En un mundo donde los lazos familiares y el amor se ponen a prueba, Boruto Uzumaki-Uchiha vive una vida aparentemente normal con sus padres, Naruto y Sasuke y su novio Mitsuki. Sin embargo, todo cambia cuando Kawaki, el hijo adoptivo de Naruto y Sas...
Una tarde tranquila, envuelta en un silencio sepulcral, se rompió con la llegada inesperada de Himawari Hyuuga. La joven de trece años, con la determinación grabada en su mirada y una aura de misterio a su alrededor, apareció en la puerta de la mansión Uzumaki-Uchiha.
Su presencia, desconocida para Boruto, Naruto y Sasuke, era como una brisa fresca que soplaba en un desierto árido.
Boruto, con el corazón aún pesado por la pérdida y el dolor, sintió un escalofrío recorrerle su columna vertebral al ver a la adolescente.
— ¿Quién eres? — preguntó con cautela, sus ojos celestes fijos en la figura menuda pero resuelta de Himawari.
— Soy Himawari Hyuuga, tu hermana menor — respondió ella, sus palabras resonando como un trueno en la mente de Boruto y Sasuke.
La revelación de Himawari cayó sobre Boruto y Sasuke como un rayo en un cielo despejado. Boruto, sintiendo una mezcla de incredulidad y esperanza, se acercó a ella.
— Hermana… no sabía que tenía una hermana — murmura, su voz temblando con la emoción contenida.
Sasuke, con una mirada de asombro y curiosidad, observaba a Himawari.
— ¿Cómo es posible que Naruto no nos haya contado sobre ti? — preguntó Sasuke, intentando comprender la magnitud de la revelación.
Himawari, con la serenidad de una flor en medio de una tormenta, explicó su historia.
— Mi madre, Hinata Hyuuga, murió hace seis meses. En su lecho de muerte, me reveló la verdad sobre mi padre. Desde entonces, he estado investigando en las sombras, buscando respuestas. Mi padre jamás supo de mi existencia, ya que mi madre eligió usar su esperma sin que él lo sepa.
La dedicación de Himawari para descubrir la verdad sobre su padre era como una llama que nunca se apagabq. Sus días y noches estaban llenos de susurros y secretos, cada paso una danza silenciosa de determinación.
— He seguido pistas, he hablado con personas, y finalmente llegué aquí — decía Himawari, sus ojos brillando con una mezcla de tristeza y esperanza.
Boruto sentía un torbellino de emociones al escuchar la historia de su hermana menor.
— ¿Y qué has encontrado? — preguntó, su voz cargada de una desesperación que apenas podía contener.
Himawari sacó un diario gastado y se lo entregó a Boruto.
— Este diario perteneció a alguien con altos conocimientos de ciencia y medicina. Contiene información que podría ayudarnos a entender qué le pasó a nuestro padre.
Boruto tomó el diario con manos temblorosas, sintiendo el peso de la esperanza y el miedo en cada página que pasa.
—¿Cómo encontraste esto? — le preguntó, sus ojos llenos de asombro.
Himawari sonreía con tristeza.
— Lo encontré en los archivos secretos de un antiguo aliado de nuestro padre. Creo que puede contener la clave para encontrarlo.
La llegada de Himawari trajo una nueva luz de esperanza a la mansión Uzumaki-Uchiha. Sasuke, sintiendo un renacer de la esperanza en su corazón, se levantó de su lecho de dolor.
— Si Himawari está tan convencida de que Naruto está vivo, no podemos rendirnos — dijo, su voz firme con una nueva determinación.
Himawari se trasladó a vivir a la mansión, su presencia era como un rayo de sol que disipaba las nubes oscuras de la desesperación.
Boruto y Sasuke, fortalecidos por la convicción de Himawari, sentían que sus corazones comenzaban a sanar.
— Vamos a encontrarlo — dijo Boruto, su voz llena de una renovada esperanza.
Una noche, mientras Boruto revisaba el diario, encontró una referencia a una droga que influía en los sentimientos y pensamientos de las personas, provocando el borrado completo de sus recuerdos.
— Esto… esto es lo que le hicieron a Mitsuki — murmuró desesperado, sus ojos abriéndose de par en par con la comprensión repentina.
La droga, según el diario, tendrá efectos permanentes si pasan tres meses sin que la persona en cuestión tome el antídoto que anule dichos efectos. Boruto sintió un frío recorrer su espalda al leer ésta información.
— No tenemos mucho tiempo. — susurró, su mente ya trabajando en cómo encontrar el antídoto.
Boruto, con el diario en la mano y una nueva resolución en su corazón, se dirigió a Sasuke.
— Debemos seguir adelante. Himawari está convencida de que nuestro padre está vivo, y tenemos una nueva pista para salvar a Mitsuki, porque él...él me sigue amando ¿Cierto? Digo...Mitsuki fue drogado.
Sasuke, con los ojos llenos de una mezcla de esperanza y determinación, asintió.
— No nos rendiremos, Boruto. Lucharemos hasta el final.
La presencia de Himawari, como un faro de esperanza, había renovado la fuerza de Boruto y Sasuke. Juntos, estaban decididos a enfrentarse a cualquier desafío que venga, con la esperanza de encontrar y salvar a Naruto y Mitsuki restaurando la paz y el amor en su hogar.
Boruto y Sasuke estaban unidos en su resolución de no rendirse. La luz de la esperanza brillaba más fuerte que nunca, prometiendo un nuevo amanecer en su lucha por la verdad y la justicia.
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