XXVII

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𝐌𝐈𝐀

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𝐌𝐈𝐀

— ¿Cómo es posible que dieran cuenta de que estoy contigo? — pregunto sentándome sobre la cama, donde Victoria estaba acostada.

Habíamos despertado llenas de notificaciones y etiquetas en varios clips de mi live de ayer, el primer pensamiento que había tenido era que eran fragmentos donde aclaraba el tema de la boda, pero cuando me meto a los comentarios descubro que la verdadera causa de este alboroto era que se habían dado cuenta de algo que nosotras no. 

Básicamente, habían visto una de las sudaderas que eran parte de la merch de Miko recargada sobre el sillón en que él había estado sentado y ahora sabían que estaba con ella en Puerto Rico.

— Ni siquiera yo me di cuenta. — continuo, aun sorprendida, los fans a veces me hacían sentir que yo estaba ciega.

— ¿Te molesta que lo sepan? — me pregunta. Su expresión y su tono era serio.

— Claro que no. — respondo rápidamente —¿porque lo preguntas?

Vicki se encoge de hombros.

— No lo sé, — contesta — Es solo que es un tema que me da un poco de inseguridad.

Cuando dice eso, me viene el recuerdo de cuando me conto sobre su relación con aquella modelo, de como nunca quiso hacer formal lo que tenían y que solo jugaba con ella.

Me pego más a ella, para después recostarme a su lado.

— Si tú también quieres hacer lo nuestro público, yo seré la más feliz. — hablo — Y si no también, lo único que me importa es estar contigo.

Mis labios quedan a centímetros de los suyos, esperando su beso, el cual no tardo mucho tiempo en llegar. 

Primero la beso con suavidad, pero poco a poco se va volviendo demandante y necesitado. Siento sus manos viajar hacia mi cintura, quemando mi piel a través de la ropa mientras me acaricia.

Me subo a horcajadas sobre ella en busca de más, haciendo que su agarre en mi cintura de haga más fuerte. Había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo hicimos y para ser sincera extrañaba tenerla debajo de mí.

Mis labios bajan con lentitud hacia su cuello, robándole unos cuando jadeos y posiblemente dejando algunas marcas en el proceso.

El toque de sus manos en mi cintura desaparece y en cambio me separa un poco de ella.

Busco su mirada confundida, tenía la respiración agitada y las mejillas rojas.

— ¿Que...?

— Quítate la ropa. — me interrumpe acabando con mi confusión.

 — ¿Ahora vas a darme ordenes? — pregunto con diversión.

— Quiero verte. — responde para después sonreír coquetamente haciendo que moje aún más.

𝐃𝐎𝐍𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄 || YOUNG MIKO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora