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CAPITULO 24

Taehyung 

Nuestra intervención y toda la atención mediática que surgió alrededor de la investigación alertó a quienes estaban detrás de toda esta operación. Pareció como si todo se hubiese detenido. No encontramos nada sobre los hombres que decidieron morir esa noche antes de enfrentarse a la justicia; fue como si no existieran.

Investigamos por semanas. No queríamos aceptar que estábamos en un punto muerto. Hasta que sucedió algo que nos arrojó un poco de luz. 

—Se activó la alerta de movimiento del SUV —nos informa Yoongi. 

Le habíamos colocado una cámara, un GPS y lo dejamos en una estación de servicio cerca del punto de entrega.

—Veamos a donde nos lleva —digo acercándome a mirar el monitor junto a Yoongi.

La cámara que colocamos en el interior del SUV comenzó a grabar cuando lo encendieron. Inmediatamente buscamos su rostro en la base de datos.

—Es un empleado de Harrington Enterprises —anuncia Yoongi.

Finalmente, después de conducir sin rumbo por casi dos horas, dejo el SUV en el fondo de un río. 

—¿Eliminando evidencia? —pregunta Yoongi retóricamente. 

—Investiga a Harrington—le digo. 

—Si Harrington está detrás de lo de los containers, debo admitir que es habil —admite Yoongi más tarde esa noche cuando fuimos a beber algo antes de ir a casa. — No encontré nada que lo ligue directamente.

—Hemos transportado cargamento para él —afirma Jin. 

—Sí —admito— pero, tampoco hubo nada sospechoso en las cargas que ha transportado en nuestros aviones. 

—Pero no es más hábil que tú —habla Jimin pensando lo mismo que el resto. 

- Mmmm... Supongo que solo me llevará más tiempo. —dice Yoongi. 

—Hay que ir a Sudamérica a visitar el puerto de donde salió el contenedor —comentó Namjoon. 

- ¿Misión de reconocimiento? Me anoto —dice Jungkook emocionado con su mano al aire. 

Cualquier cosa que pueda hacer fuera de la oficina está bien para él. Dos días después, Jungkook, Jimin, Hoseok y yo viajamos a Sudamérica. 

Namjoon. 

Más o menos una semana después que los chicos viajaron a Sudamérica, el viejo Harrington murió repentinamente. Y su único hijo Han Harrington pasó a ser el CEO de Harrington Enterprises.

Así que allí estábamos, presentando nuestros respetos ante su hijo, al igual de muchas personas importantes que asistieron a su funeral. Más que nada para ver quienes habían venido a despedirlo. Cualquiera de los que estaban aquí podría ser parte del oscuro negocio de los Harrington. Han no hizo declaraciones públicas sobre la muerte de su padre. Aunque sí hubo muchas teorías mediáticas a su alrededor, debido a que hacía menos de dos años que su padre comenzó a introducirlo en el negocio, y aunque en ese corto tiempo demostró habilidades empresariales, no tenía tanta experiencia y ya no tenía a su padre para que lo guiara. Eso era una ventaja a nuestro favor. En algún momento se iba a equivocar.

Unos días después ocurrió el accidente de uno de nuestros aviones. Curiosamente el piloto del avión era nieto del antiguo chófer del difunto señor Harrington, y este había desaparecido el mismo día del accidente. 

Necesitábamos ayuda para resolver lo del accidente, así que Hoseok y Jimin volvieron al país. 

Diez días después del accidente del avión, fui a ver al doctor Cho y me informó que logró estabilizar a la mujer y que sobreviviría.

—Solo debemos esperar que se recupere y despierte del coma —me dijo mientras caminábamos a su habitación. Al entrar había una enfermera revisando sus signos vitales. 

—Danos un momento, por favor, Bianca —le dijo el doctor cuando entramos. 

- Claro que sí, doctor. 

—Lo peor ya ha pasado, —afirmó el doctor Cho al verme mirándola fijamente—. La inflamación de las contusiones ha mejorado bastante. Su piel se torna morada porque aún hay sangre acumulada debajo de la superficie de la piel, pero en unas semanas esos moretones desaparecerán completamente. 

—¿Podemos hacer algo para que despierte del coma? —preguntó.

- Despertar de un coma puede ser un proceso complejo —me informa—. Se puede intentar estimular su actividad cerebral con terapia física y estimulación sensorial. 

- Hagalo! - le ordenó. 

- Debe saber que no todos los pacientes en coma responden a las técnicas de estimulación. Y si lo hacen, puede tardarse semanas, meses e incluso años. 

—Vendré cada semana para ver su progreso. —Terminé diciendo.

Al regresar a la oficina sigo pensando en esa mujer; estoy seguro que la he visto antes en algún lado.

Cada semana fui a verla como prometí. También me servía para despejarme del trabajo de la oficina. A veces me quedaba horas leyendo en su habitación. Semanas después, cuando todos esos moretones desaparecieron de su piel, recordé donde la había visto. En el funeral de Harrington. Recuerdo haberle dado el pésame porque la vi muy afectada.

—¿Qué tienes que ver con Harrington? —le pregunté al cuerpo que yacía inconsciente en la cama. - Iban por ti? ¿O iban por el nieto del chófer?

- No había ninguna Anna Rodríguez en la lista del funeral, pero allí estabas. Supongo que ese no es tu nombre. —Pienso. 

—Necesito que despiertes, Anna. —le digo—. Necesito que me digas quién eres.