CUATRO

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"Soy el Dominante, soy el que está a cargo", respondió Harry con calma. "Y sé por los formularios que llenaste que los azotes no son un rojo para ti, por lo que es un método perfectamente apropiado para ayudarte a corregir tu comportamiento. Los azotes son una de mis formas de disciplina más efectivas".

"Bueno, tal vez funcione con otros sumisos, pero no funcionará conmigo", afirmó Louis. "Dudo que puedas hacerlo de todos modos. Te golpearé esa tonta cara si lo intentas.

"Crees que puedes llevarme a una pelea, ¿eh?" Harry preguntó luciendo irritantemente divertido.

"Tranquilo", dijo Louis con falso malhumor. No era estúpido, sabía muy bien que no tenía ninguna posibilidad contra Harry en lo que respecta a la fuerza física, pero no quería admitirlo.

"Hmm", reflexionó Harry antes de levantarse en toda su altura y acercarse al sumiso. Se propuso mirar a Louis, arqueó una ceja mientras Louis hacía lo mejor que podía para disfrazar una risita con una tos. "Ya veremos", sonrió Harry, sin verse remotamente amenazado por Louis, quien estaba poniendo todo su esfuerzo en dar su mirada más intimidante. "Deberías desempacar, realmente acomodarte", aconsejó alejándose, Louis soltó un suspiro que había estado conteniendo una vez que lo hizo. "Es mejor para tu salud mental empezar a hacer que la habitación se sienta más tuya. Aunque tengo que quitarte cualquier artículo que se considere un lujo. Siempre puedes recuperarlos con buen comportamiento".

"¿Y qué se consideras buen comportamiento?" Preguntó Louis. "¿Esta es la parte en la que revelas tus costumbres pervertidas y tratas de obligarme a arrodillarme para chupar esa salchicha que llamas polla?"

"Realmente estás rogando que te castiguen duro, ¿no es así, Louis?", comentó Harry. "No te preocupes. Te daré toda la disciplina que necesitas. Tienes hoy para instalarte en tu nueva habitación. Pero a partir de mañana seguiremos mis reglas".

Louis no estaba seguro si estaba enojado, ofendido o excitado. Así que hizo un gesto de poner los ojos en blanco ante el Consejero antes de comenzar a desempacar su maleta.

"¿Me vas a dar algo de privacidad?" Louis preguntó con un resoplido mientras arrojaba algo de su ropa en una pila desordenada sobre la cama.

"Tengo que supervisarte", le informó Harry. "Todos los artículos que se consideren un lujo deben ser confiscados hasta que obtengas el privilegio de tenerlos".

"Bien", gimió Louis. "Entonces también puedes ser útil y ayudar. Ve a doblar, Styles", ordenó señalando su montón de ropa.

Mientras Harry doblaba, Louis guardó un par de pares de zapatos y sudaderas con capucha, encontró algunas toallas para llevar a su pequeño baño contiguo. Regresó al dormitorio justo cuando Harry localizó su ropa interior debajo de un par de pantalones deportivos.

"Bueno, bueno, estos son bonitos", sonrió el Dominante sosteniendo unos diminutos calzoncillos blancos con corazones rojos.

"Urgh, sabía que eras un pervertido", se quejó Louis arrebatándoselas de la mano de Harry y empujándolo para que pudiera ordenar su montón de ropa interior él mismo.

"Pondré tus libros y cosas en el escritorio", dijo Harry sacando los útiles escolares de Louis.

"Como sea", murmuró Louis mientras guardaba su ropa en el armario. Sacó la fotografía enmarcada de él y su madre y la colocó con cuidado sobre la mesita de noche.

"Ah, lo siento, Louis, pero voy a tener que confiscarte estos", declaró Harry y Louis se sonrojó cuando el Dominante sacó un lubricante, un tapón y un vibrador.

"Oh, vamos", Louis lo miró fijamente. "No cuentan como artículos de lujo. Son esenciales y básicos".

"Los usas por placer, eso los convierte en un lujo", afirmó Harry.

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