𝐃𝐎𝐍𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄 || YOUNG MIKO ||

XXI

𝐌𝐈𝐀

Las semanas pasaron y por fin el día que tanto temor me daba había llegado. Y las palabras de Victoria aun resonaban en mi mente: 

— Que creo, que, por el bien de las dos, es mejor dejar las cosas hasta aquí. — responde — Al menos hasta que salgas de eso.

No, podía culparla de pensar eso, incluso yo lo había pensado, pero si me había resultado difícil escucharlo de sus labios. Eso lo hacía definitivo, y eso era lo que más dolía.

— Quita era cara, me deprimes. —  me pide Santiago, quien me había estado apoyando todo este tiempo.

— No puedes pedirme eso. — respondo.

Saco mis maletas con cuidado del taxi.

Después de unas horas de vuelo, llegamos a la casa de mis padres de Canadá, pues en menos de 48 horas sería una mujer casada. 

Por más que haya querido cambiarlo, tal vez este era mi destino.

— Aun podemos escapar. — dice, cuando llegamos a la puerta, en tono de burla, pero yo sabía que lo decía enserio.

Niego con la cabeza.

— Ya no tiene caso. — respondo — Fue mi idea la del contrato, ahora tengo que hacerme cargo de las consecuencias que yo misma me cause.

Santiago me mira con lastima, y asiente.

Tocamos la puerta, esperando a que alguien de mi familia o Daniel nos abra. Ellos habían llegado una semana antes para terminar de cerrar algunos detalles.

Nunca había odiado tanto estar aquí.

La puerta se abre dejándome ver a mi hermana.

— Que bueno que ya estás aquí. — dice, dejándonos entrar — Mamá era capaz de ir personalmente a buscarte.

— Lo se.

— Enserio lamento que tengas que hacer esto. — dice Danna — Tal vez si no te hubiera pedido que fueras a la casa no estaría pasando esto.

—No es tu culpa. — le digo. En un principio si me había molestado por no saber que Daniel iba a estar ahí, pero tampoco era su culpa.

— Aun así, lo siento.

Asiento, con una sonrisa para tranquilizarla. Después de todo era mi hermana menor y ahora solo esperaba que mi mama no la obligara a hacer nada que ella no quisiera.