Acércate y háblale

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Consejo: Lando.

Efectividad: a él a le funcionó con Oscar, así que 90% .

Contras: no se hablar con él.

Estado inicial: Soltero

Estado deseado: Casado con Sergio y que vivamos juntos con mis gatos en una casa en Mónaco donde adoptaremos a tantos niños como queramos. El primero tendrá de nombre Semilian o Mergio.....  bueno aún no lo tengo perfeccionado., pero seremos tan felices que no importará.

A pesar del consejo de Lando, las cosas no salieron como esperaba. Decidí hablar con Checo, pero cada vez que intentaba acercarme a él, mis nervios se apoderaban de mí. Mi mente se llenaba de palabras que quería decir, pero cuando estaba frente a él, nada salía bien.

La primera vez que intenté hablar con él después de nuestra conversación, me lo encontré en el paddock. Estaba revisando algunos datos en su tablet cuando me acerqué. Mi corazón latía con fuerza, y sentí que mis manos sudaban.

─Checo, yo... ─comencé, pero las palabras se me trabaron en la garganta.

Checo levantó la vista, su expresión amable pero curiosa.

─¿Sí, Max? ─preguntó, esperando que continuara.

─Yo solo quería decirte que... bueno, que... ─tartamudeé, sintiendo que el calor subía a mi rostro. Las palabras que había ensayado una y otra vez en mi mente se escapaban como arena entre mis dedos.

─¿Qué pasa? ─insistió Checo, inclinando la cabeza ligeramente.

─Nada, olvídalo ─dije finalmente, antes de girar sobre mis talones y alejarme rápidamente. Mi corazón martilleaba en mi pecho y una sensación de frustración se apoderó de mí.

Lo intenté de nuevo un par de días después. Esta vez, estaba decidido a ser claro. Lo encontré en el comedor del equipo, sentado solo y comiendo una ensalada. Me acerqué con la intención de sentarme y hablar con él.

─Checo, ¿puedo hablar contigo un momento? ─pregunté, tratando de sonar calmado.

─Claro, Max. Siéntate ─dijo él, sonriendo.

Me senté frente a él y tomé una respiración profunda.

─Quería decirte que... ─comencé, pero de nuevo, las palabras no salieron como quería. Las frases se enredaban en mi mente y lo que dije no tenía sentido alguno. ─Quería decirte que la carrera... bueno, fue difícil, pero... tú... yo...

Checo me miraba con una mezcla de preocupación y confusión.

─¿Estás bien, Max? ─preguntó.

─Sí, sí, lo estoy. Solo... olvídalo. Nos vemos luego ─dije, levantándome abruptamente y saliendo del comedor, dejando a Checo con una expresión desconcertada.

Cada intento se convertía en un desastre. Mis palabras se trababan, mis pensamientos se dispersaban, y al final, siempre terminaba huyendo. Empecé a pensar que tal vez no estaba destinado a ser claro con mis sentimientos. Cada encuentro fallido solo aumentaba mi frustración y mi temor de que Checo realmente creyera que lo odiaba.

Los días se convirtieron en semanas, y mi comportamiento no pasó desapercibido para nadie, especialmente para Checo. Una tarde, después de otro intento fallido de hablar con él, me refugié en mi habitación, sintiéndome completamente derrotado.

Sabía que tenía que encontrar otra manera de mostrarle a Checo lo que realmente sentía, pero cada vez se volvía más difícil. Las palabras no funcionaban, y mi miedo a que me rechazara seguía creciendo. Tenía que pensar en algo diferente, algo que pudiera transmitirle mis sentimientos sin que me trabara o saliera huyendo. Pero en ese momento, lo único que sentía era una profunda sensación de desesperación.

Efectividad : 0%

Consejo no recomendado ❌

Guía para enamorar a Checo Pérez || Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora