Consejo: Se buscan consejos 🔊🔊🔊
Expectativa: Encontrar un consejo antes que Lewis siga abrazando a mi Checo.
Contras: Ningún consejo me a ayudado en nada
Estado: Girando cada cinco segundos al verlo platicar muy animado con Lewis, ya mejor que se vayan a un hotel 😭😭😭😭😭
La carrera había terminado y, a pesar de mi buen desempeño, no podía concentrarme en nada más que en lo que estaba ocurriendo en el otro extremo del paddock. Vi a Lewis abrazar a Checo, y sentí una punzada de celos atravesarme. Tragué el nudo en mi garganta y traté de enfocarme en mi entrevista, pero las palabras de los periodistas parecían ruido de fondo. Mi mente estaba en otra parte, en el abrazo que Checo y Lewis compartían, en la risa de Checo, en su sonrisa.
Respondí a las preguntas de los periodistas con respuestas automáticas, sin poner realmente atención a lo que decía. Cuando la entrevista finalmente terminó, me dirigí directamente hacia donde estaban Checo y Lewis. No pude evitar chocar mi hombro con Lewis al pasar, un gesto que sabía era infantil, pero no me importaba en ese momento. La frustración y los celos nublaban mi juicio.
—Hola —dije, al llegar a Checo, mi mente en blanco sin saber qué más agregar.
Checo me miró con sorpresa, claramente no esperaba que me acercara tan abruptamente. La confusión en su rostro me hizo sentir aún más incómodo.
—Hola, Max —respondió, su tono de voz amigable, pero con una ligera sospecha.
—Gran carrera hoy —comenté, tratando de mantener la conversación. Las palabras salían torpes, sin fluidez.
Checo sonrió, aunque parecía algo desconcertado.
—Gracias, lo mismo para ti. Has estado impresionante en la pista —dijo, su sinceridad evidente.
Intenté relajarme y seguir hablando, pero las palabras se me escapaban. Todo lo que podía pensar era en cómo había abrazado a Lewis y en lo mucho que eso me había molestado.
—¿Te... te divertiste? —pregunté, sintiendo lo ridículo que sonaba.
Checo parpadeó, claramente sorprendido por mi pregunta.
—Sí, fue una buena carrera. Siempre es un placer competir —respondió, manteniendo su amabilidad.
—Eso es bueno. Sólo quería asegurarme de que estuvieras bien —dije, tratando de sonar casual.
Checo asintió, pero su expresión mostraba que no entendía completamente por qué me estaba comportando de manera tan extraña. Sentí que estaba perdiendo el control de la situación y, al mismo tiempo, mi oportunidad de acercarme a él de una manera significativa.
Justo cuando estaba a punto de decir algo más, un grupo de personas pasó junto a nosotros, llamando a Checo para felicitarlo. Se giró para responderles, y yo me quedé allí, sintiéndome fuera de lugar. La conversación se había desviado y no sabía cómo recuperarla.
Finalmente, me resigné a aceptar que este intento también había fallado. Mantuve una sonrisa forzada mientras observaba cómo Checo se alejaba con sus nuevos interlocutores. La frustración me quemaba por dentro, y sentí una mezcla de vergüenza y enojo.
Caminé de regreso a mi garaje, mis pensamientos girando en círculos. Me sentía impotente y frustrado, y no sabía qué más hacer para acercarme a Checo. Cada intento parecía alejarme más, y cada fracaso hacía que me sintiera más desesperado.
Al día siguiente, decidí despejarme un poco en el gimnasio. Necesitaba liberar la tensión acumulada y tal vez, con suerte, encontrar una nueva perspectiva sobre cómo acercarme a Checo. Me puse mis auriculares, encendí mi música favorita y empecé a trabajar en los ejercicios de fuerza. Estaba inmerso en mis repeticiones cuando, de repente, vi a Checo entrar en el gimnasio.
Mi corazón dio un vuelco. Decidí que esta era una oportunidad para impresionarlo de alguna manera, demostrarle que no solo era bueno en la pista, sino también en el gimnasio. Incrementé el peso en la máquina de press de banca y me preparé para levantar, asegurándome de que Checo pudiera ver lo fuerte que era.
Empecé a levantar el peso, tratando de mantener una expresión de calma y control. Sin embargo, a medida que avanzaba, el peso comenzaba a ser demasiado, y mis músculos empezaron a temblar. A pesar de mi esfuerzo, me di cuenta de que estaba a punto de fallar. Antes de que pudiera hacer algo, sentí una mano firme en mi brazo.
—Max—, me llamo Sergio acercándose a mi.
—¿Si?—, apreté más mis músculos para que se notarán.
—Estás haciendo mal el ejercicio —dijo Checo, con una mezcla de preocupación y desaprobación en su voz.
Solté el peso con cuidado y me incorporé, un poco avergonzado. No había logrado impresionar a Checo, pero al menos había captado su atención.
—¿En serio? Pensé que lo estaba haciendo bien —dije, tratando de sonar despreocupado, aunque mi orgullo estaba herido.
Checo sonrió levemente y negó con la cabeza.
—No, estás poniendo demasiada presión en tus hombros. Deja que te muestre cómo hacerlo correctamente —dijo, acercándose a la máquina.
Observé mientras Checo ajustaba el peso y se posicionaba correctamente. Sus movimientos eran fluidos y seguros, claramente sabía lo que estaba haciendo. Me mostró cómo distribuir el peso de manera adecuada y cómo mantener la forma correcta para evitar lesiones.
—Así es como debes hacerlo —dijo, terminando su demostración y levantándose—. Inténtalo ahora.
Me posicioné en la máquina, siguiendo sus indicaciones. Esta vez, sentí que el peso estaba mucho más equilibrado y controlado. Era evidente que Checo sabía de lo que hablaba.
—Gracias, esto es mucho mejor —dije, sintiendo una mezcla de gratitud y alivio.
Checo asintió, con una sonrisa.
—De nada. Es importante hacer los ejercicios correctamente para evitar lesiones. Si necesitas ayuda, no dudes en pedirla —dijo, volviendo a su propio entrenamiento.
Mientras continuaba mi rutina, no pude evitar sonreír. No había impresionado a Checo con mis músculos, pero al menos había tenido una interacción positiva con él. Sentía que había dado un pequeño paso en la dirección correcta. Tal vez no había sido el gran gesto que esperaba, pero era un avance.
Pasé el resto de mi tiempo en el gimnasio siguiendo los consejos de Checo, asegurándome de mantener la forma correcta en cada ejercicio. De vez en cuando, lo observaba de reojo, notando lo concentrado y eficiente que era en su entrenamiento. Me sentí motivado por su presencia y, de alguna manera, más cercano a él.
Cuando terminamos, Checo y yo nos dirigimos a la salida del gimnasio al mismo tiempo.
—Gracias de nuevo por la ayuda —dije, mientras salíamos.
—No hay problema, Max. Siempre es bueno ayudar a un compañero —respondió Checo, con esa sonrisa cálida que siempre me desarmaba.
—Por cierto, me preguntaba que si tú quieres, solo si tú quieres ¿Podemos entrenar juntos?
—Si, sería genial —, me sonrió antes de beber agua. —Hoy me divertí.
Nos despedimos y cada uno siguió su camino. Mientras caminaba de regreso a mi habitación, no pude evitar sentirme un poco más optimista.
Efectividad: Mejor de lo que pensé. 95%
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Guía para enamorar a Checo Pérez || Chestappen
FanfictionDónde el tímido neerlandés intenta de todo para conquistar a Sergio Pérez con los consejos de sus amigos.