En un mundo donde los lazos familiares y el amor se ponen a prueba, Boruto Uzumaki-Uchiha vive una vida aparentemente normal con sus padres, Naruto y Sasuke y su novio Mitsuki. Sin embargo, todo cambia cuando Kawaki, el hijo adoptivo de Naruto y Sas...
En las dos semanas que siguieron a la liberación de Naruto, la mansión Uzumaki-Uchiha se convirtió en un refugio de amor y sanación. Con el apoyo constante de Sasuke y sus hijos, Naruto comenzó a cicatrizar las profundas heridas de su alma. La alegría, que una vez había sido un extraño, regresaba lentamente a su vida, iluminando las sombras que Kawaki había dejado.
Naruto se sumergió en su trabajo junto a Sasuke en la empresa familiar, encontrando en las tareas diarias una forma de controlar sus emociones.
"El trabajo es un río que fluye, llevando consigo las preocupaciones y el dolor," pensaba, su mente enfocada en las tareas que llenaban su día.
Cada documento firmado, cada reunión atendida, era un ladrillo en la muralla que construía para proteger su corazón.
- No puedo dejar que el dolor me consuma - se decía, sus ojos reflejando una determinación renovada - Debo seguir adelante por mi familia.
Sasuke, siempre a su lado, era el ancla que mantenía a Naruto firme.
- Estamos juntos en esto - le recordaba constantemente, su voz un susurro de consuelo. Los momentos que compartían en la oficina eran un bálsamo para las heridas de Naruto, una oportunidad para reconstruir su vida y su relación.
La imagen de Kawaki regresaba a menudo, un espectro que intentaba perturbar su paz. Pero Naruto aprendía a anular el dolor, a dejar que esos recuerdos se desvanecieran como el humo en el viento.
No puedo cambiar el pasado, pensaba, pero puedo construir un futuro mejor.
Mientras tanto, Mitsuki intentaba acercarse a Boruto, buscando una oportunidad para explicar lo sucedido.
- Boruto, por favor, déjame explicarte - suplicaba, su voz llena de sinceridad y dolor. Pero Boruto, agotado emocionalmente y consumido por los celos, evitaba cualquier contacto.
Mitsuki, sin rendirse, encontró la fuerza para ser honesto.
- Aquel que irrumpió en mi mansión ya no significa nada para mí - dijo, sus ojos brillando con una mezcla de tristeza y esperanza - Mis sentimientos verdaderos son por ti, Boruto. Siempre lo han sido.
Las palabras de Mitsuki eran un rayo de luz en la oscuridad que envolvía a Boruto, pero el joven Uzumaki estaba demasiado herido para aceptar ese consuelo.
- No puedo confiar en nadie ahora - pensaba, su corazón endurecido por la traición que sentía - El amor es un terreno peligroso.
Una tarde, Boruto recibió un mensaje de Himawari, pidiéndole que se encontraran en una confitería para hablar. Al llegar, grande fue su sorpresa al encontrarse con Mitsuki en vez de su hermana.
La confitería, con su atmósfera acogedora y el aroma a café y pasteles, se convirtió en el escenario de un encuentro inesperado.
- Mitsuki - dijo Boruto, su voz un susurro de incredulidad - ¿Qué estás haciendo aquí?
Mitsuki se levantó de la mesa, sus ojos reflejando una mezcla de esperanza y nerviosismo.
- Himawari organizó esto - explicó, su voz temblando ligeramente - Quería que habláramos, que me dieras una oportunidad para explicarme.
Boruto sintió una oleada de emociones, una tormenta de amor y resentimiento que lo envolvía.
- No quiero escuchar más - dijo, su voz firme pero su corazón vacilante - No puedo soportar más dolor.
Mitsuki, dando un paso hacia él, extendió una mano.
- Por favor, Boruto - suplicó, su voz un eco de desesperación y amor - Déjame mostrarte cuánto significas para mí.
El silencio se instaló entre ellos, una pausa cargada de posibilidades y decisiones. Boruto, mirando a Mitsuki, sintió que el muro alrededor de su corazón comenzaba a agrietarse.
"Tal vez..." pensó, "tal vez pueda intentar confiar de nuevo."
Boruto enfrenta la posibilidad de abrir su corazón una vez más, y Naruto encuentra su camino hacia la alegría con el apoyo de su familia. Eso fue lo que Kashin Koji le acosejó hacer a Naruto días atrás y ahora estaba recibiendo los frutos de tal consejo. Las cosas empezaban a encaminarse tanto para Naruto como para Sasuke. Los días de oscuridad habían quedado en el pasado para ambos.
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