Obsesión Y Resentimiento

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En el rincón más oscuro del hogar Uzumaki-Uchiha, Kawaki observa. Sus ojos, una vez llenos de esperanza, ahora son pozos profundos de resentimiento y celos.

Como una luna eclipsada, su corazón se oscurece más con cada día que pasa, su amor por Naruto se transforma en una obsesión peligrosa. Sus pensamientos son como espinas, enredándose y perforando su mente, empujándolo hacia un abismo del que no puede escapar.

Kawaki, como una sombra al acecho, comienza a mostrar comportamientos más obsesivos. Sus pasos son ligeros y los susurros son traicioneros. Observa cada movimiento de Boruto, su rival en el amor paternal, con una intensidad que sólo el dolor puede alimentar.

La envidia se convierte en su compañera constante, y cada sonrisa compartida entre Naruto y Boruto es una daga que se clava más profundamente en su alma atormentada.

Mientras tanto, Boruto y Mitsuki viven en un universo paralelo de amor y devoción. En la quietud de la habitación de Boruto, los dos amantes encuentran un refugio, un santuario donde solo existen ellos. La habitación está bañada por la suave luz de la luna, y en ese resplandor plateado, sus corazones laten al unísono.

Mitsuki, con su cabello celeste azulado como hilos de seda bajo la luz de la luna, se acerca a Boruto. Sus manos se entrelazan, sus ojos se encuentran, y en ese momento, el mundo desaparece. Son como dos estrellas colisionando en una galaxia privada, creando un espectáculo de luz y amor que solo ellos pueden ver.

Boruto se inclina hacia Mitsuki, sus labios encontrando los de su amado sol en un beso que es más suave que una brisa de verano, pero con la intensidad de una tormenta oculta.

Sus cuerpos se presionan juntos, como dos piezas de un rompecabezas que encajan a la perfección, sus corazones latiendo en una sinfonía de promesas y esperanzas.

- Te amo, Mitsuki - susurra Boruto, sus palabras resonando como una melodía en el aire -Prometo amarte por siempre, pase lo que pase.

Mitsuki responde con un beso, sellando su promesa con un suspiro.
- Y yo a ti, Boruto. Siempre estaré a tu lado, sin importar las tempestades que enfrentemos.

El tiempo parece detenerse para los dos amantes, pero la realidad finalmente se impone. Mitsuki debe regresar a su casa, y con una última caricia y un beso que sabe a eternidad, se despiden.

- Nos vemos mañana, mi sol - dice Mitsuki, una sonrisa suave en sus labios mientras se aleja.

- Nos vemos, mi luna - responde Boruto, viendo a su amado desaparecer en la noche.

Desde las sombras, Kawaki observa la escena con ojos llenos de odio y celos. Cada gesto de amor entre Boruto y Mitsuki es una herida abierta, un recordatorio de todo lo que él no tiene y ansía desesperadamente. Sus manos se aprietan en puños, su corazón late con una furia contenida.

Cuando Mitsuki se va, Kawaki aprovecha la soledad de Boruto. Con pasos decididos, se dirige a la habitación de Boruto, su presencia es una tormenta que se aproxima. Boruto, ajeno al peligro, levanta la vista al escuchar la puerta abrirse.

- Kawaki, ¿qué haces aquí? - pregunta Boruto, una mezcla de sorpresa y desconfianza en su voz.

Kawaki entra, sus ojos fijos en Boruto con una intensidad que raya en la locura.

- Boruto, siempre has tenido todo lo que yo deseo -comienza, su voz goteando veneno - El amor de Naruto, la admiración de Sasuke, y ahora... Mitsuki.

Boruto frunce el ceño, una sensación de peligro arrastrándose por su columna vertebral.

- ¿De qué estás hablando, Kawaki? Todos somos familia aquí.

Kawaki ríe, un sonido hueco y lleno de amargura.

- ¿Familia? Tú no entiendes nada. Siempre has sido el favorito, el centro del universo de Naruto. ¿Y yo? Soy solo una sombra, alguien que nunca será suficiente.

Boruto se pone de pie, su mirada fija en Kawaki.

- Naruto y Sasuke te quieren, Kawaki. Eres parte de esta familia tanto como yo.

-¡Mentiras! - grita Kawaki, dando un paso adelante - He visto cómo te miran, cómo te elogian. Nunca seré más que un segundo plano para ellos, y todo por tu culpa. Por tu maldita culpa Boruto.

La furia de Kawaki es palpable, como una ola oscura que amenaza con engullir todo a su paso. Boruto, por primera vez, comienza a percibir la verdadera profundidad del resentimiento de Kawaki. En sus ojos, ya no ve solo celos, sino una sombra de peligro real.

- Necesitas ayuda, Kawaki - dice Boruto con firmeza - No puedes seguir así.

Kawaki lo mira, su expresión se endurece.

- No, Boruto. Eres tú quien necesita aprender una lección. Y pronto lo harás, de una manera que nunca olvidarás.

Con esas palabras ominosas, Kawaki se da la vuelta y se marcha, dejando a Boruto con un corazón pesado y una creciente sensación de amenaza.

En la tranquila casa Uzumaki-Uchiha, las sombras han comenzado a moverse, y el amor que una vez floreció ahora está amenazado por la oscuridad del resentimiento y la obsesión.

Así Boruto contempla la inminente tormenta que Kawaki ha traído consigo, sabiendo que su vida y la de sus seres queridos están a punto de cambiar para siempre.

Así Boruto contempla la inminente tormenta que Kawaki ha traído consigo, sabiendo que su vida y la de sus seres queridos están a punto de cambiar para siempre

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Fragmentos De Nosotros (SasuNaru) (MitsuBoru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora