En un mundo donde los lazos familiares y el amor se ponen a prueba, Boruto Uzumaki-Uchiha vive una vida aparentemente normal con sus padres, Naruto y Sasuke y su novio Mitsuki. Sin embargo, todo cambia cuando Kawaki, el hijo adoptivo de Naruto y Sas...
En una ciudad lejana, donde la aristocracia vive rodeada de lujos y secretos, Naruto y Kawaki han encontrado un nuevo refugio. La ciudad, con sus calles empedradas y mansiones antiguas, parece sacada de un cuento de hadas, pero oculta un corazón de sombras y misterios.
Las casas, grandes y opulentas, están rodeadas de jardines perfectamente cuidados, sus muros escondiendo historias de poder y traición.
Naruto y Kawaki viven en un apartamento situado en la cima de una colina, con vistas panorámicas a la ciudad y al mar más allá. El edificio, una joya arquitectónica de columnas y balcones, se erige como un símbolo de riqueza y aislamiento.
Kawaki, al fin libre de la oscuridad que lo había perseguido, siente una felicidad que nunca antes había conocido. Su corazón, antes un nido de serpientes de odio y envidia, ahora es un jardín floreciente de paz y satisfacción.
Finalmente, todo lo que he deseado está aquí.
Piensa Kawaki, observando a Naruto con una sonrisa. Naruto, con la mente nublada por la droga pero aún lleno de calidez, se convierte en el centro del universo de Kawaki.
Estoy seguro, estoy a salvo, se repite Kawaki, su alma encontrando descanso en la presencia de Naruto. El apartamento, con sus muebles lujosos y decoración exquisita, es su refugio, un paraíso en medio de la tormenta que una vez fue su vida.
Pero la mente de Kawaki no puede escapar completamente de su pasado. Un recuerdo doloroso resurge, como una sombra que se desliza entre los rincones de su memoria. Unos días antes de tomar la decisión de traicionar a quienes lo habían adoptado, Kawaki se había encontrado cara a cara con su padre biológico en una calle oscura y solitaria.
Su padre, un delincuente consumido por la codicia y la violencia, lo acorraló contra una pared de ladrillo.
- Dame la mitad de la fortuna de los Uzumaki y la mitad de la fortuna de los Uchiha, o te mataré sin dudarlo un segundo maldito desgraciado y luego mataré a ese Narutto que tanto adoras - lo amenazó el viejo, su voz un susurro de veneno.
Kawaki sintió un frío mortal recorrer su columna vertebral. La sombra de su padre era un manto que lo asfixiaba, una presencia que lo encerraba en una prisión de miedo. Siempre fue así.
- No tengo elección - piensa Kawaki, su mente un torbellino de desesperación - Debo protegerme y proteger a Naruto.
La amenaza de su padre biológico se convierte en una semilla de envidia y resentimiento. Kawaki empieza a ver a Boruto no como un hermano ya, sino como un obstáculo, alguien que había recibido todo lo que él siempre había deseado.
- Boruto tiene todo: amor, seguridad, poder, un padre que lo adora - piensa Kawaki, la oscuridad creciendo en su corazón.
Volviendo al presente, Kawaki se siente aliviado de estar lejos de su progenitor. Observa a Naruto leyendo en la biblioteca del lujoso apartamento, una imagen de tranquilidad y calidez. La biblioteca, con sus estanterías de madera oscura y libros antiguos, es un santuario de conocimiento y paz.
- Aquí, estamos a salvo - piensa Kawaki, sintiendo una paz profunda y relajada.
Cada rincón del apartamento está impregnado de un sentido de seguridad y lujo. Las ventanas grandes dejan entrar la luz del sol, iluminando los muebles elegantes y las obras de arte que decoran las paredes. Para Kawaki, este lugar es un paraíso, un refugio donde puede vivir en paz junto a Naruto, aquel que debió ser su padre biológico.
Pero en el corazón de Naruto, la paz es una ilusión. Aunque su mente estaba nublada por la droga, aún tenía fragmentos de recuerdos que lo atormentaban. Sasuke y Boruto, figuras importantes en su vida, aparecían en sus pensamientos como fantasmas que no puede tocar ni comprender completamente.
- ¿Dónde están? ¿Por qué no puedo recordar claramente? - se pregunta Naruto, su mente un laberinto de confusión y dolor. La desolación lo consume, como un océano de tristeza que amenaza con ahogarlo. Cada sonrisa que le da a Kawaki es una mentira que se cuenta a sí mismo para mantener la cordura.
Una tarde, Naruto expresa un deseo simple pero significativo.
- Quisiera salir a cenar afuera, Kawaki. Me haría sentir mejor - dice, su voz un eco de su antigua vitalidad.
Kawaki, sin embargo, niega con firmeza. - No, padre. Es mejor que nos quedemos aquí, donde estamos a salvo - responde, su deseo de mantener a Naruto para sí mismo evidente en su voz.
Naruto, aunque acepta la decisión de Kawaki, siente una punzada de dolor en su corazón.
- Estoy atrapado - piensa, su mente luchando contra la neblina de la droga - Debo encontrar una manera de salir.
Kawaki disfrutaba de su paraíso distorsionado, mientras Naruto luchaba contra la desolación y la confusión. La paz aparente es frágil, y bajo la superficie, las corrientes de traición y dolor continúan moviéndose, prometiendo una tormenta futura que podría cambiarlo todo.
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