O35 | insomnio

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Capítulo XXXV. Buscando a Cassie, conversaciones de madrugada & cielo lleno de estrellas.

 Buscando a Cassie, conversaciones de madrugada & cielo lleno de estrellas

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kiara's pov

—Yo quiero de chocolate —dijo Cassie, tirando de mi remera.

—¡Yo de fresa! —Lucas la empujó.

—¡Me golpeaste, pelotudo! —chilló, acariciando su cabeza.

—Dramática —el ojiazul le sacó la lengua.

—Tu vie... —la miré mal, y se cruzó de brazos, resignada.

Suspiré pesadamente y miré a la vendedora, quien intentaba reprimir una sonrisa.

—Entonces... dos de vainilla, uno de chocolate y uno de fresa —asentí.

Luego de pagar por los helados, regresamos al lugar en donde estábamos antes. Ahí estaba Iván sentado, con Kira y Coco jugando en el césped.

Habíamos pensado que sería un buen plan sacar a pasear a los perritos, y aunque no estaba dentro de mis planes traer a mis hermanos, tampoco podía dejarlos solos en casa.

—Gracias —Iván sonrió al recibir su helado, y tomé asiento a su lado sin apartar la vista de los mellizos.

Mi expresión se contrajo cuando, sin querer, le di un mordisco al helado. Sentí el frío subir a mi cerebro, y cerré los ojos ante la desagradable sensación.

A mi alrededor solo se escuchaban las risas de mis hermanos y de Iván.

—Que boluda —se burló el pelinegro.

—Cállate —murmuré aún con los ojos cerrados—. Me congelé el cerebro, boludo —volví a hablar cuando me recuperé.

Durante los siguientes minutos mis hermanos y yo nos enfrascamos en una charla que comenzó hablando de nuestros sabores de helado favoritos. Cassie no dejaba de insistir en que el chocolate era el mejor de todos, mientras Lucas alegaba que el de fresa lo superaba. Yo mantuve mi postura de que el helado de vainilla era el mejor mientras que el morocho a mi lado observaba todo en silencio con una sonrisa divertida en su rostro.

—Vos tenés que estar de acuerdo conmigo —lo señalé—. Deciles que el mejor es el de vainilla.

—¿Y si no quiero qué? —fruncí el ceño enojada—. El de vainilla es el mejor —se retractó ante mi mirada amenazante y miró a los mellizos.

—Gobernado —murmuró Lucas, Cassie lo golpeó en el brazo—. ¡Auch!

—¿Qué dijiste? —lo reté.

—Nada, nada.

—Kie... ¿dónde está Kira? —Cassie interrumpió nuestra conversación.

Mi cabeza giró para todos lados buscando a la perrita, cuando la encontré me di cuenta que estaba alejándose cada vez más de nosotros.

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