cap. 24: Deseos del corazón

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Con ese mismo deseo... Pasaban los días en ambos continentes, Pansy miraba desde la cama a Aleph trabajar en silencio, ella sabía cuando debía interrumpir y cuando no, sentía que su amor por el era tan enfermizo que no le importaba pasar horas mirándolo en completo silencio

Le gustaba verlo crear con tanta pasión como cuando hacían el amor, a veces después de hacerlo, la dejaba desnuda en la cama, mientras el componía algunas melodías que de repente nacían en su prodigiosa mente, otras más le tocaba melodías con un violín o con el chelo

El decía que le faltaba un piano para que la deleitara con todas sus melodías, ella solo sonreía y lo miraba con esos ojos brillantes y rebosantes de amor, un amor que jamás había imaginado sentir por un muggle, pero el muchacho la tenía atrapada en su corazón, no imaginaba estar sin él

Inclusive la música que continuaba componiendo Aleph pasaba a un plano distinto, ya no era la música sacra, seguía siendo igual de increíble, pero ahora con muchos matices románticos, ahora que conocía el amor, ese suave matiz aterciopelado de sentimientos se dejaba sentir en cada nota sin sobrepasar el límite

Cada beso que Pansy le daba, cada coqueteo, provocación y cada entrega apasionada, cada caricia atrevida estaba reflejada en su música, por supuesto que los profesores notaban esa nuevo giro, pero era más fresco, salía de su normalidad, simplemente les encantaba, Aleph parecía más humano y no tan perfecto como si fuese un ángel.

Pansy esperaba todos los días a Aleph a la salida del instituto de música, en otras ocasiones, cuando el regresaba al mismo, ella también iba, no lo dejaba solo, porque notaba como muchas chicas se le comenzaban a pegostear ¿Por qué sería? Bueno, ella ignoraba lo que antes pensaban de Aleph

Ella era feliz en aquel pequeño espacio, no extrañaba su casa ni a su madre, adoraba quedarse a escondidas en el departamento de Aleph, aspirando el olor de sus sábanas o acariciando sus prendas, pero era inevitable no hacer cosas extrañas o dejar los detalles mágicos...

En una ocasión, la bolsa de Pansy quedó abierta y Aleph sin querer miró algo que le llamó la atención, era un trozo de madera bien pulido, parecía la batuta que usaba para dirigir la orquesta, curioso la tomó y la examinó... ¿para que podía usarla? Le miró por todos lados y de pronto la punta de la varita brilló y el la aventó espantado

-¡Jesús! – chilló el muchacho

-¿Qué pasa amor? – Salió Pansy del baño a medio vestir y observó su varita mágica en el suelo

-L-lo lamento, no era mi intensión... parece una batuta, yo solo... fue curiosidad

-¡Oh! No te preocupes...

-S-se prendió...

-¿Cómo?

-La punta... pareció encenderse... ¿Acaso es un encendedor o que? es que...

-¡Claro! – Sonrió Pansy nerviosa, extrañada de que la varita hubiese reaccionado, se apresuró a guardarla y se volvió a ver a Aleph con su rostro desencantado, le dio un poco de temor que hubiera encontrado su varita mágica, así que no dudó en distraerlo

¿Y de que manera?

Quitándose la toalla, quedando completamente desnuda y se acostó en la cama mientras que le llamaba de modo seductor... Aleph sonrió al verla ahí, se olvidó de ese incidente y fue hacia Pansy, contemplándola como si fuera la cosa más maravillosa del mundo, adoró ese cuerpo esbelto tendido en su cama, esperándolo con ansias

No lo dudó, lentamente se quitó su ropa para acompañar a su novia en ese viaje de placer inusitado, en ese éxtasis y en su cuerpo seductor, el sin duda, se hundió en ella imprimiendo un cierto salvajismo que antes no tenía, sin duda, era porque con cada día que pasaba, adquiría más conocimientos

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