Pídele ayuda a él

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Consejo: Se me ocurrió mientras estaba bañandome

Expectativa: Conquistarlo de una vez

Contras: Que se de cuenta

El día siguiente estaba decidido. Sabía que no podía seguir con las tácticas encubiertas para siempre. Tenía que ser más directo, aunque aún no estaba listo para confesar mis sentimientos de manera explícita. Necesitaba una excusa, una manera de acercarme a Checo sin que se diera cuenta de mis verdaderas intenciones. Decidí que le pediría ayuda, pero de una manera en que no sospechara nada.

Me acerqué a la puerta de la habitación de Checo, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Las dudas comenzaron a invadirme, pero sabía que tenía que hacerlo. Respiré hondo y levanté la mano para tocar la puerta. Tres golpes suaves resonaron en el pasillo.

La puerta se abrió, revelando a Checo con una expresión de sorpresa y una ligera sonrisa.

—¡Max! No esperaba verte por aquí. ¿Todo bien? —dijo, dejando la puerta abierta para que entrara.

Asentí, intentando parecer lo más natural posible.

—Sí, todo bien. Solo quería hablar contigo de algo. ¿Tienes un momento?

Checo asintió y se hizo a un lado, permitiéndome entrar a su habitación. El espacio estaba ordenado, con algunas fotos familiares y recuerdos de carreras pasadas adornando las paredes. Me senté en el borde de su cama, nervioso.

—¿De qué se trata, Max? —preguntó, sentándose en una silla frente a mí.

Tragué saliva, sintiendo cómo las palabras se atascaban en mi garganta. No podía echarme atrás ahora.

—Bueno, hay algo en lo que necesito tu ayuda —empecé, tratando de mantener la calma—. Verás, he estado intentando... conquistar a alguien, pero no estoy seguro de cómo hacerlo.

Checo arqueó una ceja, sorprendido.

—¿Conquistar a alguien? ¿Tú? —rió suavemente—. ¿Quién es la afortunada?

Me encogí de hombros, tratando de no revelar demasiado.

—Prefiero no decirlo por ahora. Pero el punto es que no sé cómo hacerlo. Tú siempre pareces saber qué decir y cómo actuar con la gente. Pensé que podrías darme algunos consejos.

Checo se inclinó hacia adelante, su expresión cambiando a una de interés genuino.

—Claro, Max. Haré lo que pueda para ayudarte. ¿Qué has intentado hasta ahora?

Suspiré, recordando todos los intentos fallidos.

—He intentado ser gracioso, pero mis chistes siempre salen mal. También intenté ser misterioso y frío, pero eso solo lo alejó más. Y... bueno, he tratado de aprender su idioma, pero incluso eso ha sido un desastre.

Checo se rió suavemente, pero no de una manera burlona. Había una calidez en su risa que me hizo sentir un poco más tranquilo.

—Bueno, para empezar, ser tú mismo es lo más importante. Si intentas ser alguien que no eres, al final se dará cuenta y no funcionará. ¿Y qué tal si simplemente intentas pasar más tiempo con esa persona? Conocerla mejor y dejar que te conozca a ti.

Asentí, sintiendo que sus palabras tenían sentido. Pero no podía evitar la ansiedad que me invadía cada vez que pensaba en acercarme más a él.

—¿Y si no le gusto? —pregunté, casi en un susurro.

Checo me miró con una expresión suave, casi comprensiva.

—Eso es un riesgo que todos tomamos, Max. Pero si no lo intentas, nunca lo sabrás. Además, ¿quién no te gustaría? Eres un buen tipo, apasionado y decidido. Solo necesitas mostrarle a esa persona quién eres realmente. Dale unos pequeños detalles significativos.

Checo se levantó de su silla y se sentó a mi lado en la cama, con una expresión de curiosidad y una sonrisa que iluminaba su rostro.

—Y dime, ¿cómo es ella? —preguntó, inclinándose un poco hacia adelante.

Sentí un nudo en el estómago al pensar en cómo responder. Decidí ser honesto, pero no completamente.

—Es él —corrigí, observando su reacción.

Él asintió lentamente, procesando la información.

—¿Y cómo es? ¿Lo conozco? —preguntó con interés genuino.

Negué con la cabeza, mintiendo sin mirarlo directamente a los ojos.

—No creo —respondí, tratando de mantener mi voz firme.

Checo me miró fijamente, su curiosidad aumentaba.

—Vamos, dime más. Anda, por favor —rogó, riendo ligeramente.

Sabía que debía ser cuidadoso, pero las palabras comenzaron a salir de mi boca antes de que pudiera detenerlas.

—Bueno, pues... es muy guapo, muy carismático —empecé, mi mente llenándose de imágenes de Checo—. Tiene una sonrisa que ilumina cualquier habitación, y siempre sabe cómo hacerme sentir mejor, incluso en los peores días. Es amable, siempre dispuesto a ayudar a los demás, y tiene una pasión increíble por lo que hace. Su risa es contagiosa, y cada vez que lo veo, siento como si el mundo fuera un lugar mejor—, suspiré— También tiene unos ojos café que cuando se emociona hace que pequeños detalles verdes se noten—, lo mire a los ojos. — y podría seguir...

Checo me miró con una expresión de sorpresa y una sonrisa divertida.

—Vaya, si estás enamorado —dijo, riéndose.

Me uní a su risa, sintiendo un alivio inmenso al ver que no había captado que estaba hablando de él.

—Sí, parece que sí —respondí, sonriendo de oreja a oreja.

El alivio de que Checo no hubiera entendido que estaba hablando de él me hizo sentir un poco más seguro, aunque el peso de mis sentimientos no disminuyó. Me di cuenta de que, aunque no podía ser completamente honesto sobre a quién me refería, compartir mis pensamientos con Checo me hacía sentir más cercano a él.

Pasamos el resto de la tarde hablando de cosas triviales, riéndonos de anécdotas de carreras pasadas y compartiendo momentos que siempre atesoraría. A medida que la tarde se transformaba en noche, me di cuenta de lo importante que era para mí estar cerca de Checo, incluso si solo podía ser como un amigo.

Salí de su habitación sintiéndome más esperanzado que antes. No sabía cómo resultaría todo, pero al menos ahora tenía un plan. Y lo mejor de todo, estaba más cerca de Checo, incluso si él no lo sabía.

Efectividad: No se dio cuenta. 😝100%

Guía para enamorar a Checo Pérez || Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora