Ecos De Una Juventud Desgarrada

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Naruto camina entre las sombras de los suburbios, su ropa desgastada haciéndolo parecer uno más entre los desposeídos. Cada esquina es un eco de su juventud, una época en la que estas calles eran su hogar y su prisión.

— Estoy aquí, Kawaki — piensa, sus ojos buscando desesperadamente entre las figuras encorvadas y los rostros endurecidos por la vida.

El viento helado acaricia su rostro, trayendo consigo recuerdos de un pasado que nunca ha podido olvidar. Cada paso que da es una confrontación con sus propios demonios, una batalla entre el hombre que es ahora y el niño que fue entonces.

Naruto se sumerge en sus recuerdos, cada imagen una puñalada en su corazón. Se ve a sí mismo, un adolescente desamparado, vagando por estas mismas calles.

— Solía estar aquí — murmura, su voz un susurro en la noche.

En aquellos días, la vida era un ciclo interminable de desesperación y dolor. Mendigaba por las esquinas, su voz ahogada por el ruido de la indiferencia.

— Por favor, una moneda.— pedía, sus ojos llenos de una tristeza que nadie veía. Cuando la caridad fallaba, recurría al robo, sus manos temblorosas pero rápidas, tomando lo que podía para sobrevivir.

Los comedores sociales eran un refugio temporal, un oasis en el desierto de su miseria.

— Un plato caliente — pensaba, su estómago gruñendo con hambre constante. Pero incluso allí, la violencia estaba presente.

— Fuera de aquí, mocoso — le gritaban, los golpes lloviendo sobre él como una tormenta implacable.

Su corazón se llenaba de desesperación, una sombra que lo envolvía completamente.

— ¿Alguna vez saldré de aquí? —se preguntaba, su mente nublada por el dolor y la desesperanza. El deseo de escapar era una llama débil, apenas visible entre las cenizas de su sufrimiento.

Naruto observa el entorno con ojos que han visto demasiado. A pesar de los años, nada ha cambiado en el bajo mundo. Las calles están llenas de sombras que se mueven silenciosamente, cada figura una historia de dolor y lucha. Las casas, ruinas de sueños rotos, se alzan como testigos silenciosos de la decadencia.

El aire está cargado de una mezcla de humo y desesperación, un recordatorio constante de la lucha diaria por la supervivencia.

— Este lugar es un pantano — piensa Naruto — donde los sueños se hunden y nunca regresan.

Las personas que pasan a su lado son fantasmas de una vida que no ha cambiado, sus rostros marcados por la resignación.

— Somos todos prisioneros aquí —  piensa, su corazón pesado con el peso de la compasión y el dolor.

De repente, Naruto ve una figura que destaca entre las sombras. Es Kawaki, pero su mirada es vacía, su rostro endurecido por la vida en las calles. Naruto se acerca, su corazón latiendo con esperanza y miedo.

— Kawaki — llama, su voz un susurro cargado de emoción.

Kawaki se vuelve, su mirada fija en Naruto. Pero en sus ojos no hay reconocimiento, solo un brillo de interés calculado.

— Hola, guapo — dice Kawaki, su voz sensual y seductora. Se acerca a Naruto, sus movimientos fluidos y felinos — ¿Buscas compañía?

Naruto siente un nudo en el estómago al comprender la realidad.

— No me recuerda — piensa, el dolor de esa realidad es como un puñal que atraviesa su corazón — ¿Qué te ha pasado, Kawaki?

Kawaki se acerca más, su cuerpo casi tocando el de Naruto como si de una serpiente se trarase.

— Déjame cuidarte  —  murmura, sus manos deslizándose suavemente sobre el abrigo de Naruto. Pero Naruto siente el engaño en su toque, la trampa escondida detrás de la seducción.

Antes de que pueda reaccionar, Kawaki intenta robarle, sus manos rápidas como serpientes. Naruto lo agarra por las muñecas, su voz firme pero llena de dolor.

— Kawaki, soy yo —  dice, sus ojos llenos de lágrimas no derramadas —Soy Naruto Uzumaki.

Kawaki se detiene, una chispa de confusión cruzando su rostro. Pero la frialdad regresa rápidamente, y se suelta de Naruto, alejándose con una sonrisa amarga.

— No sé quién eres — dice, su voz ahora fría y distante —Y no me importa.

Así Naruto enfrenta la dolorosa realidad de un Kawaki perdido en la oscuridad. La lucha por el amor y la redención continúa, y aunque el camino es incierto,

Naruto está decidido a no rendirse. La próxima etapa de su viaje promete ser una prueba de su amor y compasión, con la esperanza de que el perdón y la persistencia puedan traer a Kawaki de vuelta a la luz.

 La próxima etapa de su viaje promete ser una prueba de su amor y compasión, con la esperanza de que el perdón y la persistencia puedan traer a Kawaki de vuelta a la luz

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Fragmentos De Nosotros (SasuNaru) (MitsuBoru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora