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𝐌𝐈𝐀
Desafortunadamente nuestros días en la playa llegaron a su fin, y nos encontrábamos dando un paseo por la playa antes de ir de regreso a la casa de 1K.
Obviamente habíamos llevado al perrito con nosotras.
Victoria y yo habíamos seguido hablando sobre la discusión y terminamos resolviendo algunas diferencias que aún había al respecto entre nosotras. Una parte de mi sentía que la había perdonado demasiado rápido, suponía que era porque me sentía un poco responsable de su pelea con Mariana; pero la otra me decía que simplemente no podía enojarme con ella.
Y aunque ya no fuera una sorpresa mi plan de pedirle que sea mi novia seguía en pie y que mejor momento que hacerlo ahora.
Llegamos a una parte que estaba rodeada de piedras y cuando veo a Vicky sentarse sobre una decido que ese es el momento.
Me siento junto a ella dejando al perrito sobre mis piernas, ya no nos tenía tanto miedo con ayer.
- Vic. - la llamo mirándola a los ojos - sé que ayer fue un día un poco... difícil, y solo quiero decirte que te amo pase lo que pase.
Podía ver algunas lágrimas acumulándose en sus ojos. Era la primera vez que se lo decía.
-Yo también te amo y lamento haber puesto en duda lo que sientes por mí. - dice tomando mi mano para después dejar un beso sobre ella.
Tomo aire.
No sabía porque me sentía tan nerviosa por hacerlo teniendo en cuanta que ella sabía que era algo que iba a pasar en cualquier momento.
- Desde que te conocí, Vicky, mi vida al fin tuvo un sentido. - empiezo a decir con timidez - Te convertiste en mi mejor amiga y sin darme cuenta también en la persona con la que quiero compartir todos mis días. Y sé que no importa cuantos problemas u obstáculos haya en el camino, podemos superarlos juntas. -hago una pausa - Se que me dijiste que no era necesario esto cuando te dije que incluso tenía una canción preparada, pero quería preguntarte si querías ser mi novia.
Sus hermosos ojos azules me miran con intensidad, para después regalarme una sonrisa.
- Nada me haría más feliz que eso, baby. - dice.
Su rostro se acerca al mío, para después rozar sus labios con los míos. Era un beso lento y dulce, pero lleno de significado por el momento que estábamos viviendo.
Apenas nos separamos un poco, Victoria murmura sobre mis labios.
- ¿No vas a cantarme mi canción? - me pregunta.
Rio.
- ¿Segura que quieres escucharla? - le respondo.
Vicky asiente.
Después de muchos años trabajando en esto había perdido el miedo de cantar frente a un público y a que hubiera personas a las que no les gustara mi trabajo, así que no tenía ni idea de porque sentía tantos nervios porque no les gustara lo que había hecho para ella.
