Bello Imposible

cap. 32: Morir de amor

No lo dudaron, cuando nació el primer hijo su venganza fue terrible, decidieron robárselo, dejarlo entre los muggles más supersticiosos y comunes, para que su barrera espiritual jamás dejara entrar la magia que buscaría al niño cuando comenzara su búsqueda, y fue cierto... Isthar nunca pudo dar con él, sufrió y lloró como nunca su pérdida y cuando se supo embarazada de nuevo al cabo de un par de años, se prometió que con su hija no pasaría lo mismo, no se lo robarían

Pero claro que eso no sucedería otra vez, sus hermanas habían sido reprendidas por sus soberanos y con temor a otro castigo no habían vuelto a meterse en la vida ya como humana de Isthar, pero eso sí, jamás revelarían en donde habían dejado abandonado a Aleph, por lo menos, el nombre bordado en sus mantas le habían dejado las encargadas del orfanato.

Además, como era de esperarse, un hada entre humanos jamás dura determinado tiempo, siempre todo llega a su fin y ése era el caso de Isthar, cuando su tiempo llegó, ella debía dejar esa vida que siempre supo, no sería larga y tenía que volver con los suyos, por eso como humana, murió, como hada, revivió

El padre de Luna terminó su relato mientras sus ojos brillaban y rebosaban de amor hacia Isthar, mirando su fotografía en lo alto de la pared, en donde ella sonreía, afortunadamente la foto se había rescatado después de lo sucedido en su casa durante la guerra... Hermione ya no podía mostrarse escéptica, en cierto modo claro está, pero bueno, resultaba que había un porqué, Luna parecía estar todo el tiempo en otro lugar

Por supuesto que la que no estaba contenta esa noche y solo observó a la hora en que Aleph entraba al edificio era Pansy, apenas y podía creer que el muchacho se había ido todo el día cuando ni a ella le prestaba tanto tiempo ¿Se habría ido con Luna? Un suspiro hondo arrancó de su pecho y se llenó de rabia y de celos... Luna le estaba quitando a su hombre

Era inevitable que Hermione no lo mirara en una de esos eventos sociales, claro, no estaba con los invitados, puesto que ella había elegido estar detrás de bambalinas para no tener que verle la cara a los invitados... es por eso que lo había visto llegar ¡Cielos! Ahora que lo miraba con otros ojos... ese porte, ese andar, esa presencia, podía hasta oler su perfume a esa distancia

Mirarlo sonreír y beber con los otros, con las otras, era un deleite, más no verlo coquetear con esas perras (según ella) las odiaba a todas, se le resbalaban a Draco y lo tocaban, le acariciaban su hermoso rostro y su cabello ¡Malditas, no lo toquen, no lo contaminen con sus manos sucias! No falto quien le diera un beso en su mejilla acercándose a la boca y diciéndole no se que cosas al oído ¡Que el infierno te lleve estúpida!

Pese a eso, seguía ahí, escondida, suspirando por él, por sus besos, sus caricias, evocando su cuerpo desnudo en medio de las penumbras o a plena luz del sol, recorriendo cada centímetro de su piel, casi sintiendo el olor de su piel, suspirando por sus labios sensuales y húmedos, por sus dedos enterrándose en su piel, por sus dedos recorriendo su cuerpo ¡Ese era el maravilloso infierno que había recorrido gustosa!

¿Cómo volver a eso? ¿Cómo volver a sentirlo? Lo adoraba... lo amaba... no pudo evitar que las lágrimas salieran, tragó saliva, intentando no sollozar, una misión casi imposible, por eso permanecía ahí, escondida, añorando estar en el lugar de esas zorras, que lo miraban con sus odiosos ojos brillantes, susurrándole palabras lujuriosas, seguramente a alguna de ellas se llevaría a la cama esa noche y ella sin poder hacer nada

Deseó ir y quitarle las copas que se bebía como agua ¿Cuál era su intensión? ¿Salir completamente borracho de la fiesta? Pero brindaba una y otra vez con esas tipas y los otros, jugaba con ellas, las tomaba de la cintura y de pronto besaba a una y besaba a otra, Hermione rechinó los dientes y deseó enviarle un hechizo pero a él ¡A ese desgraciado besucón!