CUARENTA Y DOS

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El Dominante mantuvo a Louis atrapado contra la pared por un rato, prácticamente destrozándole el cuello. Cuando Harry se apartó, la garganta de Louis ya no tenía ese color dorado como el resto de su piel. En cambio, el costado de su cuello era una gama de tonos rojizos y rosados que lentamente se iban volviendo morados. Sin decir palabra, Harry bajó los pantalones cortos de fútbol de Louis y luego le quitó las bragas manchadas de semen. También le puso la camiseta de fútbol por encima de la cabeza al sumiso antes de quitarle las zapatillas y los calcetines.

Harry colocó la mano en la nuca de Louis y lo guió hasta el baño. Se desnudó y se metió en la ducha con Louis, mientras el agua caliente caía en cascada sobre sus cuerpos desnudos. Harry rodeó el cuello de Louis con el brazo, volvió a juntar sus bocas y lo besó profundamente mientras comenzaba a acariciarse.

-Tócame -ordenó Harry con voz ronca y Louis obedeció de inmediato, envolviendo sus dedos alrededor de la impresionante circunferencia de Harry y empujándolo hacia arriba y hacia abajo, el agua de la ducha ayudaba al deslizamiento de su mano. -Así... ahí está mi buen chico -suspiró, las palabras calentaron el interior de Louis mucho más de lo que el agua de la ducha calentaba su piel.

Se besaron un poco más, Louis siguió tocando a Harry y sus rodillas se doblaron cediendo a su deseo y cayó a los pies de Harry en el piso de la ducha fría. El chorro de agua caía sobre él, pero Louis lo ignoró y se concentró en Harry. Lamió y besó su camino a lo largo de la parte interna de los muslos de Harry y por fin llegó a lo que quería.

-Ah, Lou -gimió Harry, mientras una de sus grandes manos pasaba por el cabello húmedo de Louis.

Louis tomó a Harry en su boca, chupando su polla con avidez, haciendo todo lo posible para compensar todo con la calidad de sus habilidades orales. Los gemidos de placer que brotaban de los labios de Harry sugerían que la mamada de disculpa de Louis estaba siendo muy bien recibida.

-Louis, joder -gruñó Harry.

Al sumiso le encantaba cuando Harry perdía el control y maldecía. Lo chupó con más fuerza, su lengua recorriendo la vena gruesa de la parte inferior de la polla de Harry antes de pasarla por encima de la cabeza, sumergiéndose en la hendidura. Con los muslos temblorosos, Harry se sostuvo contra las baldosas, con la boca abierta en un grito silencioso, las caderas empujando un poco más fuerte mientras se corría. Louis tragó lo que pudo, sintiendo que la corrida de Harry se salía de su boca, inclinó la cabeza hacia atrás, dejando que el agua de la ducha le quitara algunas salpicaduras de la cara.

Salieron de la ducha en silencio y Louis sintió que el corazón le latía con fuerza y que los nervios aumentaban a pesar de la excitación que le producía lo que habían hecho. Una gran parte de él quería huir, correr y esconderse de la intimidad de todo aquello. Convencerse a sí mismo de ser lo suficientemente valiente para quedarse no era fácil, pero lo estaba logrando.

-Está bien, amor -le dijo Harry con dulzura mientras los secaba a ambos con una toalla-. Estamos bien. No corras más. No huyas de mí.

Louis tragó saliva y sus ojos se dirigieron hacia la puerta.

-Oye, nada de eso sol, quédate conmigo -Harry le tomó la cara con suavidad, agachando un poco la cabeza para hacer contacto visual-. Está bien -le dio un casto beso en la boca y Louis se aferró a él-. Está bien -repitió el Dominante, frotando la espalda de Louis de arriba a abajo con suavidad.

Se vistieron (Louis con los boxers de Harry y una de sus elegantes camisas).

"Mira eso, logré abrochar más de dos botones", bromeó Louis.

Harry simplemente le sonrió.

-Ven aquí -dijo Harry con un gesto y pronto estaba en el regazo de Harry sobre el sofá, besándose con la lengua. Definitivamente necesitarían un poco de bálsamo labial cuando terminaran.

Brat CampDonde viven las historias. Descúbrelo ahora