pero era su amor imposible...

-Aleph... mi Aleph...

En la soledad de la casa Lovegood, Aleph abría los ojos, pero no se podía levantar, los ojos le pesaban... un horrible dolor le atravesó el corazón, no entendía que pasaba ¿Por qué no se podía levantar? Su cuerpo no le respondía, intentó parpadear, intentó decir algo pero no pudo

No escuchaba nada... hacía mucho que no había música en su mente, que el silencio era tedioso, el silencio era oscuro, era abrumador, le pesaba en su cerebro, sentía que se entumecía, sus ojos poco a poco se cerraban de nuevo, su corazón latía lentamente, sueño... un sueño eterno...

"Aleph" – Escuchó en la lejanía

No sabía a quien pertenecía esa voz, porque no se podía mover, el cansancio era demasiado, si intentaba moverse todo le dolía, los párpados se cerraban, de pronto vio una figura formarse frente a él, era alguien a quien no conocía

"¡Resiste Aleph!"

"¿Mamá?" – Alcanzó a pensar

"No te dejes morir, por favor"

"No hay más música, no hay esperanza" – decía el muchacho en sus pensamientos

"Ella te ama" – le decía ese ángel

"Ella no está aquí" – Pensó de último y sus ojos se cerraron, su cuerpo dejo de luchar y ese ángel no pudo ni tocarlo, ni hablar más con él, el cerebro de Aleph se desconectaba de la realidad, su corazón se cansaba... la música que lo alimentaba había desaparecido por completo

Esa palidez era de muerte, esa palidez era extrema... cuando Xeno regresó a su casa y le habló para contarle, no escuchó respuesta, se extrañó y al bajar y verlo dormido, pensó que algo había mal, al intentar levantarlo, se llevó un susto horrible, el muchacho estaba helado, pálido, por un momento pensó lo peor

Xeno sintió una débil respiración y un pulso lentísimo, el corazón latía de modo parsimonioso, era como una cuenta regresiva... desesperado, hasta el whisky bebido en casa de Scamander se le bajó, intentó darle calor, despertarlo, pero nada, no tuvo más remedio que hablar a San Mungo, un Sanador era lo mejor

Pero cuando éste llegó no había mucho que hacer, no respondía a nada, a ningún estímulo, era como si muriera lentamente, no hubo más que hacer, lo trasladaron de inmediato a San Mungo, para que fuera revisado por el resto de los sanadores, ya que era un caso extremadamente raro

-Lo sentimos señor Lovegood – Le dijo el Sanador en jefe – Hicimos todo lo posible, pero no ha bebido nada, no ha sido hechizado, hemos hecho de todo y parece que nada es posible