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𝐌𝐈𝐀
—No puedo creer que le hayas dicho todo eso. — digo una vez que vuelvo a entras a la casa.
No iba a mentir, me había molestado un poco que Victoria no me hiciera caso y bajara para decirle todas esas cosas a Daniel pues a mi parecer ya tenía controlada la situación, aunque, por otro lado, había sido una forma un tanto divertida de ver sus celos.
— Sorry, — se disculpa con algo de frustración — es que no sabía que más hacer.
Tomo aire, para después sentarme en el sillón.
— Pudiste haberte quedado arriba. — hablo — Pero ya no importa, de cualquier forma, voy a tener que explicarle todo lo que ha estado pasando cuando regrese hoy en la noche.
Victoria se sienta a mi lado.
— Con todo lo que ha pasado, te refieres también a nosotras. — susurra en mi oído y poniendo una mano sobre mi muslo.
Sabía lo que estaba tratando de hacer.
— Si, — respondo — No puedo casarme con el sí existen secretos entre nosotros.
— Así que aun planeas hacerlo. — dice, mientras se separa de mí. Era obvio que le molestaba habla de ese tema.
Me limito a asentir con la cabeza.
— A menos que Daniel me mande a volar cuando le cuente de ti. — respondo — Créeme que lo entendería completamente si lo hace.
— Mia. — volteo a mirarla, haciendo que me pierda en el hermoso color azul de sus ojos — Vine hasta aquí para que nos conozcamos mejor. Que conozcas a Victoria, no como si solo fuera Young Miko. Y me des una oportunidad de demostrarte lo mucho que me gustas y que realmente vale la pena intentarlo conmigo.
— Tu también me gustas, Vic. — le respondo, sincera — Pero me voy a casar en unos meses y...
— Lo sé — me interrumpe — Solo dame algunos días y si después me dices que prefieres casarte con ese imbécil, tratare de entenderlo y ya no volveré a buscarte o molestarte.
Me tomo un momento para pensarlo.
— ¿Cuantos días a estar aquí? — pregunto.
— Hasta que Mariana me encuentre y venga por mí. — contesta, haciéndome reír.
— Esta bien, — respondo — pero en caso de que no funcione solo te pido que no te alejes de mí.
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