O26 | dependencia

782 111 199
                                    

Capítulo XXVI. Lola, el blanco te quedaba tan bien.

 Lola, el blanco te quedaba tan bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

kiara's pov

No me atreví a preguntar quiénes eran "ellos". No podía, no en ese estado en el que se encontraba Iván.

Ambos estábamos ahora en su cama, con mis brazos rodeándolo como si eso pudiera protegerlo de todo el mal que lo rodeaba. Su cuerpo descansaba en el mío, mientras con una de mis manos acariciaba su cabello.

—¿Ya te sentís mejor? —pregunté en un susurro.

—Sí... —respondió en el mismo tono.

—¿Me querés contar lo que pasó? —intenté de nuevo.

Su mano derecha, que descansaba en mi cintura, se apretó levemente.

—Cuando quieras, Iván —lo tranquilicé.

Lo que sea que haya visto, lo que sea que haya vivido, realmente lo había marcado. Mis dedos se enredaban en las hebras de su ondulado cabello, buscando las palabras correctas para continuar, mientras que el miedo y la desesperación crecían dentro de mí.

El silencio entre nosotros se alargó, roto solo por el sonido de su respiración profunda, que me hizo saber lo nervioso que estaba. El peso de las incógnitas crecía a cada segundo, y el tiempo no estaba de nuestro lado.

Finalmente tomó aire, como si decidiera que ya no podía callar más. Se apartó ligeramente, sentándose en frente de mí.

—Unos tipos... —su voz se quebró al empezar—. Unos tipos con armas vinieron a casa. Entraron y... —cerró los ojos con fuerza, como si reviviera cada segundo—. Apuntaron a mi mamá, la lastimaron, y a mí también. Me dijeron que... —hizo una pausa—. Le dijeron a él que tenía que cumplir... porque ya no tenía tiempo.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al escucharlo.

—¿Cumplir con qué? —mi voz era apenas un susurro.

—Les debía dinero —explicó, sus ojos ahora no estaban fijos en mí, sino en sus nudillos que por primera vez me había dado cuenta que estaban lastimados—. Obviamente él no dijo nada al respecto, me mintió otra vez, pero mi mamá... Ella me dijo la verdad, que él había sido el patrocinador de muchos atentados. Él los contrató a ellos, y les pagaba para que eliminaran a sus enemigos. Pero no les pagó lo suficiente... y ahora, si no cumple, nos matarán a todos.

Sentí un nudo en la garganta al escucharlo. Iván no estaba solo lidiando con el hecho de que su padre era un asesino, sino también con el miedo real y tangible de perder a su madre. No sabía qué decir, cómo consolarlo, las palabras parecían no ser suficientes.

Lies & Secrets ; spreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora