El Infierno Del Olvido

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El invierno en los suburbios es un monstruo cruel, con garras de hielo y aliento de nieve. Kawaki vaga por las calles, su cuerpo temblando bajo los harapos que apenas lo protegen del frío. Cada paso que da es un recordatorio del infierno en el que vive, un lugar donde solo el dolor existe.

El viento helado corta su piel como cuchillas invisibles, y la nieve que cae se siente como pequeños golpes de martillo.

- ¿Cómo llegué aquí? - se pregunta Kawaki, su mente un torbellino de confusión. No recuerda nada de los últimos nueve años; solo sabe que su vida es un constante desfile de miseria y desesperación.

Kawaki extiende una mano temblorosa, pidiendo monedas a los transeúntes.

- Por favor, ayúdenme - murmura, su voz apenas audible sobre el rugido del viento. Pero nadie le presta atención. Para ellos, es solo otra sombra en un mar de desesperación.

Los rostros de las personas que pasan son máscaras de indiferencia, y sus ojos, ventanas cerradas a la compasión.

- Soy invisible -piensa Kawaki, su corazón apretado por el dolor de ser ignorado - Nadie ve mi sufrimiento.

La lluvia comienza a caer, mezclándose con la nieve y convirtiendo las calles en ríos de lodo helado. Kawaki camina sin rumbo, sus pies hundiéndose en el fango con cada paso.

- Estoy atrapado en este infierno - murmura, sus palabras un susurro de desesperación - ¿Habrá alguna vez una salida?

Kawaki sabe que debe llevar una botella de vino a casa cada día; de lo contrario, su padre lo golpeará.

- Necesito dinero - se dice, su mente nublada por la urgencia y el miedo. Pero nadie le da trabajo, no a un niño de su edad.

Los empleadores lo miran con desprecio, sus ojos llenos de juicio y rechazo.

- Eres demasiado joven - le dicen, sus voces un coro de condena - No tenemos nada para tí.

La desesperación en el corazón de Kawaki se convierte en un océano profundo, cada ola una nueva ola de angustia.

-Estoy perdido - piensa, su alma pesada con el peso de la desesperanza - No hay salida de este tormento.

Kawaki no puede recordar nada de los últimos nueve años, solo sabe que su vida es un ciclo interminable de dolor y sufrimiento.

- ¿Qué me ha pasado? - se pregunta, su mente atrapada en un laberinto sin salida - ¿Quién era antes de todo esto?

La confusión es una sombra constante, envolviéndolo en una niebla de incertidumbre.

- Solo sé que estoy en el infierno - piensa, su corazón latiendo con una mezcla de miedo y desesperanza - Y no veo una salida.

Finalmente, Kawaki llega a casa, su cuerpo congelado y hambriento. La casa es una ruina, un reflejo de la desolación que lo rodea. Las paredes están llenas de moho y grietas, y el aire huele a desesperación y abandono.

Al abrir la puerta, se encuentra con su padre, un hombre consumido por el alcohol y la rabia.

- ¿Dónde está mi vino? - grita, su voz un trueno de furia - ¡Eres un inútil!

Kawaki siente que su corazón se encoge, el miedo apretándolo como una garra.

- No pude conseguirlo - murmura, su voz un hilo de desesperación - Lo siento...

Pero las disculpas no importan. Su padre se levanta, tambaleándose por el exceso de alcohol, y comienza a golpear a Kawaki. Cada golpe es un recordatorio de su impotencia, cada insulto una daga que atraviesa su alma.

- Eres una desgracia - grita su padre, su voz llena de veneno - ¡Nunca serás nada ni nadie!

Kawaki se acurruca en un rincón, su cuerpo temblando por el frío y el dolor. Las lágrimas corren por su rostro, mezclándose con la suciedad y la sangre.

-Estoy atrapado - piensa, su mente un pozo de desesperación - No hay escape de este infierno.

El dolor es su única constante, una sombra que lo sigue a todas partes.

- ¿Alguna vez conoceré la paz?- se pregunta, su corazón latiendo con una esperanza casi extinguida - ¿O estaré siempre atrapado en este ciclo de sufrimiento?

Mientras tanto, en la mansión Uzumaki-Uchiha, el ambiente es cálido y lleno de amor. Naruto, Sasuke y sus hijos encuentran consuelo en su unión, cada día una oportunidad para sanar y crecer juntos. La casa, con sus paredes llenas de recuerdos y risas, es un refugio contra la tormenta del mundo exterior.

Naruto siente una paz renovada, un alivio que solo el amor de su familia puede ofrecer.

- Estoy agradecido por lo que tengo - piensa, su corazón lleno de gratitud - Juntos, podemos superar cualquier cosa.

El contraste entre el infierno de Kawaki y la paz de la mansión Uzumaki-Uchiha es infinito. La lucha por la justicia y la redención continúa, y aunque el camino es difícil, la esperanza sigue brillando en los corazones de aquellos que luchan por un futuro mejor.

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Fragmentos De Nosotros (SasuNaru) (MitsuBoru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora