En un mundo donde los lazos familiares y el amor se ponen a prueba, Boruto Uzumaki-Uchiha vive una vida aparentemente normal con sus padres, Naruto y Sasuke y su novio Mitsuki. Sin embargo, todo cambia cuando Kawaki, el hijo adoptivo de Naruto y Sas...
En los recreos de la academia, el ambiente se torna tenso cada vez que Mitsuki y Kawaki se encuentran. Mitsuki, con su mirada afilada y sus palabras cortantes, enfrenta a Kawaki con una hostilidad palpable.
— No te acerques a Boruto — le advierte Mitsuki, su voz un susurro de veneno — Ya has hecho suficiente daño.
Kawaki, sintiendo la frialdad de Mitsuki, se siente como una flor marchita bajo el sol abrasador. Cada palabra es una espina que se clava más profundo en su alma, cada mirada un rayo de desprecio.
— No merezco esto.— piensa, su corazón pesado con el peso del rechazo.— Después de todo ya pedí perdón y me arrepemtí.
Boruto, a su lado, no es menos hostil. Sus gestos y miradas son barreras impenetrables, muros que Kawaki no puede escalar.
— Mantente alejado de mí — dice Boruto, su voz firme y llena de resentimiento — No quiero tener nada que ver contigo.
El constante rechazo comienza a agobiar a Kawaki, su mente divagando hacia pensamientos oscuros.
Podría usar la droga del olvido de nuevo, piensa, su mente jugando con la idea de liberar a Boruto y Mitsuki de sus recuerdos dolorosos. Pero rápidamente descarta esa opción, sabiendo que solo perpetuaría el ciclo de sufrimiento.
Kawaki vive en un constante estado de sobresalto, cada día una lucha contra la hostilidad que enfrenta en la academia y en casa.
"No puedo seguir así," piensa, su corazón latiendo con una mezcla de desesperación y determinación. "Debo encontrar una forma de ganarme su perdón."
Un día, Kawaki y Naruto están en la biblioteca de la mansión, disfrutando de un raro momento de paz. Kawaki ríe feliz mientras le cuenta a Naruto sobre su día en la academia, su voz llena de una alegría que rara vez muestra.
— Hoy aprendimos algo nuevo en clase — dice, su rostro iluminado por una sonrisa.
Naruto, viendo a Kawaki así, siente una ola de calidez en su corazón. — Estoy orgulloso de ti, hijo — dice, su voz suave y llena de amor — Estás haciendo un gran esfuerzo. Sigue así y obtendrás grandes logros. — Gracias padre — Kawaki ríe como un niño pequeño mienteas sigue conversamdo con Naruto.
Sasuke, trabajando en un informe en una esquina de la biblioteca, respira la paz del momento.
— Esto es lo que necesitamos — piensa, su mente relajada por la armonía temporal.
Pero la paz es efímera. Boruto entra en la biblioteca, y el ambiente cambia instantáneamente. La tensión se palpita en el aire, una nube oscura que amenaza con desatar una tormenta.
— ¿Qué está haciendo aquí? — pregunta Boruto, su voz goteando desdén.
Kawaki siente que su corazón se encoge, el miedo y la inseguridad volviendo a invadirlo junto a la desazón. —No quiero problemas — murmura, su voz apenas un susurro.
Pero las palabras no detienen la confrontación. Boruto y Kawaki comienzan a discutir, sus voces elevándose en una cacofonía de acusaciones y resentimientos.
— Nunca serás uno de nosotros — grita Boruto, sus ojos llenos de furia — Nunca debiste venir. Eres un traidor, alguien que solo sabe adueñarse de lo que no es suyo.
Naruto, tratando de calmar la situación, interviene en favor de Kawaki.
— Boruto, detente — dice, su voz firme pero calmada — Kawaki está intentando cambiar.
Las palabras de Naruto solo agravan el dolor de Boruto, quien se siente traicionado por su propio padre.
— Siempre lo defiendes — dice Boruto, su voz quebrándose — ¿Y yo qué?
Boruto se aleja de ellos, su corazón pesado con el dolor y la soledad. No puedo soportar esto, piensa, su mente un torbellino de emociones. Nadie me entiende.
Sasuke, viendo la tensión desbordarse, decide intervenir.
— Kawaki, esto no puede seguir así — dice, su voz un rayo de autoridad — La armonía en esta casa es importante, y ustedes lo complican todo.
Kawaki siente que una nueva herida se abre en su corazón. — Estoy haciendo todo lo posible — piensa, su mente luchando contra la injusticia que siente — ¿Por qué no pueden ver mi esfuerzo?
La situación se complica aún más cuando Kawaki recibe la noticia de que su padre biológico ha muerto de cirrosis.
— Otra pérdida — piensa, su corazón apretándose con una mezcla de dolor y alivio — ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil para mí?
La noticia de la muerte de su padre biológico golpea a Kawaki con la fuerza de una tormenta. Aunque su relación fue tóxica y dolorosa, la pérdida aún deja una marca profunda en su alma.
— Era todo lo que conocía — piensa, sus pensamientos un remolino de emociones conflictivas.
La mansión, que debería ser un refugio, se convierte en un campo de batalla emocional para Kawaki. — No sé cuánto más puedo soportar — murmura, su voz un eco en la soledad de su habitación.
Kawaki lucha por encontrar su lugar en un mundo que parece decidido a rechazarlo.
— Kawaki deberás hacer las pases con Boruto o no podrás seguir viviendo en esta casa — le dice repentinamente Sasuke con dureza.
Kawaki instintivamente mira a Naruto en busca de ayuda, pero el rubio lo mira con gran dolor en silencio, confirmando las palabras de Sasuke. Sintiendose muy dolido Kawaki frunce el ceño y dice:
— Deberían hablar con Boruto ya que él es el problema no yo. — Boruto es mi hijo — empieza a decir Naruto — Y tú fuiste quien ocasionó todo esto con tu traición — prosigue Sasuke — No Boruto.
Sin consuelo Kawaki se retira a su habitación en silencio procurando no salir de allí más que lo indispensable. Se siente solo y amemazado, ni siquiera tiene un amigo o una pareja que lo apoye. Suspira profundo en la soledad de su habitación frente a la chimenea mientras piensa en Naruto.
— Padre, solo espero que al menos tú sigas de mi lado.
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